Llevaba ya muchos años trabajando como periodista cuando me di cuenta de la desigualdad de género en la cobertura informativa. Me chocó enterarme de que los hombres representan alrededor del 75% de las fuentes citadas, oídas y vistas en las noticias. Hasta ese momento, me avergüenza admitirlo, nunca había pensado en la necesidad de buscar un equilibrio de género entre mis entrevistados.
Si bien puede que haya aumentado la conciencia pública sobre este desequilibro gracias a campañas como la iniciativa 50:50 de la BBC, la desigualdad persiste.
El Proyecto Global de Monitoreo de Medios de Comunicación (GMMP), que analiza la representación de género en la cobertura informativa a escala mundial cada cinco años desde 1995, reveló en su informe de 2020 que las mujeres solo representaban el 26% de las fuentes utilizadas en los periódicos, el 26% de las fuentes de noticias de televisión, el 23% de las fuentes de noticias de radio y el 28% de las fuentes de noticias en línea.
El informe también reveló que a las mujeres se las consultaba más por su experiencia personal que en calidad de expertas. Las mujeres mayores, las mujeres de color y las mujeres con discapacidades tenían aun menos probabilidades de ser consultadas como fuentes.
En conjunto, las mujeres solo protagonizaron el 6% de las noticias en medios tradicionales y el 9% en digitales. Los avances son "glaciales" y, de seguir así, harán falta casi 70 años para cerrar la brecha de género en los medios tradicionales.
Manos a la obra
Quise comprender mejor qué factores contribuyen a este persistente desequilibrio de género, desde la perspectiva de entrevistadas actuales o potenciales.
Una de las teorías que me plantearon varios periodistas era que las mujeres estaban menos dispuestas a conceder entrevistas a los medios que los hombres.
Tras entrevistar a 30 académicas y encuestar a más de 200 expertos y portavoces de medios de comunicación, hombres y mujeres, en el marco de un proyecto de investigación en colaboración con el Global Institute for Women's Leadership y la Australian Broadcasting Corporation, descubrimos que no era así.
Más del 80% de las mujeres encuestadas se declararon dispuestas a conceder entrevistas. No había diferencias significativas entre hombres y mujeres a este respecto.
Al igual que sus homólogos masculinos, las mujeres reconocen las ventajas de aparecer en los medios para promocionarse a sí mismas, su investigación, organización o empresa. También las motiva el deseo de comprometerse con la comunidad y animar a otras mujeres a hablar con la prensa.
Sin embargo, es más probable que las mujeres se sientan nerviosas a la hora de conceder una entrevista. Solo el 5% se siente "muy segura", frente al 20% de los hombres.
Entre las barreras que impiden a las mujeres conceder entrevistas se encuentran la preocupación por su aspecto, no comprender el funcionamiento de los medios, la preocupación por dar información sesgada o inexacta y el miedo a ser objeto de abusos en Internet.
A partir de esta información, nuestro equipo de investigación esbozó algunas estrategias que los periodistas, productores y editores pueden adoptar para animar a más mujeres a aceptar solicitudes de entrevistas.
Identificar fuentes
- Abre la lente. Amplía tu red de contactos, organizaciones y empresas, identifica posibles nuevas fuentes femeninas y evita utilizar las mismas fuentes una y otra vez, aunque sean buenos talentos mediáticos.
- Usa bases de datos como SheSource, del Women's Media Center, para identificar nuevas expertas y portavoces femeninas.
- Pide recomendaciones a activistas.
- Cuando te pongas en contacto con voceros, pide hablar con una mujer de la organización en lugar de con un director general o jefe varón.
- Si eres editor o editora, crea conciencia en la redacción sobre el predominio de las voces masculinas en las noticias y lo que ello significa en términos de marginación de los puntos de vista y experiencias de las mujeres.
- Establece objetivos para lograr un mayor equilibrio entre hombres y mujeres, controla sus progresos e informa a tu equipo.
- Proactividad. "Ni en mi cultura ni en mi familia se fomenta la idea de abrirse a una conversación pública (y arriesgarse así al escrutinio público)", contó una encuestada. En todo caso, se nos enseña a permanecer calladas a menos que se nos pida, a nadar en nuestros propios carriles y a evitar cualquier cosa que agite el barco o llame la atención". Por eso, para que las voces cultural y lingüísticamente diversas estén representadas en los medios, los periodistas tienen que buscar y acercarse al talento de forma proactiva".
El abordaje
Nuestra investigación reveló que la manera en que los periodistas se dirigen a las mujeres para entrevistarlas es fundamental para que una fuente potencial se sienta lo suficientemente cómoda y capacitada como para acceder a hablar. "Cuando los periodistas me llaman en frío y se nota que conocen mi trabajo y tienen un propósito claro para querer hablar conmigo, me dan ganas de hacer lo que pueda para ayudarles", dijo una encuestada. "No es una cuestión de ego, sino que me da la sensación de que el periodista se toma el tema (y a ti) en serio".
Algunas sugerencias para dirigirse a posibles entrevistadas:
- Sé claro sobre lo que buscas de la fuente y por qué quieres hablar con ella.
- Demuestra que has investigado haciendo referencia al trabajo reciente de la fuente y/o a su experiencia, y explica por qué es relevante para tu cobertura.
- Haz un breve repaso de lo que puedes esperar. Explicar requisitos técnicos, como la necesidad de que la fuente utilice auriculares para mejorar la calidad de audio, o que un productor suele llamar antes de una entrevista radial en directo, son formas sencillas de mantener al sujeto informado.
- Sé cortés y flexible con los tiempos.
- Formula de antemano algunas preguntas que den a la fuente una idea de lo que estás buscando. "Me encantaría que me enviaran las preguntas de antemano para poder prepararme mejor", contó una entrevistada.
La experiencia de la entrevista
Cuando preguntamos a nuestros participantes por los factores que contribuyen a que una entrevista constituya una experiencia positiva, descubrimos que tanto hombres como mujeres coincidían en general.
Estos son algunos de los aspectos que identificaron:
- Comunicación y expectativas claras.
- Respeto mutuo.
- Entusiasmo.
- Un ambiente relajado en el que la fuente no se sienta apurada o bajo demasiada presión.
- Interés genuino y mente abierta por parte del periodista, que puede transmitirse a través del entusiasmo durante el intercambio. Expresar agradecimiento por el tiempo de la fuente, escuchar y no interrumpir. "Ser auténtico. Ponte en mi lugar y no opines. Haz muchas preguntas y escucha. Escucha de verdad", dijo una de los entrevistadas.
- Informar de forma justa y precisa. Haz un seguimiento o haz comentarios por teléfono o correo electrónico, y elogia a tu fuente o hazle críticas constructivas sobre cómo puede mejorar su técnica en entrevistas posteriores. Esto es especialmente útil para los comentaristas sin experiencia.
Las mujeres quieren que sus voces se oigan. Y nosotros, como periodistas, tenemos que asegurarnos de que se les de esa oportunidad. Como dice la destacada investigadora británica Karen Ros: "Quienes son invitados a hablar como comentaristas en las noticias dicen cosas muy importantes sobre quiénes 'cuentan' en la sociedad, cuyas voces tienen legitimidad y estatus".
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