Nacida en Siria, Hadil Arja conoce de cerca los problemas que atraviesan los periodistas en Medio Oriente. Los reporteros y autores de la región deben lidiar con la desinformación y la censura, además de correr los riesgos que derivan del conflicto, el terrorismo y la opresión gubernamental. En ese contexto, Arja ha dedicado su carrera informativa a producir historias locales en un formato innovador.
Radicada en Turquía, cofundó dos medios independientes: Tiny Hand y Frontline in Focus. Ambas organizaciones se dedican, respectivamente, a utilizar la narración visual para informar sobre los niños en las zonas de crisis, y a cubrir historias de interés humano en los conflictos. Tiny Hand y Frontline in Focus utilizan distintos recursos tecnológicos para hacer que las historias sean interactivas e involucren más a la audiencia.
Alumna 2020-2021 del Centro de Mentoría de IJNet Árabe, Arja está impulsando una nueva visión dentro de su región: que las noticias no solo son importantes, sino que pueden ser atractivas.
¿Qué despertó tu interés en el periodismo?
Estudié periodismo en Damasco y me gradué en 2006. En ese momento no había guerra en Siria.
Cuando empezó la revolución, en 2011, viajé a Qatar, donde fui redactora jefe en una revista sobre estilo de vida. En ese momento sentía que era periodista, pero en el lugar equivocado. Necesitaba estar más cerca de los acontecimientos. Así que mi marido y yo dejamos el país, a pesar de que el salario era alto, y nos vinimos a Turquía. Al final conseguí un trabajo que me ayudó mucho a mejorar mis habilidades digitales y a comprender mejor el periodismo digital y su relevancia.
¿Cómo empezaste con Tiny Hand?
Tuvo que ver con formar parte de una redacción. Una noticia es una noticia y se cubre. Pero a veces incluso dentro de una sala de redacción, hay historias que no se consideran importantes.
Para mí ver niños en la primera línea de un conflicto es importante. Nuestra misión es ofrecer esa información de alguna manera, obligar a la gente a mirar. Así que dejé mi trabajo y empecé Tiny Hand para ofrecer historias sobre niños y pensar en una nueva forma de contarlas. Vivimos en una época en la que existen herramientas digitales como la realidad aumentada, la realidad virtual y las historias interactivas y eso puede usarse en el periodismo.
¿De qué modo te ha ayudado IJNet?
Empezar este nuevo proyecto no fue fácil. Primero me uní al Centro de Mentoría de IJNet Árabe. Me alegró mucho unirme a un programa que me apoyara y diera energía. Necesitaba tener la sensación de que no estaba sola en este viaje, especialmente al principio, cuando tenía muchas dudas sobre si estaba en el camino correcto o no. ¿Estaba perdiendo otras oportunidades mientras trabajaba en este proyecto? ¿Voy a tener éxito?
Pero el Centro me dio todas las respuestas a esas preguntas.
¿Cuál ha sido el momento más impactante o revelador de tu carrera como periodista?
A muchos no les gusta leer artículos pesados, historias sobre conflictos. Quieren algo ligero.
Ese es un reto para nosotros. Por ejemplo, mi sobrino solo tiene 13 años. Cuando vio que usábamos cascos de realidad virtual en una de nuestras historias, quiso verla. La historia trata de un refugio para gatos en Medio Oriente y de cómo le afecta el conflicto circundante. Es una historia asombrosa sobre un hombre que colecciona gatos y los mantiene durante la guerra. Me alegré de que a mi sobrino le llamara la atención. Al utilizar esta tecnología, pude conseguir que la gente interactuara con esta historia. Y sé que es difícil seguir convenciendo a la gente de la región para que interactúe con estas historias.
¿Te resulta difícil cubrir historias sobre niños?
Es muy, muy difícil. Si miras el sitio web de Tiny Hand, nunca encontrarás un niño llorando, porque no me gusta publicar eso. Puede que nos dé más tráfico, pero para mí no es ético. Nos reunimos y discutimos cómo cubrir cada evento, especialmente si se trata de temas muy sensibles.
Hace poco trabajamos en la historia de un niño que fue agredido sexualmente en el norte de Siria. Fue nuestra primera investigación de un tema así y nos llevó un año terminarla. Era un tema delicado, pero nos andamos con pies de plomo. Cuando cubrimos historias difíciles, tenemos en mente las directrices éticas porque no es lo mismo cubrir historias de niños que de adultos. No hay que mencionar nombres ni lugares. Y deberías parar cuando se vuelve muy sensible para ellos y pones en riesgo al menor.
¿Cuándo encuentras tiempo para relajarte y desconectar?
En realidad, no lo sé. Me encanta este trabajo; no es mi hobby, es mi todo. Y mi marido es periodista y fotógrafo y siempre está conmigo. Tomé la decisión de hacer algo diferente aquí en Medio Oriente, y esa es mi prioridad.
Fotos cortesía de Hadil Arja.