La peligrosa realidad cotidiana de los periodistas en Pakistán

Jul 3, 2023 en Libertad de prensa
Bandera pakistaní

Los periodistas de Pakistán enfrentan diversos riesgos a su seguridad, como amenazas de muerte, secuestros, agresiones, violencia e intimidación. De acuerdo con un informe de la UNESCO, entre 2002 y 2022, 90 periodistas perdieron la vida en el país, incluyendo cinco solo el año pasado.

Como consecuencia, se ha arraigado una cultura del miedo y la autocensura, que limita la cobertura de temas fundamentales como las violaciones de los derechos humanos, la corrupción y la represión política.

El mal estado de la libertad de prensa en Pakistán plantea la urgente necesidad de actuar para proteger y promover el trabajo de los periodistas y los activistas de la sociedad civil. A continuación un repaso de la situación.

Ataques a periodistas

A pesar de que la Constitución de Pakistán garantiza la libertad de palabra, de expresión y de prensa, los obstáculos jurídicos e institucionales suelen impedir a los periodistas desempeñar su labor.

De acuerdo con el artículo 19 de la Constitución, la libertad de prensa está "sujeta a restricciones razonables impuestas por la ley" por razones de seguridad nacional, defensa o religión. Las interpretaciones del artículo han llevado a limitar la libertad de prensa en relación a ofensas a la decencia, la moral o la religión oficial, el Islam.

Mientras tanto, los secuestros, agresiones, acosos, detenciones arbitrarias e incluso asesinatos de periodistas han ido en aumento. Las autoridades paquistaníes también han intensificado la presión sobre directores y propietarios de medios de comunicación para silenciar las voces críticas al gobierno.

En octubre de 2022, el periodista Arshad Sharif, de 49 años, fue abatido a tiros por la policía de Nairobi en lo que fue calificado como un caso de "confusión de identidad". Sin embargo, los investigadores paquistaníes determinaron que se trataba de un "asesinato planificado". Sharif vivía en el exilio tras huir del país para evitar ser detenido, acusado de sedición. Su familia alega que el gobierno estuvo involucrado en su asesinato.  

En abril de 2023, Akash Ram, director de marketing de Bol Media Group, fue secuestrado y continúa cautivo. Como miembro de la comunidad hindú de Pakistán, su secuestro ha suscitado preocupación por el trato que el país dispensa a las comunidades minoritarias.

Estos ataques han impedido el acceso a información crítica para el público pakistaní, ya que los periodistas se autocensuran cada vez más. Esta realidad es especialmente grave durante las crisis políticas y económicas en curso, en torno a las que es esencial que los ciudadanos cuenten con información fiable.

Consecuencias para el periodismo

Periodistas de diversos medios y ciudades de Pakistán, como Islamabad, Peshawar, Karachi, Hyderabad y Lahore, cuentan cómo afecta su trabajo la falta de libertad de prensa.

Por ejemplo, al informar sobre un atentado en Landi Kotal en el que murieron 26 personas, Muhammad Qasim, reportero jefe del periódico Ummat, de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, decidió que no mencionaríamos al grupo sospechoso de estar detrás del atentado para evitar represalias. Sin embargo, a pesar de sus objeciones, el equipo editorial de Qasim publicó la noticia con titulares amarillistas que nombraban al grupo.

"Las consecuencias de sus acciones fueron rápidas y aterradoras. Me convertí en blanco constante de amenazas de organizaciones que había decidido no nombrar. Busqué refugio entre las paredes de mi oficina, temiendo por mi seguridad", dijo. "Mi vida quedó alterada para siempre por un solo titular manipulado".

El acoso, la violencia y las amenazas constantes son preocupaciones frecuentes para los periodistas de Baluchistán, explica el periodista de televisión Abdullah Magsi. "He visto de primera mano las dificultades y peligros a los que se enfrentan los periodistas en Baluchistán en su búsqueda de reportear con libertad", dice. "Nuestra provincia se distingue por una compleja situación de seguridad, dinámicas tribales e influencias religiosas que con frecuencia impiden el trabajo periodístico. La falta de apoyo institucional agrava la situación".

Se precisa más apoyo y colaboración entre sectores para proteger a los periodistas, añadió: "Es fundamental que el sector de los medios de comunicación, la sociedad civil y el gobierno trabajen juntos para abordar los retos a los que nos enfrentamos en Baluchistán".

Estos profesionales aseguran que los riesgos a su seguridad física están dictando lo que eligen informar. "Es una batalla interminable contra el miedo y la intimidación", afirma Imran Bhinder, periodista de Punjab que trabaja para Dawn News. "Por mi propia seguridad y la de mi familia, he tomado la difícil decisión de abstenerme de informar sobre asuntos polémicos como política, delincuencia, corrupción y otros temas delicados".

Rauf Chandio, periodista de Hyderabad, añade que los medios dan prioridad a los intereses comerciales y a menudo operan bajo la influencia del Estado, lo que limita su capacidad para informar libremente. "El monopolio estatal de los medios de comunicación limita la independencia de los periodistas y les impide informar con objetividad.

No obstante, los periodistas siguen dedicados a su trabajo. "El temor por la seguridad de mi familia consume mis pensamientos, pero no me disuade", dice Lala Mirza, periodista de la provincia de Sindh. "Aziz Memon y Arshad Sharif, por ejemplo, han pagado el precio más alto por denunciar. Sus sacrificios nos recuerdan los peligros a los que nos enfrentamos", explica, refiriéndose a destacados periodistas asesinados por hacer su trabajo.

Llamados urgentes a la acción

La falta de voluntad política en Pakistán para abordar la seguridad de los periodistas y los insuficientes esfuerzos del gobierno para ampliar la libertad de expresión significan que es probable que los profesionales de los medios sigan sufriendo las consecuencias del deterioro de la libertad de prensa en el futuro.

Pero periodistas y activistas tienen recomendaciones para mejorar la situación. "Una comisión de jueces imparciales debería responder rápidamente a las agresiones a periodistas y proteger sus derechos", sugiere Mirza. "Necesitamos un entorno seguro para que el periodismo prospere y para que los gobernantes rindan cuentas".

La sociedad civil también tiene un papel que desempeñar, afirma Haseen Musarat, activista social de Sindh. "Estoy convencida de la importancia de la sociedad civil para preservar la libertad de prensa. Es fundamental que trabajemos juntos para crear un entorno en el que los periodistas puedan trabajar sin miedo ni intromisiones".

Las perspectivas de mejora de la libertad de prensa en Pakistán dependen de los esfuerzos combinados del gobierno, la sociedad civil, los medios y los propios periodistas. Solo entonces el panorama mediático de Pakistán reflejará realmente las aspiraciones democráticas del país y podrá ofrecer a los ciudadanos la información fiable que necesitan.


Foto de Hamid Roshaan en Unsplash.