Los ataques a Maria Ressa y Rappler son una advertencia para la libertad de prensa mundial

Dec 3, 2020 en Seguridad digital y física
Maria Ressa

La periodista filipino-estadounidense Maria Ressa enfrenta nuevas causas penales por difamación cibernética, esta vez debido a un tweet con una captura de pantalla de un artículo publicado hace casi 20 años. Este último cargo, condenado una vez más por las organizaciones de libertad de prensa, sociedad civil y periodismo de todo el mundo, se produce menos de seis meses después de que Ressa y su colega Reynaldo Santos, Jr. fueran declarados culpables de difamación cibernética criminal por un error tipográfico en un artículo de 2012.

Ressa fue sentenciada a hasta seis años de prisión en la condena original por difamación cibernética. Este segundo cargo relacionado podría duplicar la sentencia, dicen sus abogados.

En los últimos dos años, Ressa ha sido arrestada dos veces y condenada una vez por un cargo criminal inventado. Ya ha pagado más de US$80.000 en fianzas y podría pasar el resto de su vida en la cárcel si la declaran culpable en los ocho casos en los que sigue luchando en Filipinas.

Defensores internacionales de los derechos humanos describen las batallas de Ressa como emblemáticas. Y Ressa advierte: ella, su organización de noticias Rappler y su país fueron el canario en la mina de carbón, una prueba de cómo un país puede desmantelar el periodismo independiente. La represión contra la célebre periodista filipino-estadounidense, y cómo ésta se está llevando a cabo, ahora se está expandiendo a todo el mundo, dice Ressa.

“Ponen a prueba las tácticas de cómo manipular a Estados Unidos en nuestro país. Si funciona, lo trasladan al resto del mundo", dice Ressa en el tráiler de A Thousand Cuts, un documental publicado recientemente sobre su lucha por" mantenerse firme" contra la desinformación viral y los ataques orquestados por el estado contra el periodismo independiente en Filipinas.

[Lee más: Detrás de las batallas judiciales de la periodista Maria Ressa]

 

Libertad de prensa en Filipinas

Filipinas había sido un modelo de democracia en Asia. La rápida caída del país hacia el autoritarismo subraya la necesidad de tratar el ataque al periodismo independiente que allí sucede como un llamado de atención para el resto del mundo.

"Los ataques a Maria Ressa y Rappler sientan un precedente alarmante para la libertad de prensa, no solo en Filipinas sino en todo el mundo", dijo a IJNet Rachel Chhoa-Howard, investigadora de Malasia, Filipinas, Singapur y Brunei en Amnistía Internacional. "Los gobiernos populistas podrían ver esto como una oportunidad para presentar sus propios cargos políticos para perseguir a los críticos de los medios de comunicación y otros, simplemente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión".

En Filipinas, y cada vez más en otros países, una de las tácticas principales contra los periodistas independientes es el uso de las redes sociales como arma.

Facebook permitió que ejércitos de trolls en línea que apoyaban al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, manipularan la opinión pública en el período previo a las elecciones presidenciales del país que en 2016 que lo llevaron al poder. En los años posteriores, Duterte ha aprovechado la información falsa en las redes sociales para debilitar la libertad de Ressa y Rappler.

Los atacantes han utilizado amenazas en línea para intimidar a Ressa y perjudicar su credibilidad. En un momento estaba recibiendo un promedio de 90 mensajes de odio por hora. Los agresores en línea han deshumanizado a Ressa y han pedido que sea arrestada, violada y asesinada. Los ataques también han tenido un efecto escalofriante en otros reporteros. Los periodistas que de otro modo podrían oponerse a la narrativa pro-Duterte eligen en cambio el camino de la autocensura.

Luego de que el gobierno filipino utilizara las redes sociales como arma, comenzó a hacer lo mismo con la ley. En este entorno propicio, la administración Duterte forzó el cierre de la empresa de radiodifusión más grande del país, ABS-CBN, y obligó a los propietarios del diario más grande del país, The Philippine Daily Inquirer, a anunciar que venderían el periódico antes de abandonar la venta. Mientras tanto, la administración Duterte ha presentado 12 casos contra Ressa y Rappler desde 2017, incluidos al menos ocho que actualmente siguen activos.

[Lee más: Maria Ressa advierte sobre las amenazas al periodismo independiente en Filipinas y el mundo]

 

El retroceso global de la libertad de prensa

Las batallas legales de Ressa pueden ser el tema de libertad de prensa de mayor notoriedad en la actualidad, pero están lejos de ser casos aislados. Los desafíos que ella sigue enfrentando dan una idea de cómo la represión en el periodismo independiente puede desarrollarse, o ya lo ha hecho, en otras partes del mundo.

En Rusia, el periodista de investigación Ivan Golunov fue arrestado en junio de 2019 por cargos inventados de tráfico de drogas, y decenas de periodistas fueron detenidos en julio por protestar pacíficamente contra la represión de las autoridades contra sus colegas. Dos periodistas de Reuters en Myanmar, Wa Lone y Kyaw Soe Oo, fueron condenados en 2018 a siete años de prisión, cada uno en respuesta a su investigación sobre los asesinatos de 10 hombres y niños musulmanes rohingya.

El auge del nacionalismo hindú en India ha exacerbado los ataques en redes sociales contra periodistas, y algunos también han sido arrestados. Dhaval Patel, editor del sitio de noticias Face of Nation, fue detenido en mayo y acusado de sedición por informar sobre un posible cambio de liderazgo en el estado noroccidental de Gujarat. En abril, el periodista Gautam Navlakha fue arrestado por sus reportajes y trabajo como activista de derechos humanos. El periodismo independiente ha sido objeto de fuertes ataques en Cachemira, en particular, donde el gobierno indio cortó el servicio de Internet durante meses después de revocar la autonomía de la región.

En Vietnam, el Partido Comunista gobernante ha prácticamente eliminado la prensa libre, con excepción de un puñado de blogueros y periodistas independientes. El país ha incrementado su persecución de estas voces independientes en los últimos años. En mayo, las autoridades arrestaron a los periodistas Nguyen Tuong Thuy y Pham Chi Thanh por “oponerse al estado”, informó CPJ. En marzo, el bloguero de Radio Free Asia, Truong Duy Nhat, fue condenado a diez años de prisión luego de que lo secuestraran mientras buscaba asilo en Tailandia y lo devolvieran a Vietnam. 

En Estados Unidos, considerado durante mucho tiempo un abanderado de la libertad de prensa, las amenazas de muerte y la violencia contra los periodistas aumentaron durante la administración Trump. En 2018, un hombre armado mató a cinco periodistas que trabajaban en Capital Gazette en Annapolis, y más tarde ese año CNN evacuó sus oficinas de Nueva York cuando recibió una amenaza de bomba. El verano pasado, las organizaciones de libertad de prensa documentaron más de 800 ataques a periodistas durante las protestas de Black Lives Matter.

Estos ejemplos tan solo ofrecen una muestra superficial de las violaciones a la libertad de prensa en los últimos años. El Índice de Libertad de Prensa advierte sobre un entorno "cada vez más complejo y hostil" para los periodistas en América Latina, por ejemplo, y el Medio Oriente es el hogar del mayor número de muertes de periodistas. En Europa, los periodistas se enfrentan hoy a más amenazas a medida que se debilita el estado de derecho, aumentan los asesinatos impunes y crecen los problemas financieros a los que se enfrenta la industria de las noticias.

El rol de las Big Tech

A medida que decrece la libertad de prensa, también lo hace la democracia. Tanto los gobiernos autoritarios como las democracias han utilizado la desinformación en las redes sociales para lograr objetivos antidemocráticos. Mientras tanto, las Big Tech, y especialmente Facebook, se esconden detrás de argumentos de libertad de expresión mientras dan luz verde a la desinformación, discursos de odio y provocaciones de violencia en sus plataformas, dicen Ressa y otros críticos.

Al igual que en Filipinas, los ejércitos de trolls controlados por el estado también están trabajando en Rusia, India y Vietnam, advierte el Índice de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras de 2020.

En Myanmar, una misión de investigación de la ONU determinó que Facebook desempeñó un papel fundamental en el genocidio de los musulmanes rohingya. Los discursos de odio, la propaganda y las incitaciones a la violencia se difundieron en la plataforma de redes sociales, según el informe. Si bien Facebook tomó medidas para censurar las voces rebeldes, dejó intacta la actividad de las redes sociales pro-militares.

Luego de que las campañas de desinformación en Facebook influyeran en los resultados de las elecciones de 2016 en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha continuado vendiendo información errónea e incitando a la violencia. Este accionar, recibido con entusiasmo por sus millones de seguidores, ha sido acompañado con ataques públicos a periodistas y medios de comunicación.

Ressa y otros han pedido a las grandes empresas tecnológicas que regulen mejor la difusión de información falsa y dañina en sus plataformas. En Facebook en particular, dicen, la desinformación y los discursos de odio proliferan sin control. De hecho, Ressa ha acusado explícitamente a Facebook de ser parcialmente responsable de su situación. Antes de ser condenada, le dijo a la empresa: "Si no cambias lo que estás haciendo, yo podría ir a la cárcel".

Facebook ha experimentado con el etiquetado de información errónea y desinformación en 2020, especialmente en torno a las elecciones presidenciales de Estados Unidos y el COVID-19. Sin embargo, lo han hecho en menor grado que Twitter y con una mínima eficacia. Incluso frente a un boicot publicitario durante el verano, el gigante de las redes sociales se mostró reacio a tomar medidas significativas para abordar sus problemas de desinformación y discursos de odio, dicen los críticos. Esto es especialmente importante en Filipinas, donde Facebook es la "única forma de acceder a Internet para la mayoría de los filipinos", explicó Davey Alba de Buzzfeed en un artículo de 2018.

A medida que Facebook ha ido suplantando el poder de los periodistas para distribuir noticias, su falta de regulación ofrece una excelente oportunidad para que líderes como Duterte se aprovechen para llenar a sus ciudadanos de mentiras y desinformación que promueven agendas antidemocráticas, dicen Ressa y otros. En Filipinas, Rappler y otras fuentes del periodismo independiente ya lo han sufrido.

“Hemos perdido nuestro papel de guardianes. Ya no distribuimos las noticias. El mayor distribuidor de noticias a nivel mundial es Facebook, las plataformas de redes sociales, y las plataformas tecnológicas han renunciado a la responsabilidad de proteger el miedo del público”, dijo Ressa en un seminario web de ICFJ-Frontline en junio. "Si no arreglamos eso, entonces todos los países tendrán que lidiar con el hecho de que las mentiras se difunden más rápido que los hechos, y las mentiras mezcladas con ira y odio, repetidas un millón de veces, se convierten en hechos".

Piense en ello como la película "Inception", sugirió Ressa. Al igual que los "extractores" pueden entrar en el mundo de los sueños para cambiar el mundo real, eso es lo que sucede en las redes sociales.

Ressa dijo: "Si puedes hacer que la gente crea que las mentiras son los hechos, entonces puedes controlarla".


David Maas es director de IJNet.

Imagen principal otorgada por Rappler.