Durante meses, manifestantes de toda Georgia han salido a la calle para exigir nuevas elecciones parlamentarias.
Las autoridades han detenido a cientos de personas, entre ellas a la periodista Mzia Amaglobeli, cofundadora y directora de las publicaciones Batumelebi y Netgazeti, quien podría pasar entre cuatro y siete años en la cárcel por abofetear a un policía. Su caso, para muchos, es una prueba de que el enfrentamiento entre los medios independientes y el partido gobernante Sueño Georgiano, que comenzó en la primavera de 2024, llegó a un nuevo nivel.
Amaglobeli, junto con Eteri Turadze, cofundó en 2001 Batumelebi ("pueblo de Batumi") en la capital de la región suroccidental georgiana de Adjara, durante el gobierno autoritario de Aslan Abashidze (1991-2004). En 2010, Amaglobeli y Turadze cofundaron Netgazeti para alcanzar público más amplio.
El arresto
Amaglobeli fue inicialmente detenida la noche del 11 de enero durante una protesta en Batumi por intentar colocar una afiche con un mensaje sobre una próxima manifestación en el edificio del departamento de policía. Dos horas después, tras ser puesta en libertad, Amaglobeli se vio envuelta en un enfrentamiento entre policías y manifestantes y abofeteó en la cabeza a Irakli Dgebuadze, jefe de la policía de la ciudad. Fue detenida y acusada de agresión.
Según testigos presenciales, la bofetada de Amaglobeli siguió a repetidos insultos de Dgebuadze. Los colegas y colaboradores de la periodista no niegan que abofeteara al policía, pero añaden que lo hizo bajo una fuerte tensión y tras ser provocada.
Organizaciones de defensa de la libertad de prensa afirman que el delito del que se acusa a la periodista es desproporcionadamente duro. El hecho de que el tribunal decidiera detener a Amaglobeli, alegando que podría cometer un nuevo delito, también generó protestas. Amaglobeli se encuentra actualmente recluida en un centro penitenciario de mujeres, y la primera vista de su caso está prevista para el 4 de marzo.
Primeras víctimas de la "ley de agentes extranjeros"
La ley de agentes extranjeros de Georgia (o "Ley rusa"), adoptada en mayo de 2024, exige que las ONG y los medios de comunicación que reciban más del 20% de su financiación del extranjero se registren como "agentes de influencia extranjera". La aprobación de la ley se produjo tras protestas masivas que enfrentaron a la sociedad civil con las autoridades. La mayoría de las organizaciones no gubernamentales locales y los medios independientes del país se han negado a inscribirse en el registro en los meses transcurridos desde entonces.
"Luego de la aprobación de la ley, nosotros, como todos los medios independientes georgianos, esperábamos ser reprimidos. Pero nunca pensamos que nos convertiríamos en su primera víctima", dice Nino Kakhishvili, una de los editoras de Netgazeti.
Tras el arresto de Amaglobeli, Shalva Papuashvili, presidenta del Parlamento georgiano, acusó a Batumelebi y Netgazeti de aceptar financiación extranjera para "desarrollar un activismo político sesgado en lugar de un periodismo imparcial".
Para Kakhishvili, las autoridades han utilizado la bofetada de Amaglobeli como pretexto para castigarla por dirigir publicaciones que tratan temas "incómodos". Señaló que Batumelebi recibió presiones del exdirigente Adjaro Abashidze y del expresidente georgiano Mikheil Saakashvili, pero es la primera vez que se produce una detención.
Kakhishvili cree que el conflicto entre el gobierno y los medios llegó a un nuevo nivel. "El arresto de Mzia se en una línea roja. Sueño Georgiano nos convirtió a los periodistas en activistas que lucharemos por la libertad de expresión y por la democracia en el país hasta el final", dice.
Los medios georgianos consideran la detención de Amaglobeli un atentado contra la libertad de prensa, y han respondido con protestas casi diarias. Reporteros sin Fronteras (RSF) pidió la libertad inmediata de Amaglobeli, y la Coalición de Mujeres Periodistas dijo que la detención es un "ataque flagrante a la libertad de prensa".
De acuerdo con un informe de RSF publicado en diciembre de 2024, más de 70 periodistas resultaron heridos y algunas fueron hospitalizados mientras cubrían las tres primeras semanas de las protestas en Georgia.
Justicia selectiva
Mariam Nikuradze, cofundadora de OC Media, considera el arresto de Amaglobeli como un "castigo ejemplar" destinado a mostrar a otros medios lo que podría pasarles.
"La presión de Sueño Georgiano sobre la prensa independiente alcanzó un nuevo nivel. Si antes nos enfrentábamos a amenazas a la seguridad física y digital, legislación restrictiva y acoso, ahora se sumó la persecución penal. La situación se está deteriorando rápidamente", explica Nikuradze.
En su opinión, el caso de Amaglobeli es un claro ejemplo de justicia selectiva en Georgia: "Todo el mundo vio cómo la Policía hería de gravedad a unos periodistas, se retransmitió en directo por televisión, y ninguno de los agresores fue llevado ante la Justicia, ni siquiera interrogado. Pero ahora Mzia Amaglobeli está en la cárcel por abofetear a un agente".
La propia Nikuradze esperaba ser detenida ya en diciembre, cuando encontró su nombre en una lista negra elaborada por las autoridades. "Había más de 40 personas en esa lista, y unas 15 fueron arrestadas con cargos penales. Publicamos esa información, lo que probablemente ayudó a evitar que me detuvieran", cuenta.
Fase crítica
La detención de Amaglobeli fue un acto bien planificado contra ella y las publicaciones que dirige, dice Zviad Koridze, director de las oficinas regionales de Transparencia Internacional Georgia. Koridze señala la existencia de un video en el que el jefe de policía Dgebuadze promete encarcelar la periodista.
"Batumelebi y Netgazeti son publicaciones de reputación intachable e intransigentes con la injusticia. Sus actividades preocupan desde hace tiempo a las autoridades, incluido Bidzina Ivanishvili [fundador, presidente honorario y jefe oficioso de Sueño Georgiano]. Al detener a Amaglobeli, la castiga personalmente, y lo hace públicamente para intimidar a otros periodistas", explica Koridze, quien considera que una supresión tan flagrante y agresiva de la libertad de expresión es señal de que Georgia ha alcanzado una fase crítica en el camino hacia la dictadura. Los crecientes ataques dirigidos a las voces opositoras por parte de los diputados de Sueño Georgiano son una prueba más de ello. El propio Koridze fue agredido el 15 de enero en un hotel Sheraton de Batumi.
"La libertad es más valiosa que la vida"
Amaglobeli llegó a su audiencia de prisión preventiva el 14 de enero sosteniendo el libro "Cómo enfrentarse a un dictador", de la periodista filipino-estadounidense Maria Ressa. Una semana después, inició una huelga de hambre que anunció en una carta transmitida a través de su abogado. Allí se lee:
"No tengo intenciones de aceptar la agenda del régimen. Estoy en huelga de hambre. La libertad vale más que la vida.
Cualquier ciudadano podría estar en mi situación.
Luchen antes de que sea demasiado tarde. Luchen dondequiera que estén. Sean valientes, cuídense y apóyense mutuamente.
No permitan que Georgia quede aislada del mundo civilizado"
Foto: El 16 de enero de 2025, varios periodistas se concentraron ante la Televisión Pública Georgiana (GPB), exigiendo una emisión en directo sobre las circunstancias de la detención de Mzia Amaglobeli y el trato ilegal al que había sido sometida. Las demanda no fue atendida. Fuente: Netgazeti.
Este artículo fue originalmente publicado en IJNet en ruso.