Desde las atrocidades que se han descubriendo en Ucrania a los juicios a los criminales de la guerra de Bosnia, la labor del periodismo en la investigación en los crímenes de guerra es esencial para que los responsables rindan cuentas. La decisión tomada en una fracción de segundo de fotografiar un acto de crueldad puede convertirse más tarde en la prueba documental que lleve a los criminales ante los tribunales. Encontrar entre los escombros el smartphone desechado de un soldado ruso puede llevar a identificar a quien dio la orden de deportar a niños ucranianos.
El panel "Investigating War Crimes" (Investigación de crímenes de guerra) de la 13ª Conferencia Mundial de Periodismo de Investigación (#GIJC23), moderado por Denis Džidić, director ejecutivo y editor de la Red Balcánica de Periodismo de Investigación en Bosnia y Herzegovina (BIRN BiH), contó con la participación de Yanina Korniienko, periodista ucraniana de Slidstvo.Info —una plataforma de periodismo anticorrupción que pasó a informar sobre crímenes de guerra tras la invasión rusa-— Nick Waters, investigador digital de Bellingcat para los conflictos de Siria, Yemen y Ucrania, Sophia Jones, investigadora de crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos para Human Rights Watch, y el célebre fotoperiodista Ron Haviv, fundador de la VII Foundation, cuyo trabajo ha servido de base para demostrar crímenes de guerra en Serbia, como se describe en su próximo documental, "Biography of a Photo".
Haviv, Džidić y Waters también contribuyeron a la Guía del reportero para investigar crímenes de guerra del GIJN, publicada a principios de este mes, en la que más de una docena de periodistas y expertos escribieron sobre qué es legal en la guerra, violencia sexual relacionada con los conflictos, genocidio, desapariciones forzadas y armas.
Nick Waters, de Bellingcat, señaló que es esencial estar familiarizado con el derecho internacional humanitario, saber qué es legal y qué no, y qué armas se encuentran prohibidas y restringidas. "Es muy importante comprender al menos los principios básicos cuando se trata de establecer si se están cometiendo atrocidades ilegales", afirmó. "Incluso bajo estas leyes, pueden ocurrir cosas bastante horribles que son totalmente legales".
Este conocimiento permite a los periodistas detectar matices fundamentales. Por ejemplo, el fósforo como arma incendiaria es legal, pero cuando sus vapores tóxicos se utilizan en túneles para matar enemigos, se considera un arma química y es ilegal. Estar familiarizado con el tipo armamento —por ejemplo, si ciertos cohetes son muy precisos o no, qué unidades utilizan qué tipos de artillería y en qué ángulo caen ciertos proyectiles— te dará información que podría llevarte a descubrir si un determinado comandante dio una orden que constituyera un crimen de guerra. Y el consejo más importante que compartió Waters es que nunca se debe tocar nada que se encuentre en una zona de guerra y que un equipo de explosivos no haya confirmado que es seguro. O, como él mismo dijo: "No andes agarrando cosas".
Identificar a soldados y mandos rusos concretos que han cometido crímenes de guerra es el día a día de Korniienko y su equipo desde la invasión de Ucrania. Tras año y medio de conflicto, han desarrollado una metodología para buscar pistas cuando se libera una ciudad ocupada por Rusia. Los pasos son:
- Informar sobre el terreno en la ciudad liberada lo antes posible.
- Recoger y documentar pruebas sobre el terreno, como balas, documentos, fotografías, videos y otros objetos físicos.
- Identificar a los soldados y colaboradores rusos que puedan haber cometido crímenes de guerra. Los perfiles de las redes sociales, las bases de datos y la investigación de fuentes abiertas pueden ofrecer información muy detallada.
- Entrevista a testigos de crímenes de guerra, aunque asegúrate de no publicar antes de estar 100% seguro de que todas las fuentes entrevistadas están fuera de peligro.
"También lo hacemos para mostrar al mundo que la idea de que esta es una guerra de Putin y que sus soldados no tienen nada que ver es cuestionable. Cuando abrimos sus redes sociales, vemos que odian a Ucrania desde hace años", afirmó Korniienko. Esto demostraría que la guerra no fue una decisión repentina y que el régimen ruso fomentó durante mucho tiempo el odio hacia Ucrania entre la población rusa.
Jones también destacó la importancia de la investigación de fuentes abiertas, que recomienda combinar con la investigación sobre el terreno, como hace el equipo de Slidstvo.Info. También recomendó a los periodistas leer de cabo a rabo el Protocolo de Berkeley sobre investigaciones digitales de fuentes abiertas. Y compartió cinco consejos esenciales:
- Comprender los fundamentos de la investigación de fuentes abiertas.
- Familiarizarse con las nuevas herramientas y tecnologías.
- Tómate descansos y prioriza tu salud mental.
- Documenta tus hallazgos y estandariza el flujo de trabajo. Utiliza hojas de cálculo para crear archivos.
- Prioriza el flujo de trabajo de archivo para preservar pruebas-
Muchas de las pruebas recolectadas serán visuales. Fotografías tomadas en el lugar y el momento adecuados se utilizarán en juicios por crímenes de guerra, aunque se hayan tomado justo después de la comisión de un crimen: "Aunque la fotografía sea la secuela del crimen de guerra, sigue teniendo poder", dijo Haviv, y añadió que este poder también se extiende a cómo algunas fotografías e imágenes pasan a formar parte de la vida y la sociedad de las personas en zonas de conflicto, al preservar su memoria, identidad y dignidad.
Palabras similares pueden decirse de todo el periodismo que documenta crímenes de guerra. Establecer la verdad de lo ocurrido durante un conflicto bélico es, esencialmente, una actividad de construcción y conservación de la sociedad, porque la mayoría de los criminales de guerra pretenden, en última instancia, borrar una forma de vida: una cultura viva y que respira.
Este artículo fue publicado originalmente por GIJN y es reproducido en IJNet con permiso.
Foto de Mahmoud Sulaiman en Unsplash.