No hay nada más que discutir sobre la igualdad de género; ya llegamos bastante lejos.
Estoy harto de que nos digan a los periodistas que estamos haciendo mal las cosas. ¿También nos van a decir que informamos mal sobre diversidad y género?
La agenda informativa está tan ocupada que no tengo tiempo para analizar las diferencias entre hombres y mujeres. De todos modos, no deben ser significativas.
Como periodista, ¿te resuena alguna de estas frases? Si es así, no estás solo. Independientemente del género, periodistas y editores de todo el mundo están de acuerdo con al menos una de ellas.
Sin embargo y por muy extendidas que estén estas creencias, podrían estar costándote una parte de tu audiencia potencial: las mujeres, que ya no se ven reflejadas en las noticias. Muchas abandonan por completo a los proveedores de información y prefieren las historias compartidas por familiares o amigos en las redes sociales. El análisis de SimilarWeb del consumo de noticias que realizamos en la consultora internacional de estrategia de audiencias que cofundé junto con Richard Addy, AKAS, revela una enorme brecha de género de 20 puntos porcentuales entre el consumo de noticias en línea de hombres y mujeres. En India, Nigeria, Estados Unidos, Reino Unido, Kenia y Sudáfrica, el consumo por parte de los hombres supera al de las mujeres en 29, 25, 22, 21, 18 y 7 puntos porcentuales, respectivamente.
¿Qué es lo que los medios no están haciendo lo suficiente para servir a su público femenino? Uno de los principales puntos ciegos de la industria periodística es no reconocer ni informar sobre las brechas sistémicas que existen desde hace tiempo entre hombres y mujeres y que otorgan a los hombres ventajas injustas sobre las mujeres. El último análisis de AKAS GDELT de mil millones de noticias en línea desde 2017 reveló que, a nivel mundial, menos del 0,08% de estos artículos contenían los términos "género" o "brecha(s) de género".
En el informe, llamado "De la indignación a la oportunidad" y publicado en noviembre de 2022, analicé las perspectivas infrautilizados en las coberturas para siete brechas estructurales entre hombres y mujeres: brechas salariales, de poder, de confianza, de autoridad, de seguridad, de salud y de edad. El análisis de datos de AKAS GDELT encontró que solo el 0,02% de la cobertura global de noticias desde 2017 ha hecho referencia a cualquiera de estas siete brechas. Por lo tanto, se echa en falta un enfoque estructural.
Esta omisión por parte de publicaciones y periodistas no suele ser deliberada. Cuando pregunté a distintos editores de alto nivel su opinión sobre por qué la proporción de historias o ángulos de igualdad de género en la cobertura informativa era tan baja, surgieron tres razones.
En primer lugar, dos de cada tres destacaron la falta de concientización o de habilidades para buscar el enfoque/la historia de género.
Una editora del Sur global aclaró la cuestión: "Lo que falta es sensibilizar a los periodistas para que tengan en cuenta los aspectos de género en las noticias que cubren. Si un periodista recibiera formación para buscar un ángulo de género en una noticia de actualidad sobre salud en mi país, se fijaría en cómo afectaran los cambios de manera diferente a hombres y mujeres".
La segunda razón de la escasez de información sobre las diferencias entre hombres y mujeres puede atribuirse a la limitada comprensión que tiene el sector de la información de lo que constituye una perspectiva de género. Por ejemplo, en lugar de considerar que las brechas sistémicas que existen desde hace tiempo entre hombres y mujeres afectan a todas las noticias, independientemente de su temática, la mitad de los redactores entrevistados calificaron las noticias de género de "noticias blandas", es decir, las consideraron menos importantes dentro de una agenda informativa increíblemente competitiva.
La tercera razón surgió cuando esta estrecha percepción de lo que es una historia de género se llevó aún más lejos, ya que un tercio de los redactores jefe entrevistados admitió ser escéptico sobre la necesidad de aplicar una perspectiva de género al periodismo. Esta actitud fue resumida por una periodista del Norte global: "Bueno, solo podemos cubrir cierta cantidad de historias, y vamos a cubrir estas porque sabemos que van a llegarle al público".
Pues bien, la cobertura informativa no llega a tanta audiencia femenina como suponían hasta ahora los medios. Sin embargo, esto puede cambiar si la forma de pensar evoluciona y se adapta más a las mujeres a lo largo de toda la cadena de valor noticiosa, incluido la gestión, el reporteo y la producción.
Tal vez la intervención más importante para el cambio consista en concientizar a los medios del persistente sesgo masculino en la selección de historias y ángulos informativos, los colaboradores elegidos para transmitirlos y el público que los consume. En palabras de Mary Ann Sieghart, a quien entrevisté para "De la indignación a la oportunidad", la persistencia del sesgo masculino es "como una banda elástica: en cuanto dejas de tirar de ella, vuelve a la situación por defecto de tener muchos más hombres que mujeres".
¿Qué noticias sobre la "brecha de género" deberían cubrir las redacciones? La mayoría de los editores entrevistados (64%) eligieron la brecha salarial como la más importante, en parte porque es más fácil de medir y rastrear y, por lo tanto, más directa para informar. La siguiente brecha más urgente a la que dar prioridad, seleccionada por el 45%, fue la brecha de poder.
En términos más generales, los medios (y las facultades de periodismo) que exploran la oportunidad que el periodismo equitativo representa para sus resultados, deberían formar a periodistas y editores para que busquen diferencias de género en temas como la política, los negocios, la política social, la economía y la educación. Las diferencias siempre están ahí, al igual que las fuentes que los periodistas eligen para destacarlas.
Sin embargo, este desafío llevará tiempo, como advierte una experimentada colega del Norte global: "Tenemos nuevos periodistas que han pasado por sistemas educativos que intentan hacer hincapié en la equidad en la información. Pero tanto los nuevos como los veteranos están habituados a determinadas formas de informar, por lo que lleva mucho tiempo cambiar los viejos hábitos".
Pero cambiarlos, podemos. Paso a paso.
Imagen de Mimi Thian en Unsplash.