Este artículo fue publicado originalmente por The Fix y es reproducido aquí con permiso. Entérate de lo último del mundo de los medios europeos suscribiéndote a su boletín.
La fatiga de la guerra afectó en noviembre a los medios de comunicación ucranianos, rusos y otros que cubren el conflicto bélico, de acuerdo datos publicados por Similarweb data. Los apagones en Ucrania y los cambios en los algoritmos de las redes sociales posiblemente se han sumado a esta situación.
Los medios ucranianos y rusos analizados por The Fix sufrieron caídas medias de casi el 30%. Los medios centrados en la cobertura de la guerra, así como las iniciativas sociales relacionadas con la guerra, sufrieron descensos similares.
Esta cifra es inferior a las caídas consecutivas de dos dígitos registradas en marzo-junio, cuando el tráfico descendió respecto de los niveles altísimos de febrero-marzo (por aquel entonces, la principal publicación ucraniana, Ukrayinska Pravda, tenía 500 millones de visitas en su sitio web). Sin embargo, desde junio-julio, la mayoría de las publicaciones recuperaron el tráfico con un crecimiento intermensual constante hasta octubre.
De ahí que el descenso de noviembre sea una señal preocupante. Por un lado, subraya el nivel de agotamiento de las audiencias locales y desafía a los medios de comunicación a encontrar nuevas formas de mantener la atención de las audiencias globales.
Es también preocupante el impacto de los apagones en toda Ucrania y la capacidad de los medios para seguir ofreciendo información a las audiencias afectadas. A nivel internacional, plantea interrogantes sobre las posibles repercusiones de que las redes sociales, especialmente Twitter, minimicen la guerra en sus algoritmos.
Agotamiento del público; la guerra se vuelve menos espectacular
La hipótesis de que el tráfico disminuyó debido al Mundial, planteada por algunos directivos de medios de comunicación, parece bastante improbable. Si las audiencias estuvieran realmente desconectadas para ver fútbol en televisión o servicios de streaming, cabría esperar que se produjeran descensos notables entre los medios de todo el mundo.
Por el contrario, las cifras de tráfico de Le Monde, una de las principales publicaciones de Francia, apenas se redujeron un 2%. Un examen de las publicaciones internacionales, como CNN, Die Zeit, The Guardian y Gazeta Wyborcza, muestra descensos menores o incluso un crecimiento de las publicaciones estadounidenses (probablemente debido a las elecciones de medio término).
Lo más probable es que se trate del agotamiento de la audiencia (es decir, que la audiencia de los distintos países se va desconectando gradualmente, distraída por los escándalos de los famosos locales, las elecciones o las catástrofes naturales), y un cambio hacia una fase de la guerra menos "cautivadora" y visualmente espectacular. Esto último es tanto más probable cuanto que el declive ha sido similar entre los medios que cubren la guerra tanto para audiencias regionales como internacionales.
Las primeras fases de la guerra fueron posiblemente las más diversas y visualmente espectaculares de un conflicto del siglo XXI.
Para recapitular, estas son solo algunas de las cosas que hemos visto: intentos de tomar ciudades al estilo de la blitzkrieg de la Segunda Guerra Mundial, y un espectacular fracaso de esta estrategia (es decir, la "blyatskrieg"); la primera guerra masiva de drones, la primera guerra TikTok, depósitos de munición rusos volados por HIMARS, la explosión del puente del estrecho de Kerch, colonos y turistas rusos huyendo de Crimea, montones de animales (lo que dio lugar a toda la microtendencia de "soldados ucranianos como princesas Disney"), tractores robando tanques y sistemas de defensa antiaérea, incursiones de helicópteros para volar depósitos de combustible en Rusia, el "fantasma de Kiev", la contraofensiva de Kharkiv, las explosiones del Nord Stream... y la lista sigue.
Es difícil mantener el ritmo. A lo largo de los últimos nueve meses, la guerra ha sido dinámica tanto en términos de tipos de conflicto, como de posicionamiento (el Instituto para el Estudio de la Guerra, conocido por sus mapas que muestran los cambios en múltiples frentes, experimentó un crecimiento continuo de tráfico desde marzo, con 7,5 millones de sesiones, hasta 14,2 millones en octubre, según datos de Similarweb).
Esto hace que los próximos meses sean aún más peligrosos. Expertos prevén que los combates se congelen o se vuelvan más posicionales durante el invierno, y se espera una reactivación importante en primavera. En la práctica, eso supone meses de desconexión por parte del público.
Sin duda, esto forma parte de la estrategia rusa: esperar a que las audiencias occidentales pierdan el foco, se preocupen por el coste de vida y presionen o permitan que sus líderes intenten forzar a Ucrania a hacer concesiones. Los medios tendrán que innovar y ser creativos para mantener el interés del público.
Apagones y cambios en las redes sociales agravan los problemas
Es casi seguro que la fatiga de la guerra no es el único factor que influye. La campaña rusa contra las infraestructuras civiles de Ucrania, especialmente la red eléctrica, ha mantenido a oscuras gran parte del país durante el mes de noviembre.
Eso afectó sin duda al tráfico de los medios, principalmente ucranianos. En los últimos meses, Rusia ha enviado cientos de misiles y drones kamikaze contra la red eléctrica ucraniana, provocando una caída de la disponibilidad de Internet de hasta el 65%. Solo en la región de Odesa, los ataques dejaron sin electricidad a más de un millón de personas. La vecina Moldavia, fuertemente integrada en la red ucraniana, también ha sufrido apagones.
Es probable que los apagones en Ucrania también hayan afectado a los medios independientes rusos. A pesar del conflicto, Ucrania sigue siendo el tercer mercado para medios rusos como Mediazona o Meduza, con un 7% de las visitas.
Los problemas de Twitter también pueden estar relacionados. Desde que el multimillonario Elon Musk se hizo cargo de la plataforma —un foro clave para debatir sobre la guerra—, cientos de miles de usuarios se han dado de baja o han visto suspendidas sus cuentas (cerca de 1,4 millones solo entre el 27 de octubre y el 1 de noviembre, de acuerdo con la empresa de seguimiento Bot Sentinel).
Y lo que es más preocupante, varios comentaristas destacados aseguran que el alcance de sus publicaciones sobre Ucrania se ha reducido en un 50% o más. Euan McDonald, redactor jefe de la edición inglesa del importante medio ucraniano NV, dio la voz de alarma y señaló que "Twitter parece prohibir en la sombra los contenidos sobre Ucrania".
Es difícil predecir cómo evolucionará Twitter. La empresa está en plena convulsión y no está claro si los cambios que la gente ve en sus timelines han sido planificados o son simplemente el resultado del despido de personas al azar en toda la empresa.
Lo que sí está claro es que se abre una etapa exigente para los responsables de los medios, que deberán diversificar sus riesgos de distribución, idear formatos narrativos creativos y encontrar la manera de seguir ofreciendo información importante sobre Ucrania a las audiencias.