Todos los periodistas tienen rachas de duda en algún momento de sus carreras. La actividad misma de escribir, corregir y reescribir facilita la reflexión, pero también pensar demasiado y tender al perfeccionismo.
Sin embargo, si alguna vez te has cuestionado la idoneidad de tus habilidades de escritura a pesar de tener evidencias de lo contrario, o te dices que no mereces los logros de tu carrera, es posible que estés sufriendo del síndrome del impostor.
Descrito por primera vez por las psicólogas Suzanne Imes y Pauline Rose Clance en la década de 1970, el "síndrome del impostor" ocurre cuando las personas dudan de sus logros y capacidades, y temen ser un fraude. El estudio originalmente mostró los efectos del fenómeno en las mujeres. Estudios posteriores, sin embargo, mostraron que también afecta a los hombres.
El número de personas que padecen el síndrome del impostor varía mucho. Un estudio de 2020 encontró que las cifras iban del nueve al 82% de los participantes, siendo particularmente altas entre los grupos étnicos minoritarios y, a menudo, comórbidas con la depresión y la ansiedad.
Pedimos a algunos periodistas que compartieran sus consejos sobre cómo lidiar con el síndrome del impostor.
Sal de tu cabeza
Cuando empieces a sentir que no eres lo suficiente bueno, "sal de tu cabeza y sé más amable contigo mismo", aconseja Ruby Deevoy. Periodista especializada en temas de salud y bienestar, es columnista de la revista Top Sante y fundadora de thecbdconsultancy.com.
Para ella las afirmaciones en la ducha o durante el ejercicio funcionan bastante bien. “Cuando me siento indigna, directamente me traslado al extremo opuesto de la escala y me digo a mí misma :'Soy poderosa, soy increíble, soy reconocida y apreciada por mi contribución excepcional a la mundo'".
Anna McAree, una estudiante de periodismo de Irlanda del Norte, concuerda. “Mi consejo sería creer en ti mismo y en la retroalimentación que recibes de los demás”, dice. "Si te dicen que estás haciendo algo bien o que estás haciendo un buen trabajo, ¡créelo!
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No te compares con otros
El síndrome del impostor se ensaña particularmente con los periodistas freelance. De hecho, la cotidianidad de proponer artículos suele consistir en no recibir noticias de parte de los editores y en el rechazo. Además, trabajar de forma independiente significa no recibir mucho feedback, lo que suele ser reconfortante cuando nos falta confianza.
“Concéntrate en ti mismo”, recomienda el periodista Adam England, que ha colaborado con varias publicaciones, incluidas The Guardian, The Independent, Metro y Euronews.
"Yo provengo de la clase trabajadora de Inglaterra, y fue un poco incómodo ingresar al periodismo, debido a que la industria está desproporcionadamente representada por personas de orígenes privilegiados", cuenta.
Él aconseja no compararse con colegas "o con cualquier periodista establecido que realmente admires. Concéntrate en tu propio viaje".
El camino de cada persona hacia el periodismo es diferente, ya sea en términos de edad, éxito, especialidades o cualquier otro aspecto.
No tienes que ser perfecto
Como explican las periodistas Emma Wilkinson y Lily Canter en su podcast Freelancing for Journalists, el síndrome del impostor también puede aparecer cuando los periodistas cubren temas sobre los que no se sienten bien informados.
Sin embargo, es importante recordar que no se requiere que los reporteros sean expertos o perfectos, sino que hagan que el conocimiento sea accesible para su audiencia. Para obtener expertise, siempre podemos recurrir a especialistas.
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Busca mentoría
Como recomiendan Wilkinson y Canter en su podcast, la ayuda de un mentor puede ser de gran valor para los periodistas aspirantes y principiantes.
Al comenzar, dicen, un consejero experimentado no solo puede brindarte un impulso de confianza, sino que también puede ayudarte a mejorar tu trabajo con comentarios constructivos. Además de eso, un mentor puede ser una gran fuente de contactos y, sobre todo, ayudarte a comprender cómo funciona la industria de los medios.
Cambia de perspectiva
Cuando los sentimientos de duda e inseguridad atacan, también es importante reconocer el contexto más amplio en el que trabajan los periodistas.
Tomiwa Folorunso, una periodista y editora de Edimburgo radicada en Bruselas, dice: “Cuando hablamos sobre el síndrome del impostor en mujeres, grupos subrepresentados o comunidades marginadas en particular, debemos reconocer que muchos de nosotros operamos, trabajamos y vivimos dentro de sistemas (organizaciones, empresas y sociedad) que en realidad no quieren que tengamos éxito".
“Estos sistemas fueron diseñados para que los hombres cis heterosexuales blancos tuvieran éxito. Así que, de algún modo, necesitamos cambiar nuestro lenguaje cuando hablamos del síndrome del impostor”, agrega Folorunso. "¿Por qué es nuestra responsabilidad trabajar más y más duro y no hacer, en cambio, que los espacios se adapten mejor a nuestras necesidades?"
Aléjate de los lugares de trabajo tóxicos
Las barreras sistémicas no son los únicos obstáculos a los que se enfrentan los periodistas. Los entornos de trabajo tóxicos, de hecho, pueden afectar significativamente la salud mental.
“Ve o busca los lugares donde tu voz y lo que tienes que decir sea apreciado y cuidado porque existen”, recomienda Tomiwa. "Hay publicaciones y editores que nutren, cuidan, brindan apoyo y no son tóxicos".
Ya sea debido a la presión social o nuestras propias inseguridades, el síndrome del impostor puede parecer un muro infranqueable. Siempre que sea posible, trata de seguir oponiéndote a tus dudas y enfocarte en lograr lo que quieres.
Deevoy, por ejemplo, se sentía un fraude mientras escribía un artículo sobre biología cuántica. Sin embargo, tras seguir adelante y publicarlo, llamó la atención de una organización de biología cuántica que quiere financiar un estudio para explorar su teoría. ¿Quién sabe adónde te puede llevar la confianza en ti mismo?
Iris Pase es una periodista freelance de Glasgow.