Además de las crisis climáticas —derivadas de la deforestación y la quema desenfrenada de petróleo y otros combustibles fósiles— y la crisis sanitaria, provocada por el COVID-19, otro problema global es la pérdida acelerada de biodiversidad.
Las organizaciones internacionales son fuentes estratégicas para la cobertura del tráfico de vida silvestre. Aquí te presentamos una lista de entidades a las que puedes recurrir si cubres medio ambiente:
- USAID, además de financiar estudios a gran escala, da apoyo a una plataforma con las principales rutas del crimen a nivel mundial para alentar a los gobiernos y las aerolíneas a mejorar sus sistemas de control.
- Traffic es la mayor ONG a nivel mundial combatiendo el tráfico de especies.
- El Centro de Periodismo Ambiental de Investigación Oxpeckers combina el análisis de datos y otras herramientas para rastrear e informar sobre redes criminales en África.
- La International Earth League cubre cadenas de suministro de vida silvestre ilegales, grupos ilegales y funcionarios gubernamentales corruptos, y ha utilizado cómics y documentales premiados para educar al público.
- La Agencia de Investigación Ambiental se centra en delitos y abusos ambientales, incluida la matanza y el tráfico de partes de animales, en particular elefantes, tigres y pangolines.
- Las organizaciones brasileñas SOS Fauna y Freeland luchan contra el tráfico de vida silvestre, trabajando en asociación con la policía federal de carreteras de Brasil, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables y la policía federal. Las acciones de estas agencias han resultado en revelaciones de tráfico inusual, como calcetines rellenos de serpientes norteamericanas.
Ir más allá de las incautaciones
A pesar de que existen fuentes sumamente calificadas tanto en Brasil como a nivel internacional, los periódicos, la radio y la televisión convencionales no hacen un seguimiento del tráfico de vida silvestre. El espacio de cobertura se limita a algunos informes científicos y a grandes incautaciones en ferias, carreteras, puertos o aeropuertos.
Una posibilidad para los periodistas es investigar y exponer las debilidades y lagunas legales o el desempeño de las agencias gubernamentales. Buscando datos a través de la Ley de Acceso a la Información en Brasil, pude mostrar que miles de animales también son confiscados anualmente en el Distrito Federal de Brasil, pero que fallas en los registros impiden encontrar un vínculo directo con el tráfico. Al mismo tiempo, este tipo de crímenes, despreciado por la legislación, circula libremente en redes sociales, como revelé en un reportaje para The Intercept Brasil.
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Por su carácter global, el tráfico de animales es un tema que requiere esfuerzos del periodismo colaborativo transnacional. Los periodistas pueden evaluar cómo las diferentes leyes de cada país facilitan la circulación de animales y plantas, seguir la ruta del dinero e incluso mapear los delitos.
Prestar atención a los principales escenarios políticos, económicos y de salud también puede generar buenas coberturas. Por ejemplo, el gobierno de Jair Bolsonaro ha reducido la aplicación de la ley contra los delitos ambientales en todo Brasil. Los presupuestos y el personal de las agencias gubernamentales están en caída libre y un decreto publicado en abril de 2019 alivió la imposición de multas por delitos contra la naturaleza.
Los expertos reconocen que la fiscalización también se debilitó a causa del COVID-19 y ha creado un entorno aun más favorable para el tráfico de vida silvestre. “Durante la cuarentena parece que los traficantes tienen más impunidad. Quieren vender más, abastecer más la demanda y lucrar”, me dijo Juliana Ferreira, directora ejecutiva de Freeland Brasil, en un artículo para el portal InfoAmazonia.
Por otro lado, la pandemia abrió los ojos del mundo a los riesgos de zoonosis vinculados al consumo de animales salvajes, dijo Ferreira, quien tiene un doctorado en biología genética. Ella enfatiza en que una de las medidas para prevenir nuevas pandemias como la de COVID-19 es “prohibir el comercio mundial de fauna silvestre”, ya que brotes pasados, como el de Ébola (1976), SARS (2003) y MERS (2012) "están intrínsecamente relacionados con la forma en que explotamos la vida silvestre".
No faltan razones para que los periodistas cumplan cada vez más con su rol social de vigilancia en materia de vida silvestre.
Aldem Bourscheit es una periodista independiente radicada en Brasilia (DF), que trabaja en historias sobre conservación de la naturaleza, ciencia, comunidades tradicionales e indígenas. Colabora con medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales en Brasil y el exterior. Miembro de la Red Brasileña de Periodismo Ambiental y de la Comisión de Educación y Comunicación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Imágenes: guacamayos (principal), jupará y loros. Crédito de la imagen: SOS Fauna.