Una plataforma amplifica las voces de los pobres en Estados Unidos

Jul 5, 2022 en Temas especializados
A man sitting outside with his suitcase and a sign that reads: "Hungry, anything helps"

Desde fotógrafos que captaron imágenes de familias campesinas desplazadas y de trabajadores inmigrantes durante la Gran Depresión –como la foto "Migrant Mother" de Dorothea Lange– hasta estudios como el libro de Michael Harrington "The Other America", que analizó la pobreza en Estados Unidos en los 60, informar sobre la pobreza extrema y la clase social fue en su día un sello distintivo del periodismo estadounidense. La cobertura periodística dependía de la financiación de agencias federales de la era del New Deal o de movimientos sociales masivos para brindar infraestructura.

En las décadas que siguieron, esta infraestructura crucial se perdió a la vez que llegó un cambio ideológico que culpó a los ciudadanos del aumento de la pobreza en lugar del entorno social o económico más amplio. El Economic Hardship Reporting Project (EHRP) trata de llenar este vacío poniendo de relieve información sobre desigualdad, clase social y pobreza en los Estados Unidos de hoy, y dando a autores y fotógrafos que han experimentado la pobreza de primera mano una plataforma para compartir sus historias.

A la vez que trabaja por el cambio social, EHRP también intenta editar con sensibilidad de clase y ofrecer estabilidad económica a sus colaboradores, cambiando así las relaciones en el campo del periodismo.

¿Quién informa sobre la pobreza?

Fundado en 2012 por la periodista y activista política Barbara Ehrenreich, el EHRP busca amplificar las voces de los pobres de Estados Unidos y cambiar el debate sobre la pobreza en ese país. La organización sin fines de lucro apoya a autores y fotógrafos que han experimentado la pobreza, y lleva sus historias a las audiencias de grandes medios mediante la coedición The New Yorker, The Guardian, The New York Times y la National Public Radio, por nombrar algunas.

El trabajo de esta organización se inspira en los famosos "muckrakers" de principios del siglo XX que destaparon casos de corrupción e irregularidades empresariales al tiempo que concientizaban sobre la pobreza y las condiciones laborales inseguras. También se inspira en las historias orales de los años 60 y 70, que relataron los principales acontecimientos de la historia de Estados Unidos a través de gente común. Si bien navega dentro de la tradición de la información de izquierdas, el EHRP también incluye voces históricamente excluidas de estas formas de periodismo.

"Parte del impulso de este proyecto es plantearse a quién le toca contar la historia de la inestabilidad económica en este momento. ¿Qué pasaría si se reflejara a las mujeres, a las personas de color y a las diversidades sexuales, que son capaces de participar en la información sobre este tema y también de recibir financiación adecuada?", dice Alissa Quart, directora ejecutiva del EHRP.

EHRP no solo muestra una cara diferente de la imagen de Estados Unidos como sociedad acomodada –destacando de qué manera muchos ciudadanos no pueden permitirse atender sus necesidades y derechos básicos como la alimentación, la vivienda y la ayuda médica, por ejemplo–, sino que también sirve de plataforma para las comunidades subrrepresentadas. Los colaboradores de la organización informan sobre Estados Unidos a través de proyectos de escritura, cine/televisión, fotografía y audio. La cobertura del EHRP se centra en la experiencia de vivir en la pobreza (y sus causas estructurales) que durante mucho tiempo han sido olvidadas por los medios de comunicación tradicionales. Estas historias van desde el suicidio entre los agricultores precarizados hasta el aplastante gasto que supone amar a alguien en la cárcel.

Cambiar el ecosistema mediático

Quart, conocida por sus propias exploraciones poéticas y periodísticas sobre la desigualdad, espera que EHRP pueda cambiar las jerarquías existentes que presentan el periodismo como una profesión de élite para un público de élite.

"Me emociona pensar en un cambio en el ecosistema de los medios de comunicación que nos rodean; cuando otros empiecen a copiarnos y a contratar autores de la clase trabajadora o a escribir más sobre desigualdad", dice. "Mi colega Ray Suárez, presentador del podcast Going for Broke que yo produje, dice que la mayoría de los medios están conformados por personas ricas que informan a la clase media sobre los pobres. Esa es la secuencia que intentamos interrumpir", explica.

"Con suerte, nuestro trabajo está llegando a un público diferente, no solo a un público de clase media, sino a gente que al menos está versada en la inestabilidad económica".

De acuerdo con el Pew Research Center, el empleo en las redacciones cayó un 26% entre 2008 y 2020, lo que supone una pérdida de unos 30.000 puestos de trabajo. Algunos de los periodistas afectados se encontraron con dificultades para llegar a fin de mes: antiguos reporteros no pudieron pagar las facturas de la atención dental, el alquiler o la hipoteca, aceptaron trabajos en la gig economy y hubo hasta quienes se quedaron sin hogar. Algunos de estos autores acudieron al EHRP en busca de apoyo para publicar su trabajo, escrito como ensayos en primera persona, que encarnaban no solo su caída en la pobreza sino la difícil situación del periodismo.

Quart ha experimentado en carne propia la inestabilidad del trabajo freelance, que tuvo un profundo impacto en ella. "27.000 periodistas independientes perdieron su trabajo en Estados Unidos durante la pandemia. De todos modos, las tarifas por día y por hora han bajado terriblemente con el tiempo. Así que mi pregunta era cómo mantener al '99%' de los reporteros independientes que siguen escribiendo. Parte del EHRP consiste en salvar a esa especie en peligro de extinción: los periodistas", dice Quart.

Un enfoque editorial diferente

Trabajar con personas que han pasado por serias dificultades económicas también exige un enfoque periodístico diferente, lo que significa editar con una sensibilidad de clase; por ejemplo, escribir "personas con experiencia en falta de hogar" en lugar de "sin hogar". También significa renunciar a un enfoque editorial que esgrime críticas puntuales y verdades contundentes que no funcionan con las personas que tienen estos traumas, explica Quart.

Trabajar con autores de estos orígenes también implica replantearse cómo se les paga. "Pagamos por adelantado, por lo general el 50%, especialmente si tienen menos ingresos y nos lo comunican. Pagar el 50% o pagar a tiempo hace una gran diferencia", dice Quart. "Parte de lo que hacemos como organización es mantener a los periodistas en el negocio. Si eso significa que ese artículo sale más tarde o no sale, sigue siendo más importante para la mayoría conseguir ese 50%, y que puedan seguir intentando trabajar como periodistas".

Escribir para el cambio social

A lo largo de la historia, hacer periodismo ha conseguido cambiar los discursos predominantes sobre la pobreza y a veces incluso ha influido en la introducción de nuevos programas y legislaciones que han salvado la vida de la gente. Los colaboradores del EHRP hacen lo mismo que sus predecesores: dar una voz y un rostro humanos a los grandes males de nuestra sociedad y a las políticas que la rigen.

Como camino a seguir, Quart considera que lo que se necesita hoy en día es hacer que los reportajes sobre programas sociales sean más vívidos y cercanos al público en general. "Medicaid ha tenido un momento durante la pandemia en el que era más fácil acceder a él, lo mismo ocurre con los cupones de alimentos. Tenemos que hacer permanentes algunos de estos programas de emergencia para catástrofes. Con tu periodismo, puedes hacer que ese tipo de programas sean más reales, más vivos y menos áridos".


Imagen de Steve Knutson en Unsplash.