Aunque los movimientos antivacunas, los escépticos del cambio climático y otros grupos similares existían antes de la pandemia, han encontrado nuevos niveles de visibilidad durante la crisis del COVID-19. Hoy en día, la resistencia a la corriente científica dominante puede verse en todas partes, desde el movimiento alemán "Querdenker", hasta porcentajes considerables de escépticos del cambio climático en los Estados Unidos.
El escepticismo hacia la ciencia refiere a la desconfianza generalizada en los expertos y en los hallazgos científicos verificables y comprobables. A medida que se convierte en una noticia cada vez más frecuente, es importante informar con precisión sobre el tema, para evitar que se malinterprete lo que es exactamente, y las fuerzas que lo impulsan.
A continuación, algunas recomendaciones.
[Lee más: Claves para informar sobre vacunas, reticencia y desinformación]
Ofrece contexto, siempre
La expresión "escepticismo hacia la ciencia" puede ser engañoso. Es importante que los periodistas den un contexto adecuado cuando se refieran a él.
Por ejemplo, aunque a menudo puede haber un solapamiento significativo entre la resistencia a las vacunas contra el covid-19 COVID-19 y la negación del cambio climático, estas dos posiciones escépticas no siempre comparten los mismos seguidores. Las personas que se resisten a las vacunas contra el COVID-19 pueden creer en la realidad del cambio climático o estar a favor de la conservación del medio ambiente, y viceversa. Es importante aclarar de qué tipo de conocimientos científicos es escéptico un grupo o movimiento, en lugar de pintar a todos los escépticos con la misma brocha.
También es importante señalar que los escépticos de la ciencia no se definen como tales, y a menudo recurren a expertos y científicos desacreditados o marginales para respaldar sus afirmaciones. Por ejemplo, un movimiento que niega el cambio climático puede citar fuentes científicas marginales que argumentan en contra del consenso del 99,9% de los científicos de que el cambio climático está siendo provocado por el hombre para apoyar su posición.
Los escépticos de la ciencia cuestionan la corriente científica principal. Basan su desconfianza en el antiintelectualismo, o en la desconfianza generalizada hacia expertos e intelectuales, en lugar de hacia método científico en sí mismo, especialmente cuando se trata de cuestiones muy politizadas como el cambio climático y la pandemia.
El escepticismo hacia la ciencia y la derecha no son sinónimos
Existen fuertes vínculos entre ciertas políticas de derecha y el escepticismo hacia la ciencia. En Estados Unidos, es menos probable que los votantes republicanos se vacunen contra el COVID-19 o crean que el cambio climático es consecuencia de la acción humana. En Alemania, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha hecho de la oposición a la vacunación contra el COVID-19 parte de su plataforma política.
Sin embargo, el escepticismo hacia la ciencia no está intrínsecamente en línea con las opiniones políticas de la derecha. El movimiento alemán Querdenker, por ejemplo, se nutre de miembros de la extrema derecha y de la izquierda política que desconfían de las vacunas y de las medidas de cierre y confinamiento. También en Francia, la resistencia a los mandatos de vacunación es frecuente entre los líderes de la izquierda política y la extrema derecha.
[Lee más: Las diferencias entre la cobertura china y estadounidense del COVID-19]
Recuerda que la confianza en la ciencia sigue siendo alta
A lo largo de la pandemia, las manifestaciones antivacunas aparecieron regularmente en las portadas de los periódicos. Destacar continuamente estos acontecimientos puede crear la percepción de que el escepticismo hacia la ciencia es un fenómeno más grande de lo que realmente es. Al informar sobre estos movimientos, es importante contextualizarlos en el marco más amplio de los altos niveles de confianza hacia la ciencia.
De hecho, durante esta crisis sanitaria mundial, la mayoría de las personas de todo el mundo "tienen al menos algo de confianza en que los científicos hagan lo correcto", según el Centro de Investigación Pew. En la misma encuesta, la mayoría (58%) también cree que sus gobiernos están haciendo muy poco para combatir el cambio climático.
Los movimientos contra la ciencia tienen un impacto real. Pueden afectar políticas locales, estatales y federales. Sin embargo, es importante que los lectores sean conscientes de que estas opiniones no reflejan las de la mayoría de la gente.
No todos los periodistas que informan sobre este tema tienen que ser expertos en ciencia o salud. Sin embargo, si se evitan estos posibles escollos informativos, los periodistas pueden asegurarse de que sus lectores reciban una imagen más precisa y matizada del estado de la confianza hacia la ciencia, y de cómo la confianza científica —o la falta de ella— afecta a sus propias comunidades y al resto del mundo.
Foto de Julia Koblitz en Unsplash.