Omisiones recurrentes en la cobertura global de la invasión a Ucrania

Apr 19, 2023 en Cobertura de crisis
Persona frente a la bandera de Ucrania

Un año después de hablar con varias periodistas ucranianas y escribir sobre sus experiencias durante la invasión rusa, volví a ponerme en contacto con dos de ellas, Angelina Kariakina y Nataliya Gumenyuk, quienes reflexionaron sobre la intensificación de las privaciones diarias, el agotamiento, el costo emocional de la pérdida de vidas y el sentimiento generalizado de culpa de los supervivientes. Ese costo es enorme, pero también lo es la esperanza colectiva en un futuro mejor.

Sin embargo, lo que en parte empaña esa esperanza son las lagunas y los sesgos en la cobertura internacional de la guerra que ambas periodistas detectan. Una pesquisa sobre esta cobertura reveló varias omisiones a las que vale la pena prestar atención si se quiere informar de manera equilibrada y cabal.

(1) Omisión del colonialismo ruso

Hace unos días, una amiga educada y exitosa me dijo que no entendía por qué había empezado esa guerra.

Como la mayoría de la audiencia global, esta amiga carece de información básica importante sobre la invasión rusa. Esto concuerda con el análisis de Kariakina de que los medios internacionales omiten la historia de colonialismo ruso en Ucrania: "Se está cubriendo la estrategia bélica", afirmó. "Pero hay un problema contextual mayor que se pasa por alto y que hace que esta guerra sea difícil de detener: la amenaza de la muerte de Rusia como imperio. El mundo no entiende que Rusia trata a Ucrania como si fuera una colonia".

Comprobé este argumento encargando a AKAS que analizara las noticias sobre la guerra de Ucrania publicadas en 2022. Sorprendentemente, descubrimos que la Segunda Guerra Mundial se menciona nueve veces más que el colonialismo. Además, existe una clara división entre el Sur y el Norte: los medios de comunicación del Sur Global suelen utilizar más frecuentemente el marco del colonialismo que los del Norte, que han pasado por alto casi por completo este ángulo. Es posible que la ceguera de los países industrializados ante su propio pasado colonial impida a los periodistas tratar eficazmente el tema del colonialismo en relación con esta guerra.

Table of news analysis

 

Los proveedores de noticias que cubren la guerra en Ucrania harían bien explicar a sus audiencias que a principios del siglo XX el país estaba dividida entre los imperios ruso y austrohúngaro. Considerada en Moscú como la "Pequeña Rusia", Ucrania intentó independizarse en los años posteriores, pero solo lo consiguió tras el colapso del comunismo en agosto de 1991. Los nacionalistas rusos se sienten traicionados desde entonces.

(2) Omisión de las libertades reprimidas en Rusia

Es importante arrojar luz sobre las normas sociales en Rusia que aplastan la libertad de expresión y apoyan la guerra, al tiempo que fomentan la ignorancia de los rusos sobre su propio pasado. "Rusia nunca deconstruyó los 70 años de la Unión Soviética. Los rusos nunca han reflexionado críticamente sobre su pasado", afirma Kariakina.

Esto facilita la repetición del pasado represivo. Desde su llegada al poder en 2000, Putin ha hecho un esfuerzo concertado para suprimir y reescribir el pasado soviético, explica el informe "Generación Gulag" de Coda Story. Y con éxito: la mitad de los jóvenes rusos no han oído hablar del Gran Terror, como se conoce a las purgas de la era de Stalin.

En 2019, el 70% de los rusos aprobaba el papel de Stalin en la historia. La falta de verdad alrededor de lo que ocurría en los gulags y otras atrocidades masivas soviéticas se ha visto apuntalado por una falta de libertad política y económica durante siglos. Esta aceptación del autoritarismo ha impulsado la guerra de Rusia contra su antigua colonia, Ucrania.

(3) Falsas equivalencias entre agresor y agredido

La cobertura internacional de la guerra crea a menudo una falsa equivalencia entre ambos bandos, argumentó Gumenyuk, omitiendo que Ucrania es una nación soberana. Además, en el 36% de la cobertura se hace referencia a la guerra como "conflicto". Es más exacto utilizar descriptores que diferencien entre el agresor y el agredido.

 

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(4) Desequilibrio en las fuentes

A Kariakina le preocupa que los rusos, incluyendo los que han huido del país, tengan una participación desproporcionadamente alta en la narrativa de la guerra o que su participación sea similar o superior a la de los ucranianos en los paneles internacionales.

Mientras trabajaba en un reportaje en el que se comparaban las tácticas de guerra rusas en tres ciudades de Ucrania, Chechenia y Siria, a Kariakina le llamó la atención lo similares que son las evaluaciones que hacen los ucranianos y los chechenos sobre las narrativas construidas sobre las guerras de Rusia en sus países. Con una frustración evidente, observó: "[Los chechenos] dicen que su voz fue ahogada por los activistas rusos de derechos humanos y por los periodistas rusos. Son ellos quienes contaron la guerra en Chechenia, no los propios chechenos".

Recurrimos al análisis de GDELT (Global Database of Events, Language, and Tone) para comparar la participación de rusos y ucranianos en la cobertura de noticias. Una vez más, los resultados sorprendieron: en 2022, las referencias a Putin fueron cuatro veces más comunes que las referencias a Zelensky, y los expertos rusos fueron citados dos veces más frecuentemente que los expertos ucranianos.

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A la hora de entender la guerra en Ucrania es necesario inclinar el reparto de voces hacia quienes están sobre el terreno. Los periodistas deben tener cuidado de no tratar las voces de los emigrantes rusos como intercambiables con las de los ucranianos; sus punto de vista son muy diferentes, a pesar de considerar también a Putin un enemigo.

El contexto es fundamental para entender esta guerra, así como la adopción de una óptica multinacional al analizar las contiendas recientes de Rusia, y la importancia de establecer paralelismos entre el colonialismo ruso y el de otros países occidentales antes del siglo XX.

Sin este contexto, existe el peligro real de que la audiencia global se desvincule de cualquier juicio moral sobre quién tiene razón y quién no en esta guerra. Y la Rusia de Putin apuesta por esta apatía.


Fotografía de Daniele Franchi en Unsplash.