La brecha de género en la producción de noticias en todo el mundo conduce a una cobertura que no refleja adecuadamente las experiencias de las mujeres y los géneros, identidades y expresiones disidentes, es decir, los que existen fuera de los marcos normativos "tradicionales", como el binario masculino/femenino.
Las mujeres, por ejemplo, solo ocupan el 24% de los altos cargos editoriales en los cinco continentes, de acuerdo con datos del Instituto Reuters. Los hombres, por su parte, reciben 2,5 veces más cobertura informativa que las mujeres.
Que los hombres sean los guardianes de la información deriva en un "periodismo pobre", ya que ignora las voces y experiencias de las mujeres y otras identidades, dice Catalina Ruiz-Navarro, directora de Volcánicas, un medio feminista de Colombia que prioriza la construcción de espacios seguros donde las mujeres y su diversidad sean escuchadas y atendidas.
"Traer estas voces y darles espacio en primera persona es clave", señala.
Por eso los periodistas deben adoptar un enfoque "feminista decolonial" en su trabajo, con el fin de humanizar las noticias y cuestionar las percepciones modernas sobre género y colonialismo. Esto significa integrar perspectivas antirracistas y anticoloniales, además de dar mayor visibilidad a las voces y movimientos históricamente marginados.
También supone criticar las formas actuales de colonialismo, como el modo en que los medios tienden a dar prioridad a las opiniones del Norte Global en la cobertura informativa. La forma en que se enmarcan las historias, se seleccionan los temas de las entrevistas y se describen los acontecimientos puede reforzar los desequilibrios de poder entre las antiguas potencias coloniales del Norte Global y las antiguas regiones colonizadas del Sur Global.
A continuación algunas claves para que los periodistas apliquen un enfoque feminista decolonial en su trabajo.
Definiendo el periodismo feminista decolonial
Cuando las narrativas y las fuentes del Norte Global dominan las noticias, surgen dinámicas de poder desiguales y soluciones que no reflejan las realidades vividas por los más vulnerables. El periodismo feminista decolonial da protagonismo a las voces infrarrepresentadas al tiempo que critica las desigualdades desencadenadas por el capitalismo, como el racismo medioambiental y la feminización de la pobreza.
Este abordaje ofrece un análisis social e histórico de los acontecimientos, utilizando una perspectiva interseccional que considera las múltiples identidades y experiencias que se superponen en cada individuo. Al mismo tiempo, cuestiona las estructuras de poder heredadas de la colonización y sus repercusiones actuales, como el racismo, el sexismo, la degradación ambiental y los traumas intergeneracionales.
Barbara Liborio, directora de contenidos de AzMina, una revista feminista de Brasil, define el periodismo decolonial como "periodismo de género que permite las interseccionalidades".
"No hay una mujer universal; hay mujeres", dice, refiriéndose a la idea de una experiencia de “mujer universal”, que simplifica excesivamente la diversidad de luchas a las que se enfrentan las mujeres en todo el mundo, y oculta sus desafíos particulares.
Por ejemplo, cuando el periodismo se enfoca principalmente en las preocupaciones de las mujeres blancas de clase media, como los techos de cristal de las empresas y el equilibrio entre la vida laboral y familiar —aunque se trata de cuestiones importantes—, puede eclipsar otras formas de opresión, sobre todo en el Sur Global, como la pobreza, la violencia de género o la falta de acceso a la educación y a la salud reproductiva.
"El periodismo feminista no es solo una etiqueta. Tiene una agenda basada en la defensa y la consecución de los derechos de las mujeres", señala Liborio.
Decolonizar en la práctica
Los periodistas están moldeados por su "conocimiento situado": los contextos materiales, sociales y culturales específicos en los que viven. "Estamos en América Latina y, como feministas y periodistas latinoamericanas, nuestra perspectiva no puede ser otra que decolonial", dice Ruiz-Navarro.
Al informar, el equipo de Volcánicas se plantea: "¿Cómo puede esto contribuir al avance de los derechos?". Sus contenidos se enfocan en presentar información que impacte de manera significativa en las mujeres, niñas y géneros disidentes, priorizando una perspectiva que promueva el cambio social.
"Relegar el género a una sección en los medios no es una buena práctica", dice Ruiz-Navarro. "Somos un medio generalista, que cubre cultura, deportes, política, seguridad social, entretenimiento, cambio climático [...] todo con una perspectiva feminista".
El periodismo decolonial también desafía la noción de la objetividad en el ejercicio periodístico. Tradicionalmente, se ha desalentado a los periodistas a incluir puntos de vista personales en su trabajo, con el argumento de que esto comprometería su imparcialidad. Sin embargo, Ruiz-Navarro sostiene: "Creemos que todo periodismo tiene una intención y un propósito. Si no eres consciente de tu propio punto de vista, probablemente estás utilizando tu trabajo para reforzar el statu quo, que no es más que el patriarcado".
Para adoptar un enfoque feminista decolonial, las redacciones primero deben examinar sus propios procesos, comenta Liborio. "Si los medios no se definen como feministas, ¿aplican prácticas feministas? ¿Adoptan una perspectiva de género? ¿Escuchan a las mujeres en las zonas más alejadas? El periodismo feminista implica hacer periodismo para las mujeres, no solo sobre ellas", explica.
Prácticas sencillas como diversificar los equipos y las fuentes y utilizar un lenguaje neutro son imprescindibles. "En AzMina consideramos que el periodismo feminista consiste en informar a las mujeres para que puedan defender sus derechos", señala Liborio.
Hacia redacciones decoloniales
El rol de los medios de comunicación en una democracia, de acuerdo con la teórica política de la democracia radical Chantal Mouffe, es cultivar la disidencia e imaginar un futuro alternativo.
A continuación se ofrece una guía para para facilitar un enfoque feminista decolonial en la cobertura informativa.
(1) Tiene una función social
El periodismo debe ir más allá de la mera información de los hechos para exigir cuentas al poder y revelar las verdades que se esconden tras las complejas cuestiones de género. Su función social es fomentar la democracia y la igualdad de género, teniendo en cuenta la diversidad de las sociedades.
(2) Refleja una agenda de derechos humanos
El periodismo debe ayudar a todas las personas a comprender mejor sus derechos y reforzar su capacidad para defenderse. Una agenda basada en los derechos humanos puede reducir la probabilidad de conflictos enraizados en la desinformación, aumentando la comprensión mutua de las personas sobre sus luchas y las oportunidades de coexistencia amistosa.
(3) Amplifica las voces infrarrepresentadas en defensa de la igualdad de género, el clima y la sociedad
Las narrativas deben servir de plataforma para amplificar las voces de los más marginalizados. Cuanto mayor sea la diversidad de fuentes, más precisa y completa será la información.
(4) Comparte soluciones y servicios
Además de alertar sobre delitos como la violencia de género y las medidas estatales draconianas, el periodismo debería producir historias que ofrezcan esperanza y soluciones para las crisis más urgentes, incluyendo la salud mental de los periodistas y sus lectores.
(5) Pone a las mujeres y los géneros disidentes en el centro de la narrativa
La información de género debe cubrir todos los aspectos de la vida y enfocarse en las mujeres y los géneros disidentes. Esto incluye informar sobre el cambio climático, la política, la economía, los deportes, las artes y el espectáculo, la violencia contra las mujeres y las niñas, y más.
(6) Considera el lenguaje inclusivo
El lenguaje sexista debe evitarse, señalarse y modificarse. Se trata de pronombres y palabras que pueden excluir o estereotipar involuntariamente a las personas en función de su sexo. La apropiación y el deseo activo de cambiar las prácticas son valiosos tanto para los periodistas como para sus lectores.
(7) Se beneficia de un equipo diverso
Diversificar el equipo, ya sea por género, raza, ubicación, etc., es esencial para aportar nuevas perspectivas y enfoques a los problemas sociales. Al representar mejor la diversidad de la sociedad, es más probable que se superen los prejuicios.
(8) Cubre con rigor, datos e investigación
El periodismo feminista debe ser preciso, riguroso, basarse en la verificación de datos, presentar diferentes perspectivas.
(9) Ofrece información en lenguas locales y formatos más accesibles
Los contenidos bilingües y multilingües pueden tender puentes de entendimiento entre comunidades y poner de relieve problemas que afectan a una audiencia multicultural.
(10) Da preferencia a fuentes y datos del Sur Global
Los periodistas deben entrevistar a fuentes del Sur Global como expertos en lugar de presentarlas únicamente como víctimas. Es fundamental destacar las soluciones locales, los datos, la investigación y la ciencia provenientes de regiones que suelen recibir poca cobertura.
Foto de Miguel Bruna en Unsplash.