Para escribir mejores crónicas, piensa como un niño

Mar 10, 2025 en El ABC del periodista
Niños en un aula

Es muy posible que dejes de leer este texto antes de llegar al final del párrafo. Un estudio puede arrojar luz sobre el porqué: en 2004, los participantes eran capaces de concentrarse en una tarea en pantalla durante un promedio de dos minutos y medio. En 2016, ese tiempo se había reducido a 47 segundos. Si a eso sumamos un mundo repleto de noticias de última hora, incluyendo guerras, incertidumbre económica y una crisis climática, empezamos a ver el problema con mayor claridad. Las historias que transmiten los periodistas son importantes y complejas, pero pueden ser ignoradas incluso por las audiencias más interesadas si no se perciben como un "contenido" lo suficientemente atractivo.

¿La solución? Contar mejores historias. Unas tan apasionantes que no puedan pasarse por alto.

¿Y cómo producir una historia "magnética"? Dado todo lo que está en juego, puede resultar contraintuitivo responder "pensando como un niño", pero es la verdad. A lo largo de mi carrera, en la que he escrito cientos de piezas de largo aliento, sé que las peores fueron aquellas en las que fruncí el ceño e intenté abordar el tema como un intelectual adusto. Desde la fase de brainstorming, censuraba cualquier idea que me pareciera frívola o inusual.

Mi trabajo más fuerte, en cambio, abrazó la extrañeza. El primer artículo científico de largo aliento que escribí para Discovery Channel Magazine fue un verdadero desafío para alguien que nunca se había familiarizado con las ciencias duras, como yo. "¿Puedes escribir sobre el nuevo Colisionador de Hadrones del CERN?", me preguntó mi editor. "Me gustaría publicar un reportaje sobre física cuántica".

Asintiendo con confianza (pero transpirando profusamente), procedí a buscar en Google Hadron + CERN + quantum. Desconcertado pero sin inmutarme, conseguí una entrevista con un profesor de física de partículas del CERN (la Organización Europea para la Investigación Nuclear). Mi desafío consistía en iniciar la entrevista de una forma que estableciera al instante el tono con la que la marca Discovery Channel cuenta historias: con entusiasmo friki y los ojos bien abiertos. "Así que, profesor", empecé. "¿Cree que podría ganarle a Einstein en una pulseada?". Hubo una larga pausa en la línea telefónica antes de que el académico empezara a reírse. Se rompió el hielo y compartió respuestas fantásticas sobre un experimento complejo que marcó una época, de una forma que tanto un escolar como su abuela podían disfrutar.

La lección para mí fue múltiple: que los académicos, por más serios que parezcan, también son personas y disfrutan de una sesión de preguntas y respuestas que no sea una repetición de todas las entrevistas que han concedido previamente. Que una pregunta segura y seca dará lugar a una respuesta igual de seca. Y, lo más importante, cuanto más disfrutes del proceso de investigación, más se reflejará en el texto resultante.

¿De qué otras formas puedes volver atrás en el tiempo y pensar como un niño mientras te prepara escribir?

No temas parecer tonto

Después de todo, los niños no lo son. Disfrutan de su curiosidad y no se avergüenzan de lo que no saben. Si abordas un tema con el que no estás familiarizado, comienza la entrevista haciéndoselo saber al experto, para que hable sin utilizar jerga profesional, que es exactamente lo que los lectores esperarán del producto final. "Explícamelo como si tuviera cinco años" es un excelente atajo hacia la claridad (y un foro muy interesante en Reddit).

No pongas límites

¿Quieres desarrollar tu carrera? Fantasea como un niño pequeño, sobre todo si eres freelance. Es muy fácil caer en el pesimismo y llamar "ser realista" a no enviar propuestas a la publicación de tus sueños. Pero los clichés son ciertos: no sabes qué es posible hasta que lo intentas y, más aún, hasta que sigues intentándolo con perseverancia, fracaso tras fracaso.

Tuve que hablar con medios como la BBC y National Geographic media docena de veces antes de conseguir un encargo. Lo que me ayudó a seguir adelante fueron dos cosas: en primer lugar, aprendí a disfrutar del proceso pensándolo como un juego. En segundo, cambié de mentalidad. No tomaba cada rechazo que llegaba a mi bandeja de entrada como un callejón sin salida, sino como un paso adelante; una oportunidad de presentar la historia rechazada en otro lugar, mientras se me ocurría una idea mejor para enviar a la primera publicación. Como escribió Mark Twain: "Todo lo que necesitas en esta vida es ignorancia y confianza; entonces el éxito está asegurado".

Haz preguntas raras

No solo a los entrevistados, sino a ti mismo. Hay una etapa de la infancia en la que los niños hacen preguntas que desconciertan incluso al adulto más culto. Preguntas como "¿De dónde viene el viento?" o "¿Los perros se sienten solos?". No hay que descartarlas. En un momento en que los incendios forestales extremos empeoran infinitamente por la persistencia del viento, deberíamos preguntarnos cómo nace una brisa. Una buena pregunta también puede desvelar un tema mucho más amplio. ¿Recuerdas cuando dije que envié varias propuestas al editor de National Geographic? La propuesta que me encargaron finalmente se centraba en una pregunta clave: "A medida que el caos climático se hace más extremo y aumenta el número de muertos, ¿empezará más gente a creer en los fantasmas?". Puede que los puristas piensen que este tipo de preguntas no son más que clickbait, pero enganchan a un lector que, de otro modo, habría pasado de largo, y le permiten aprender sobre temas cruciales de un modo que recordará.

Casi al final de su carrera, Picasso señaló con pesar: "Una vez dibujé como Rafael, pero me ha llevado toda una vida dibujar como un niño". La creatividad consiste tanto en desaprender como en aprender. Tanto si quieres introducirte en el periodismo como si quieres hacer frente a la alta tasa de burnout que hay en el sector reavivando tu creatividad, puede que valga la pena que te preguntes no solo qué puedes desaprender de tu manera de trabajar y tus hábitos fijos, sino cómo escribiría el artículo que tienes enfrente tu yo de hace 10 años. La respuesta puede mejorar tu historia.


Foto del National Cancer Institute en Unsplash.