El Surti: de un .jpg al día a referente de la comunicación visual en la región

por Sebastián Ortega
Nov 23, 2021 en Sostenibilidad de los medios
El surti team around a table

Antes de ingresar a la aceleradora Velocidad, el Surti tenía cinco integrantes. “Era un grupo chico, que trabajaba de manera horizontal. Todo el equipo cabía en una mesa”, recuerda Alejandro Valdez Sanabria, director del medio. La definición es literal: los integrantes se reunían en la redacción en torno a una mesa larga donde debatían la agenda, las posibilidades de construir relatos en torno a determinados temas y editaban diseño y textos de las publicaciones. En aquella pequeña redacción del mundo prepandémico, la comunicación fluía con naturalidad en el espacio común.

Si bien ya habían experimentado con historias e investigaciones que publicaban como textos breves ilustrados para leer en el teléfono móvil, la actividad del medio se basaba principalmente en la publicación de afiches en redes sociales. Una de sus principales fortalezas era una audiencia fiel que se articulaba en torno a los grupos de WhatsApp.

Con esta idea, el medio empezó su aceleración con un objetivo claro: desarrollar un programa de membresías para aprovechar el fuerte potencial de los grupos de WhatsApp. Pretendía convertir en miembros a 3.000 de los 6.000 integrantes de la comunidad. Como objetivo secundario, apostaban a la creación de una agencia de contenido ilustrado que, a partir del trabajo con diseñadores freelance, pudiera atender la demanda de clientes que el equipo no podía afrontar. El enfoque estratégico del equipo de Velocidad les hizo cambiar las prioridades. 

La reorganización como base del crecimiento

Valdez Sanabria sintetiza la reciente transformación del medio en una frase: “Pasamos de ser un perfil de Facebook que publicaba un .jpg al día, a ser una organización que ofrece periodismo y servicios de comunicación visual a toda la región”. En apenas 18 meses, El Surti aumentó su impacto e ingresos, creó una comunidad de ilustradores y diseñadores gráficos de diferentes países y exportó su metodología de trabajo a toda América Latina.

Inicialmente, con el apoyo de Sebastián Auyanet, consultor estratégico de la primera fase del Fondo Velocidad, y con el acompañamiento de los consultores tácticos especializados en las áreas de audiencias, gestión organizacional, regionalización, tecnología y diseño, entre otras; la organización detectó que había prioridades en las que trabajar antes de poner en marcha un sistema de membresías.

Al igual que en otros medios del programa, un trabajo de reorganización y sistematización de procesos internos sentó las bases sobre las cuales se edificó el crecimiento de la organización. 

Al tratarse de un medio dedicado casi exclusivamente al periodismo visual, la metodología de trabajo y los procesos creativos eran diferentes a los de otros medios. Los primeros encuentros con el equipo de Velocidad sirvieron para que el equipo realizara una autoevaluación y repensara los procesos internos, las dificultades y las oportunidades a futuro. “Nos empezamos a mirar en el espejo”, define Valdez Sanabria.

Esta transformación le permitió a El Surti poner en marcha un proceso de regionalización que determinó un importante crecimiento en términos económicos, de volumen de trabajo, exposición e impacto.

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Apostar a la regionalización

“A medida que empezábamos a transitar ese camino de ayuda en lo cotidiano se metió muy fuerte la idea de que tenían que empezar a pensar en la regionalización, porque tenían todo para hacerlo”, recuerda el consultor estratégico Sebastián Auyanet. Desde el ingreso de El Surti a la aceleradora, el equipo de Velocidad vio una gran oportunidad de expandir las fronteras locales de este medio.

El proceso no fue sencillo: si bien El Surti tenía en los planes la búsqueda de financiamientos en la región, lo consideraban un objetivo de largo plazo, algo que podrían lograr recién al cabo de algunos años. El equipo de Velocidad insistió y logró convencerlos de que destinaran parte de los recursos a la planificación de un proceso de regionalización.

Como pista de despegue, en los primeros meses de pandemia El Surti fue convocado para participar de Latam Chequea, un proyecto colaborativo de fact-checking en el que participaron 28 organizaciones de verificación de datos de 16 países latinoamericanos y España para ayudar a periodistas y verificadores en la cobertura de la pandemia de COVID-19. El Surti tenía un valioso recurso para aportar en ese contexto de infodemia: la experiencia en la elaboración de piezas periodísticas visuales de alto impacto. Este proyecto obligó a la organización a pensar una forma de producción que sirviera a una red de organizaciones. Por primera vez, identificaron, sistematizaron y escribieron su metodología de trabajo paso a paso. La “metodología memética” promueve la colaboración y movilización de las audiencias a través de un proceso iterativo para hacer un periodismo visual ágil, sostenible, adaptable, remixable y compartible. 

Latam Chequea significó un incremento en la exposición internacional del medio, recursos económicos y un valioso capital simbólico: fue la prueba contundente de que había otros colegas, medios y organizaciones internacionales interesados en incorporar y aprender su metodología.

El desafío de incorporar nuevos formatos

A la par de la convocatoria para participar en Latam Chequea, El Surti comenzó a recibir pedidos de colaboración periodística y consultoría de diferentes organizaciones de la región. “Pensamos que llegar a tener clientes en la región nos llevaría dos o tres años y primero tuvimos clientes regionales y después empezamos a tener clientes locales”, recuerda Valdez Sanabria. 

La pandemia influyó favorablemente en este proceso. “La cuarentena achicó el mundo. En las primeras dos semanas nos cayeron ‘a bulto’ pedidos de colaboración de medios  y organizaciones de todo tipo”, agrega el director. La Fábrica Memética, como llamaron al área de servicios que opera separada del medio de comunicación, creció a toda marcha.

A medida que aumentaba la demanda de trabajo se hizo cada vez más evidente que el verdadero potencial de El Surti no está solo en lo que hacen -el storytelling visual- sino en cómo lo hacen. “A diferencia del dibujo, que es muy difícil de escalar porque hay que hacerlo uno a uno, la metodología sí es escalable”, explica Valdez Sanabria.

Descubrieron que había una necesidad muy grande entre los medios nativos digitales de mejorar la calidad del periodismo visual, principalmente en redes. A partir del diálogo con el consultor estratégico nació la idea de crear Latinográficas, un programa de formación en periodismo visual para periodistas, diseñadores gráficos e ilustradores de la región que les permitiese exportar y transmitir la experiencia y también generar una nueva y valiosa fuente de ingresos para la organización.

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Los recursos de Velocidad y las consultorías tácticas fueron claves para armar la propuesta, buscar financiamientos y poner en marcha el programa en la segunda fase de la aceleradora. “Si íbamos a enseñar cómo trabajamos, primero debíamos saber cómo lo hacíamos”, cuenta Valdez Sanabria. El trabajo con la consultora táctica Mariel Graupen les permitió hacerlo. A su vez, las consultorías de finanzas y negocios prepararon la organización para lograr nuevos clientes y financiamiento de

Facebook Journalism Project, ICFJ, Open Society Foundation y el European Journalism Centre (EJC) para proyectos. 

Uno de ellos fue Latinográficas, en el que, en las diferentes actividades de la primera edición, en el segundo semestre de 2020, participaron más de 500 personas de 250 ciudades de América Latina, Estados Unidos y España. El programa no solo logró capacitar a periodistas, ilustradores y diseñadores de otros países, sino que además permitió que los participantes trabajaran en piezas visuales que publicaron en sus organizaciones, multiplicando así el impacto en toda la región. Unos 20 medios y organizaciones de la región han publicado este trabajo, entre ellos Salud con Lupa, Efecto Cocuyo, Maldita, Chequeado y Connectas.

Latinográficas se convirtió en el proyecto más importante del medio. El éxito de la primera edición les permitió poner en marcha una segunda en 2021. Este año, además del apoyo financiero de las organizaciones, planean obtener ingresos de la propia comunidad. Han cerrado acuerdos con organizaciones y marcas para impulsar determinados temas y comunidades y empezaron a hacer pruebas con membresías y eventos.

Consolidación de procesos

Si la primera fase de El Surti en Velocidad fue una etapa de experimentación -ensayo y error- y puesta en marcha, la segunda fue la etapa de ejecución y consolidación de esos procesos. 

“Hubo una continuidad. Se sostuvieron líneas muy fuertes, como la regionalización de la agencia y el rearmado interno de la organización”, explicó Nicolás Piccoli, consultor estratégico durante la segunda fase de la aceleradora (diciembre 2020-septiembre 2021). Actualmente, el 40% de los clientes y financiadores provienen de otros países o tienen carácter regional, como Unicef, Oxfam, Fundación Capital, Dromómanos, El País, entre otros. En la segunda fase, además, tuvieron la posibilidad de afinar y perfeccionar procesos administrativos, un aspecto clave para acompañar el aumento del volumen de trabajo.

A lo largo de todo el proceso de aceleración, el equipo fue redefiniendo la manera en que se ve a sí mismo, buscando balancear los aspectos creativos con el fortalecimiento institucional. El equipo pasó de cinco a 19 integrantes, a los que se suman los colaboradores externos de los diferentes proyectos. Lo que era un medio de contenidos periodísticos visuales pasó a convertirse, como define su director, en una “organización que ofrece periodismo y servicios de información a toda la región”. Ese proceso incluyó una redefinición de nombres y la construcción de nuevas marcas.

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Hoy, bajo el paraguas de Memetic.Media funcionan tres áreas claramente definidas: a) el medio El Surti, que incluye publicaciones e investigaciones especiales, podcasts, la revista Futuros 2020 y una sección de fact-checking llamada La Precisa; b) La Fábrica Memética, que brinda servicios a diferentes organizaciones de la región y que el medio estima que representará un 35% de sus ingresos en 2021; c) el área de formación, centrada principalmente en el programa Latinográficas. Este proceso de reorganización, planificado y ejecutado a lo largo de las dos fases de la aceleradora, implicó las designaciones de Juan Heillborn como director de formación, a cargo del diseño y ejecución de Latinográficas, y Jazmín Acuña como directora editorial, quien quedó al mando del equipo periodístico. También sumaron a Carol Thiede a cargo del área de servicios, desde donde se planificó y ejecutó la expansión de El Surti a nivel regional. Todos ellos, junto a Vázquez Sanabria, integran hoy la dirección de la organización. 

Esta reorganización le permitió a El Surti no solo diversificar mejor las fuentes de financiamiento, sino también aceitar los procesos internos, coordinar el trabajo con la red de colaboradores externos y mejorar la producción periodística.

A futuro: el apoyo de la comunidad

Si bien la organización nunca dejó de pensar ni de trabajar en la incorporación de recursos técnicos y conocimientos para el diseño de un sistema de membresías, a lo largo del proceso de aceleración decidió poner el foco en necesidades más urgentes y oportunidades de financiamiento más valiosas. Hoy, ya consolidado el proceso de fortalecimiento institucional, están preparados para cumplir este objetivo.

A partir de la consultoría con Celeste Brand entendieron que el potencial de El Surti no estaba únicamente en los grupos de WhatsApp sino, principalmente, en la comunidad consolidada en torno a Latinográficas. “Nosotros estábamos muy encerrados en la membresía, y ella nos ayudó a descubrir que hay otras posibilidades de obtener ingresos”, explica Valdez Sanabria.

El Surti entendió que esa comunidad también puede brindar apoyo a través de distintas formas, desde eventos y donaciones hasta la compra de los productos editoriales que crea, como la revista Futuros.

Uno de los grandes desafíos de la organización apunta al desarrollo de dos sistemas distintos de membresías basados en esos descubrimientos: uno para ese grupo de fieles seguidores que consumen los contenidos periodísticos y desean contribuir y otro para esa comunidad -más pequeña pero mucho más específica- de diseñadores, ilustradores y periodistas que ven en la organización un espacio de pertenencia, formación, intercambio y desarrollo profesional. 

El crecimiento, que se evidencia en la incorporación de nuevos integrantes, la promoción y capacitación de otros miembros, en el impacto del trabajo periodístico y la diversificación de fuentes de financiamiento, hubiese sido imposible sin el trabajo construido a partir de dos pilares fundamentales para medios de nicho como El Surti: la transformación interna y la apuesta por la regionalización. La aceleradora Velocidad, explica Valdez Sanabria, no sólo les permitió mirarse en el espejo, revisar práctica, planificar y poner en marcha esa transformación vital: “También nos acompañó en el dolor que implica crecer”.


Imagen cortesía de Velocidad.