La situación de la prensa mejora en Sierra Leona

Jul 10, 2022 en Libertad de prensa
Freetown, Sierra Leone

Con la expansión de publicaciones "de opinión" alimentadas por desinformación en sociedades democráticas, y de la censura y la propaganda gubernamental en las autocracias, la libertad de prensa está en retroceso en todo el mundo.

Sin embargo, Sierra Leona avanza en la dirección contraria. El país de África Occidental ha subido 29 puestos en el ranking de la libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF) de 2022, situándose en el puesto 46 del mundo, comparable a Uruguay, Corea del Sur y Estados Unidos.

El rápido ascenso del país frente a las tendencias mundiales actuales se produce tras la derogación de su Ley de Difamación Criminal y Sediciosa de 1965, que se utilizó para reprimir a los periodistas críticos con el gobierno.

"Un año después de la firma de la derogación, 130 periódicos registrados, 165 emisoras de radio registradas y 42 emisoras de televisión registradas siguen operando libremente", dijo el presidente, Dr. Julius Maada Bio, en una conferencia de prensa el año pasado.

Hoy "no hay ningún periodista encarcelado por el ejercicio de su trabajo", señaló.

Sierra Leona, un raro punto luminoso en una época de declive de la libertad de prensa, ofrece un posible modelo para que medios de comunicación, sociedad civil y gobiernos reformistas de otros países mejoren la situación de la prensa independiente.

Fin de una ley contra la prensa

En 1991, Sierra Leona se sumió en una brutal guerra civil, cuando el Frente de Acción Revolucionaria, de Liberia, intentó derrocar al gobierno. La guerra duró 11 años, y se resolvió momentáneamente con la firma de un acuerdo de paz —los Acuerdos de Paz de Lomé— en 1999. Sin embargo, las hostilidades continuaron, y el ejército británico intervino en 2000. Todavía pasarían dos tumultuosos años para asegurar el gobierno frente a los grupos rebeldes en ascenso.

Las elecciones se celebraron finalmente en 2002, tras las cuales el recién elegido Presidente Ahmad Tejan Kabbah declaró el fin oficial de la guerra civil. Tras el conflicto, se creó una Comisión de la verdad y la reconciliación para abordar las causas y las consecuencias de la guerra y crear un plan para el futuro. Entre las recomendaciones: derogar la ley de difamación de 1965, que había contribuido a una cultura de corrupción y miedo.

"La naturaleza de la ley era tan terrible que hasta el gerente del medio podía ser arrestado, además del editor, el periodista y a veces incluso el jefe que la leía", dijo Mohammad Swaray, el ministro de Telecomunicaciones de Sierra Leona que lideró la derogación.

A pesar de la recomendación, la ley de difamación no se derogó en su momento, y siguió utilizándose para acosar y encarcelar periodistas. El presidente Bio, elegido en 2018 y exjefe de Estado del gobierno militar durante la guerra civil, fue la primera administración en impulsar la derogación de la ley.

"Aparte de la Comisión de reconciliación, los sucesivos informes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos han señalado que la ley de difamación no es modelo de buen gobierno, libertad de prensa y democracia", explica Swaray. "La prioridad era poner nuestras leyes en consonancia con otros tratados internacionales de los que éramos signatarios. Queríamos ser buenos competidores. Queremos ser una nación cumplidora". También señala que con la ley de difamación en vigor se detenía a personas y se cerraban negocios.  "No es el entorno más propicio para atraer inversiones. También lo argumentamos ante el Parlamento", dice.

El 28 de octubre de 2020, tras dos años de presionar para atraer el apoyo bipartidista, la administración Bio derogó la ley, poniendo fin a la práctica de criminalizar el periodismo en el país. Aprovechar la voluntad política de destacados funcionarios fue fundamental. "Incluso con las mejores intenciones, si no se tiene voluntad política en los niveles más altos, nunca se puede llegar a donde hemos llegado y a donde deseamos llegar", señala Swaray.

Construir medios sanos

Si bien la derogación de la ley sentó las bases de los nuevos medios independientes en Sierra Leona, décadas de represión habían vaciado a la prensa existente en el país. Los periodistas carecían de dinero y recursos para informar adecuadamente, lo que creó un entorno propicio para el periodismo "de sobre marrón", como se denomina en África al intercambio de dinero por cobertura positiva.

"Los medios de comunicación necesitan mucho apoyo financiero. La economía de Sierra Leona es realmente pequeña. Tiene un PIB muy bajo. El sector de la publicidad es mínimo y solo llega a un puñado de personas. La mayoría de los medios no son viables", afirma Maha Taki, asesora principal de desarrollo de medios de comunicación de BBC Media Action.

En abril, más de 300 funcionarios, medios independientes y entidades de apoyo a los medios —organizados por el programa PRIMED de BBC Media Action— se reunieron en la capital, Freetown, para planificar cómo revitalizar el ecosistema mediático de Sierra Leona. Elaboraron un informe en el que sugerían cambios para el gobierno y la Comisión Independiente de Medios de Comunicación del país (IMC). Las recomendaciones incluyeron un fondo nacional para medios de interés público, anuncios más transparentes y financiación gubernamental para el desarrollo de los medios. Las propuestas han sido aprobadas por la IMC y el parlamento de Sierra Leona, según Taki, y están a la espera de la aprobación del gabinete del presidente.

"Todas las recomendaciones apuntan a que la prensa sea saludable. Creo que si al menos algunas de ellas se siguen en los próximos años, ya será una gran mejora en el sector de los medios de Sierra Leona", dijo Taki.

Lecciones aprendidas

A pesar del éxito de Sierra Leona en la construcción de unos medios de comunicación libres e independientes, los desafíos persisten. Numerosos periodistas continúan estando mal pagados y, aunque las amenazas no son tan sistemáticas como antes de la derogación de la ley de difamación, no están ausentes, como se puso de manifiesto en el intento de asesinato de un periodista televisivo en abril de 2022.

"La situación de los propios periodistas no es la normal en términos de remuneración. Muchos solo intentan cobrar sus salarios", ha declarado Sadibou Marong, director de RSF en África Occidental.

Y aunque los periodistas ya no son encarcelados, algunos siguen sufriendo acoso. "Es una obligación del Estado garantizar que los periodistas puedan trabajar libremente y sin ser acosados por las fuerzas de seguridad", dijo Marong.

No obstante, el ejemplo de Sierra Leona representa un modelo potencial para que activistas y reformistas en todo el mundo mejoren la libertad de prensa en sus respectivos contextos. Una de las claves para replicar el éxito de Sierra Leona, dice Taki, es ofrecer apoyo internacional para respaldar la voluntad política de cambio.

"Creo que es realmente replicable", dice. "Hablamos con nuestros equipos nacionales en África Occidental y les decimos: ¿ven algún tipo de apertura, aunque no sea como la de Sierra Leona? Hay que aprovechar eso y ayudarles a impulsar esas mejoras en la medida de lo posible. Tenemos que trabajar con lo que tenemos, básicamente, y trabajar poco a poco".

Si bien la voluntad política y el apoyo de actores internacionales han mejorado la libertad de prensa en Sierra Leona, el futuro no es seguro. El resultado de las próximas elecciones presidenciales de este año puede cerrar la breve ventana de voluntad, haciendo que los compromisos con la prensa libre se tambaleen.

Tener una prensa libre es el interés último no sólo de los medios de comunicación, sino también de los gobiernos democráticos, explicó Swaray. "La prensa y los gobiernos están en un matrimonio de conveniencia por la propia naturaleza de nuestros trabajos. Nuestros caminos siempre se cruzan", dijo. "Sin la prensa, podría haber dictadura y tiranía. Sin los gobiernos, habrá atrofia, así que tenemos que trabajar juntos".


Imagen de Social Income en Unsplash.