Si no fuera por la periodista checa Pavla Holcová, el mundo probablemente desconocería el verdadero alcance de los vínculos entre la mafia italiana y el gobierno eslovaco, o las sospechas tras el asesinato de su colega, el periodista Ján Kuciak, y su prometida.
Tampoco entenderíamos cómo se las arregló el primer ministro checo Andrej Babiš para mover millones de euros a través de empresas offshore para comprar inmuebles de lujo en Francia; algo que descubrió Holcová en su más reciente investigación para los Pandora Papers.
Menos de una semana después, Babiš perdió por poco en su intento de ser reelegido. "Perdió las elecciones. No sabemos hasta qué punto fue resultado de nuestra investigación, y hasta qué punto fue que la gente está cansada de él", dijo Holcová a IJNet. "Ahora dejará de gobernar y se va a la oposición. Ese es el impacto de momento".
Fundadora del Centro Checo de Periodismo de Investigación y editora del Proyecto de Información sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP), Holcová no solo investigó para los recientes Pandora Papers, sino también para los Panama y Paradise Papers, y participó en investigaciones sobre blanqueo de dinero en Azerbaiyán y Rusia. Sus reportajes han rastreado miles de millones de euros en ventas ilegales de armas a Siria durante la guerra, y han revelado inversiones secretas realizadas por el antiguo jefe de la policía secreta de Macedonia, Saso Mijalkov. Su trabajo es reconocido internacionalmente, y este año es una de las ganadoras del Premio Internacional de Periodismo Knight del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ).
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Holcová es la primera en reconocer el papel fundamental que ha desempeñado la colaboración transfronteriza en sus coberturas. Trabajar con otros periodistas le ha permitido ampliar el alcance de sus investigaciones. Además, actúa como salvaguarda tanto para las historias en las que trabaja como para los colegas que participan en ellas. "La colaboración es absolutamente crucial porque te da acceso a datos que no podrías conseguir de otra manera, y porque puedes confiar en que otra persona te ayudará", dijo. "Nuestro mensaje es que, si yo no soy capaz de publicar una historia, otros lo harán. Quien quiera perjudicarme tendría que perjudicar a toda la red".
Eso fue precisamente lo que pasó tras el asesinato de su colega Kuciak en 2018. Holcová y un equipo de periodistas y redacciones de Eslovaquia y la República Checa obtuvieron material de las investigaciones policiales sobre el empresario Marian Kočner, cuyos delitos financieros había investigado Kuciak. "Pudimos terminar todas las historias que Kuciak había comenzado, porque recogimos 70 terabytes de datos", explicó Holcová, refiriéndose a lo que se conoció como la investigación de la Biblioteca Kočner. "Con esos datos, pudimos terminar y exponer los crímenes de esas personas, y así fue que el sistema construido sobre esa corrupción se derrumbó".
Holcová considera que el trabajo sobre la Biblioteca Kočner es su investigación más importante. Los políticos eslovacos de más alto nivel —presidente, primer ministro, funcionarios regionales— dimitieron. Altos cargos de la policía dimitieron y se presentaron cargos de corrupción y obstrucción a la justicia contra 21 jueces. "El gobierno fue derrocado porque el sistema que crearon lo permitió", dijo la periodista. "Pudimos sacar a la luz los vínculos entre los poderosos y los ricos con los políticos y el poder judicial. Solo después, el sistema se derrumbó".
Su expertise en delitos financieros es de gran ayuda en las investigaciones colaborativas. "He pasado horas y horas hablando con expertos en delitos financieros", incluyendo auditores forenses, investigadores policiales y especialistas en estructuras offshore. Señaló que la Red de Justicia Fiscal es un recurso especialmente útil para los periodistas interesados en informar sobre estos temas. "También leo montones de libros centrados en las finanzas y la delincuencia financiera. En un momento, todo empieza a tener sentido".
Una y otra vez, Holcová se ha esforzado por sacar a la luz delitos de corrupción y situaciones delictivas. En una ocasión se hizo pasar por prostituta para hablar con el segundo al mando de una banda de narcotraficantes serbios y estadounidenses dentro de una prisión de máxima seguridad en Perú. En otra investigación se hizo pasar por la directora de un banco ante la esposa de un narcotraficante balcánico interesado en crear una empresa y abrir una cuenta en la República Checa.
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Lo que más sorprendente de Holcová es su humildad. Es la primera en dar crédito a sus colegas por haber hecho posible su trabajo periodístico. "Tanto en el Centro Checo como en el OCCRP trabajo con grandes personas, con grandes reporteros", dijo. "Comparten. Hablan contigo. Intentan ayudarte. Te apoyan. Y esa es una gran motivación". Por eso considera que el premio del ICFJ es un reconocimiento al elenco de periodistas con los que ha trabajado. "Yo soy una especie de apoderada o un rostro de esto. El premio es realmente para todo el equipo de personas con las que trabajamos. Sin ellos, nunca habría podido llegar a la etapa en la que me encuentro, ni estar en el periodismo hoy en día", dijo.
El periodismo independiente sufre cada vez más amenazas en todo el mundo, y los trabajadores de los medios de comunicación tienen que enfrentarse a menudo a medidas represivas que ponen en riesgo su vida y su labor informativa. En ese contexto, Holcová está dispuesta a transmitir su experiencia y sus conocimientos a una nueva generación de periodistas, equipándolos para que puedan contar las historias que mañana habrá que contar. Es uno de sus principales objetivos en el Centro Checo, donde la mayoría de sus colegas a tiempo completo se incorporaron como becarios y aprendieron mientras trabajaban.
"Mi plan es transmitir conocimientos y experiencia a los jóvenes, y consolidar y centrarme más en mis colegas de la República Checa", dijo. "Veo que tienen mucho talento y hacen un gran trabajo, y necesitamos cultivar justamente eso".
Imagen cortesía de Pavla Holcová.