Fact-checking en lenguas locales, clave para el África francófona

Jan 19, 2025 en Lucha contra la desinformación
Jóvenes africanos

Los contenidos de fact-checking en el África francófona suelen estar disponibles por escrito y en francés. Sin embargo, no todos los públicos están alfabetizados y no siempre tienen acceso a Internet.

El consumo de fact-checks es, por lo tanto, limitado, mientras que la desinformación y sus consecuencias no perdonan a nadie. Conscientes de esta realidad, medios africanos dedicados al fact-checking han decidido ofrecer sus contenidos en lenguas locales y en diversos formatos para llegar a nuevos sectores de la población.

Leer contenidos: un problema

"La mayoría del público no quiere leer contenidos de fact-checking. En una encuesta, muchos dijeron que prefieren la voz o el video en lenguas locales", explica Abdoulaye Guindo, periodista y coordinador de la plataforma Benbere en Mali, que tiene una sección dedicada a la verficación.

Fundado en 2019, este medio maliense emplea cinco lenguas, entre ellas el bambara, la más hablada en el sur, el fulfulde y el dogosso, hablada al centro, y el sanghoï, del norte.

"Aquí se utilizan más las lenguas locales y el medio más escuchado es la radio, así que sabemos cómo llegar al mayor número posible de malienses que no están conectados", explica Guindo.

La Voix de Mpoti, un medio de Bamako, se vale de podcasts en dos lenguas locales desde fines de 2023. Sus contenidos se comparten después en grupos de WhatsApp, explica Dramé Yacouba, su director. "En Mali, los grupos de WhatsApp son terreno fértil para la circulación de información falsa. Nosotros trabajamos con algunos administradores para erradicar cualquier infoxicación", explica.

Cada país del África francófona tiene sus propias realidades. En la República Centroafricana, la mayoría del público al que se quiere llegar no tiene acceso a Internet y vive de rumores. "Para llegar a este grupo, nuestros contenidos se emiten en emisoras de radio en una de las lenguas locales, el sango", explica Britney Ngalingbo, Directora Ejecutiva de Centrafrique Check.

En Benín, el medio Badona, también conocido como Banouto, desarrolló su iniciativa durante unos siete meses entre 2021 y 2022, en el marco de un proyecto de hermanamiento de iniciativas de fact-checking apoyado por la Organización Internacional de la Francofonía. La iniciativa ya no existe por falta de financiación, explica su director Olivier Ribouis. "Difundíamos nuestros contenidos en emisoras de radio asociadas, ofreciendo un precio fijo. El proyecto llegó a su fin, ya no tenemos fondos, pero una de nuestras radios asociadas ha continuado".

Impacto de los contenidos en lengua local

"Ya no se cree la información falsa que se produce de forma recurrente", se entusiasma Abdoulaye Guindo, de Benberé.

En comparación con el estilo antiguo, de formato escrito, Guindo señala que este impacto también se refleja en el aumento de visualizaciones de los contenidos en video y podcast disponibles en la página de Facebook, la cuenta en X y el canal de YouTube del medio.

Si bien el proyecto Badona solo duró unos meses, Ribouis cree que la reacción de los oyentes es un buen indicador: "Aunque no hayamos conseguido cubrir a todo el público afectado por la desinformación, la reacción es positiva. Una vez que los oyentes escuchan la versión verificada, nos agradecen", dice.

En Uagadugú, Faso Check utiliza desde hace cuatro años cuatro lenguas locales: moré, fulfulde, dioula y gourmatchema. Sus contenidos se difunden a través de cápsulas radiofónicas emitidas en radio asociadas: "A veces son las comunidades las que nos piden verificar algo", cuenta Ange Lévi Jordan Meda, responsable del departamento editorial y coordinador de la producción de artículos de fact-checking y su adaptación a las lenguas locales.

En Centrafrique Check ven que el público ha podido desarrollar una mentalidad crítica y se vuelca cada vez más en el trabajo de fact-checking: "Ya han pasado tres años y, gracias a las interacciones recibimos mensajes de ánimo del público en general", dice su directora ejecutiva.

Evaluación del impacto

"Se trata de un impacto cualitativo, no podemos cuantificarlo, es difícil evaluar la audiencia", dice Ribouis.

"Medimos el impacto a través de los comentarios de la audiencia mediante los clubes de oyentes de la radio. Con los acontecimientos políticos y sociales que han sacudido Burkina-Faso, la gente es cada vez más consciente de que la desinformación puede perjudicar a todas las comunidades", agrega Lévi Jordan Meda, de Faso Check.

Por su parte, Benbéré, de Mali, dispone de un formulario en línea y de una base de datos de sus abonados: "Nuestro evaluador de seguimiento hace encuestas después de la emisión de nuestros contenidos e interactúa con el público", explica Abdoulay.

A pesar del trabajo volcado en la verificación, sigue habiendo una población que cree en información falsa, ya que esta se difunde ampliamente. También hay quien la cree por ignorancia.

"Verificar no es suficiente. Necesitamos educación mediática para ayudar a las comunidades a prestar atención a los contenidos que circulan por las redes ", añade Dramé Yacouba, director de La Voix de Mpoti.

Estas iniciativas deben multiplicarse, insiste Olivier Ribouis, de Badona: "Donde la verdad está ausente, las falsedades mandan", concluye.


Foto de Joshua Oluwagbemiga en Unsplash