Disturbios y COVID-19 reconfiguran los medios locales de Medio Oriente

Oct 8, 2021 en Temas especializados
Lebanon flags

La represión de la libertad de prensa en Medio Oriente no es nueva y no ha hecho más que intensificarse durante la pandemia y tras la ola de protestas que estallaron hace dos años en la región.

"Se puede afirmar que la libertad de prensa no ha hecho más que empeorar después de las protestas de 2019", dice Kareem Chehayeb, periodista independiente del Líbano. En 2020 "murieron periodistas en un atentado con armas de fuego en Irak y hubo varias detenciones en Egipto, donde las fuerzas de seguridad allanaron la casa del corresponsal del diario Al Masry Al Youm, y lo arrestaron por cargos de terrorismo", explica. "La redactora jefe de Mada Masr, Lina Atallah, fue arrestada por informar sobre el activista egipcio detenido Alaa Abdelfattah".

Frente a estos choques a la libertad de prensa, los trabajadores de los medios han desarrollado nuevas estrategias e impulsado el periodismo ciudadano. A continuación, algunos ejemplos de la evolución del periodismo en Oriente Medio.

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Las dificultades económicas

Trabajar como periodista ya es un desafío en el mundo actual. En el Líbano, los trabajadores de los medios también están atravesando una crisis económica que se intensificó tras la caída de la moneda local en 2019 y tras la explosión del puerto de Beirut en 2020.

Los reporteros que trabajan para medios locales han estado recibiendo solo partes de sus salarios, de acuerdo con Sobhiya Najjar, presentadora de noticias de LBCI y productora de la BBC árabe. "Han experimentado una tremenda presión al cubrir política diaria, economía y temas relacionados con el COVID-19", detalla. Además, los periodistas han tenido poco margen para trabajar en diferentes medios y formatos, como piezas de investigación, que requieren más recursos y tiempo, explica.

Las presiones a las que se enfrentan los periodistas son especialmente pronunciadas cuando se trata de reportajes de investigación. “Cuando los medios de comunicación locales intentan producir reportajes de investigación, es más probable que las autoridades libanesas les pregunten por qué se crean estos informes, a diferencia de cuando lo hace un medio de comunicación internacional”, dijo Najjar. "La libertad de prensa en el Líbano está en peligro y carece de protección, y los periodistas podrían ser llevados fácilmente a los tribunales".

Periodismo ciudadano

Han surgido varios medios alternativos en el Líbano en los últimos dos años, impulsados principalmente por ciudadanos decepcionados por la información producida por los medios tradicionales, de acuerdo con Najjar. La mayoría de las plataformas de noticias registradas en el país son propiedad de familias políticas y empresariales.

"Al mismo tiempo, hay una nueva ola de periodistas y profesionales de los medios que no forman parte de esa cohorte y que no forman parte tampoco del sindicato de prensa", dice Chehayeb. "Algunos periodistas brillantes y honestos han asumido riesgos importantes para llevar adelante algunas coberturas condenatorias, pero tienen ciertas líneas editoriales que no pueden cruzar y que difieren de un canal a otro. Muchos son leales al Estado o a elementos del Estado: por ejemplo, apoyarían una sublevación, pero silenciarían el micrófono si un manifestante insulta al ejército".

Mientras que algunos periodistas locales producen información subjetiva que sirve a ciertos partidos políticos, otros se centran en cubrir los disturbios en el Líbano. Akhbar Al Saha y Megaphone son ejemplos de medios de alternativos que producen periodismo ciudadano, ya que cubren temas de importancia para el público a través de videos en sus redes sociales. Así informan sobre temas como la escasa vacunación en el país, la corrupción gubernamental y las protestas en las calles del Líbano.

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Conocimiento compartido y un giro hacia lo multimedia

Algunos medios libaneses han recurrido al podcasting para informar sobre la revolución, llamando a los ciudadanos a debatir temas específicos en torno a las acciones del régimen actual y los intentos del gobierno de censurar a los periodistas, cuenta Najjar.

También ha aumentado la demanda de videos explicativos. A los espectadores locales les gusta este formato, porque ofrece hechos, datos y análisis de manera simplificada. "La revuelta y la crisis económica han empujado a la gente a querer saber más sobre los entresijos del país, pero sin la jerga política", explica Chehayeb.

Sherif Mansour, coordinador del programa del Comité para la Protección de los Periodistas para Medio Oriente y el Norte de África, también señala popularidad del periodismo visual, y no solo en Líbano, sino en toda la región. "El uso de imágenes en la cobertura de las últimas protestas ha arrojado luz sobre el papel de las mujeres en los levantamientos, ya que las fotos de mujeres en Sudán y el Líbano reuniendo a los manifestantes y liderando las marchas se han hecho virales", dice.

Es importante destacar que los periodistas locales de la región están comunicándose más entre sí, a pesar de sus diferentes enfoques periodísticos, explica Mansour, añadiendo que la tecnología les permite trabajar fuera del control gubernamental.

"Los periodistas y los medios de comunicación independientes de la región están aprendiendo unos de otros y se apoyan más a través de las fronteras que dentro de ellas", dice. "Esa es la lección que creo que se desprende de todas esas protestas que se sucedieron una tras otra en un periodo muy corto".


Foto de Charbel Karam en Unsplash.