Tres amenazas emergentes en las redes sociales en Medio Oriente y el Norte de África

Jun 7, 2023 en Redes sociales
Personas con teléfonos celulares.

Este es el segundo artículo de una serie de dos partes que examina las tendencias que restringen el acceso y el uso de las redes sociales en Medio Oriente y el Norte de África. Lee la primera parte aquí.


Medio Oriente es una región extensa y compleja, con una historia y una cultura muy diversas. Algunas partes de la región se encuentran entre las más conectadas digitalmente del mundo, pero esta conectividad puede yuxtaponerse a menudo con restricciones y consideraciones culturales que pueden restringir el uso de estas tecnologías. 

Hemos visto cómo las nuevas leyes y normativas pueden limitar la libertad de expresión y reducir el acceso a los contenidos. Del mismo modo, también han aumentado los ataques a periodistas y creadores de contenidos.

Según el Índice Mundial de la Libertad de Prensa 2023, "Medio Oriente y el Norte de África (MENA) sigue siendo la región más peligrosa del mundo para los periodistas, con una situación clasificada como "muy mala" en más de la mitad de sus países." En parte esto se debe a las guerras en Siria y Yemen, pero también refleja una región que Reporteros sin Fronteras (RSF) describe como "bajo el yugo de regímenes autoritarios." De los 180 países de todo el mundo incluidos en su última clasificación, sólo un país de Medio Oriente y el Norte de África, Israel, figura entre los 100 primeros. Ocupa el puesto 97.  

Mientras tanto, los gobiernos de la región son cada vez más expertos en el uso de herramientas digitales, incluidas las redes sociales, como plataformas para intentar dar forma a su discurso dentro y fuera de sus fronteras. 

En este contexto, también observamos una serie de amenazas emergentes para la libertad de los medios de comunicación y la expresión creativa en Medio Oriente. No todos los desafíos proceden de la región, pero su impacto es el mismo: sofocar el flujo de información y ampliar el espectro de peligros que los periodistas y los usuarios de las redes sociales deben sortear.

(1) Una crítica creciente a Silicon Valley y a las plataformas con base en Estados Unidos

El informe del año pasado puso de manifiesto la insuficiencia de la moderación de contenidos en árabe de muchas de las principales plataformas tecnológicas. Junto a esto, también estamos viendo críticas continuas a veces crecientes a estas empresas, en particular con respecto a los contenidos de Palestina y sobre Palestina. Estas críticas van desde el bloqueo de cuentas hasta la percepción de parcialidad por no tratar por igual las voces palestinas e israelíes. 

Un análisis de la gestión de Meta de la guerra de Gaza de 2021, encargado por Meta, concluyó que la empresa "violó los derechos de los usuarios palestinos a la libertad de expresión, la libertad de reunión, la participación política y la no discriminación", según AP. Lo había hecho, explicó The Washington Post, "eliminando erróneamente contenidos [de usuarios palestinos] y castigando más duramente a los usuarios de habla árabe que a los de habla hebrea".

La congelación de cuentas en redes sociales y el bloqueo de contenidos en plataformas de propiedad occidental como Facebook, WhatsApp, Instagram y Twitter ha llevado a los palestinos a pasarse a TikTok, según declaró Arab News. Podría decirse que el continuo auge de Telegram también puede atribuirse en parte a este problema y a la oposición a las plataformas de propiedad occidental.

 

(2) La manipulación está en todas partes

Debemos reconocer que los gobiernos "amigos" también intentan influir en las redes sociales. En su artículo para Time, Marc Owen Jones señalaba que "los regímenes autoritarios del Golfo, junto con empresas y expertos occidentales, están utilizando la tecnología digital y las redes sociales para intentar piratear la democracia dondequiera que la encuentren, incluido Estados Unidos".

Estados Unidos también está implicado en estas nuevas fronteras de la guerra cibernética. Una investigación de The Intercept reveló que Twitter había trabajado con el Pentágono para promover las actividades del ejército estadounidense en Medio Oriente. Esto incluía "la inclusión en listas blancas de un lote de cuentas a petición del gobierno [...] que incluye portales de noticias y memes generados por el gobierno estadounidense, en un esfuerzo por moldear la opinión en Yemen, Siria, Irak, Kuwait y más allá". 

Mientras tanto, Politico ha puesto de relieve las disparidades entre la forma en que los gigantes tecnológicos abordan la desinformación incluida la manipulación de plataformas patrocinada por el Estado en los principales mercados occidentales y en otras partes del mundo, incluido Medio Oriente.

"Presuntos agentes del Kremlin venden falsedades haciéndose pasar por modelos de Instagram. La organización terrorista Hezbolá publica actualizaciones de propaganda como si fuera una organización de noticias. Más de dos millones de iraquíes se unen a grupos de Facebook donde se compran y venden armas sin controles", escribieron.

"Bienvenidos al mundo de las redes sociales en lengua árabe: un salvaje oeste donde la moderación de contenidos es mínima, los gobiernos extranjeros actúan con desenfreno y los yihadistas fomentan el odio en línea en, posiblemente, algunos de los países más devastados por la guerra del mundo".

(3) Publicar en las redes sociales fuera del país se convirtió en un problema mayor

Varios casos importantes del año pasado han puesto de relieve cómo los usuarios de las redes sociales pueden ser sancionados en países de Medio Oriente y del Norte de África por publicaciones realizadas mientras vivían y trabajaban en otro lugar. 

Salma al-Shehab fue condenada a 34 años de prisión, seguidos de una prohibición de viajar por 34 años, por su actividad en Twitter. Utilizaba la plataforma para seguir y retuitear a disidentes y activistas mientras estudiaba un doctorado en el Reino Unido, señaló The Guardian. 

Al-Shehab fue detenida a principios de 2021 tras regresar a Arabia Saudí de vacaciones y fue condenada a seis años de prisión por violar las leyes antiterroristas y contra la ciberdelincuencia del país. La condena aumentó a 34 años en apelación, con la prohibición adicional de viajar, añadida al final de su condena.

 

"La sentencia es la pena de prisión más larga dictada contra un defensor saudí de los derechos de la mujer", señaló The Freedom Initiative, ONG con sede en Washington D.C. 

Del mismo modo, en octubre, el gobierno saudí condenó a un ciudadano de 72 años con doble nacionalidad, estadounidense y saudí, a 16 años de prisión, más una prohibición de viajar durante 16 años, después de que se utilizaran tuits para declararlo culpable de intentar desestabilizar el reino y de apoyar y financiar el terrorismo. Saad Ibrahim Almadi fue puesto en libertad en marzo de 2023, informó Axios, "pero el hombre de 72 años sigue sometido a una prohibición de viajar impuesta por Arabia Saudí que le prohíbe regresar a su hogar en Florida".

Los tuits en cuestión fueron "publicados mientras se encontraba en Estados Unidos, y algunos de ellos eran críticos con el régimen saudí", dijo The Washington Post. Almadi fue detenido el pasado noviembre tras viajar de Florida a Riad para ver a su familia.

Su condena se basó en 14 tuits, según declaró el hijo de Almadi a la BBC. Entre ellos se incluían críticas a la demolición de partes antiguas de las ciudades de La Meca y Yeda, una referencia al periodista saudí asesinado Jamal Khashoggi y preocupaciones por la pobreza en el Reino.

Ninguna de las cuestiones y tendencias relacionadas con la libertad de los medios de comunicación y la libertad de expresión que se han destacado en esta serie son nuevas. Se pueden encontrar ejemplos de estas cuestiones en informes anteriores que vengo elaborando desde hace más de una década. Sin embargo, estas tendencias dan la sensación de que se están haciendo más prominentes, demostrando los continuos obstáculos que algunos creadores y consumidores experimentan en la región de Medio Oriente y el Norte de África. Como tales, son acontecimientos que los usuarios de las redes sociales y los defensores de la libertad de los medios de comunicación deben seguir vigilando.


Lee más sobre estas problemáticas y otros temas generales en Social Media in the Middle East 2022: A Year in Review, de Damian Radcliffe y Hadil Abuhmaid con Nii Mahliaire, publicado por el Instituto Crossings de la Universidad de Oregón-UNESCO Crossings Institute.

Foto de camilo jimenez en Unsplash.


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Jornalista

Damian Radcliffe

Damian Radcliffe é professor de jornalismo na Universidade de Oregon, bolsista do Tow Center for Digital Journalism na Universidade Columbia, pesquisador honorário da Escola de Jornalismo da Universidade de Cardiff e membro da Royal Society for the Encouragement of Arts, Manufactures and Commerce (RSA).