El dilema de X: ¿Los periodistas deberían irse o quedarse?

Feb 6, 2025 en Redes sociales
Logo de X

Desde las elecciones estadounidenses de 2024, que llevaron de nuevo a Donald Trump a la Casa Blanca, varios periodistas se han sumado a las masas de usuarios que abandonan X, la red social antes conocida como Twitter, que solía considerarse esencial para cubrir noticias de última hora y hacer un seguimiento del discurso público.

Si nos remontamos a la adquisición de la plataforma por parte de Elon Musk en octubre de 2022, algunos medios de comunicación también se fueron, entre ellos NPR y el español La Vanguardia. The Guardian, que anunció su partida en noviembre, citó entre las razones la prevalencia de contenidos conspirativos, racistas y de extrema derecha, y la influencia de Musk en la configuración del discurso político.

La creciente ausencia de periodistas y medios en X amenaza con dejar a una audiencia de millones de personas menos expuesta a contenidos periodísticos confiables y, en su lugar, a información de menor calidad.

En momentos en que los periodistas se plantean si seguir o no en X, hablé con algunos de ellos para que sopesen los aspectos positivos y negativos de abandonar la plataforma.

La transformación de X

Para Alex Mahadevan, director de MediaWise, una iniciativa de alfabetización digital del Poynter Institute, el valor de Twitter para los periodistas era su capacidad para distribuir noticias rápidamente y su función de "plaza pública", que permitía el debate y la discusión de ideas desde diversas perspectivas.

"Como consumidor de noticias, podías ir a Twitter para seguir lo que estaba pasando, y lo que se decía allí llegaba a más usuarios de todo el mundo más rápidamente que otras plataformas", señala Mahadevan. El reciente éxodo de periodistas tiene su origen en la disminución de la calidad de los contenidos, los cambios en el algoritmo de la plataforma para limitar la circulación de noticias, y las acciones y retórica de Musk, dice.

Musk, partidario incondicional del presidente Donald Trump y hoy "empleado especial del gobierno" con un poder significativo, se opone abiertamente al periodismo y a los medios convencionales. Utiliza X para amplificar sus opiniones y difundir desinformación, sobre inmigración, fraude electoral y, más recientemente, sobre política europea, a menudo a favor de partidos de extrema derecha.

Más allá del discurso político, Mahadevan también notó un aumento del racismo y la intolerancia en su feed, lo que constituyó su razón personal para marcharse.

Antes de que Musk comprara Twitter, la plataforma contaba con un abordaje más completo para regular la desinformación y los discursos de odio. Su Trust and Safety Council era responsable de abordar la retórica dañina, la explotación infantil y el extremismo en la plataforma. Tras comprar Twitter, Musk lo disolvió y despidió a todos los empleados que trabajaban en la lucha contra la desinformación.

Uno de los cambios que Musk introdujo en X fue el del sistema de verificación de cuentas. La "marca azul", una distinción que se concedía a cuentas verificadas como las de famosos, políticos, periodistas y medios de comunicación, pasó a estar disponible para cualquiera que estuviera dispuesto a pagar por una cuenta premium, independientemente de su credibilidad. El algoritmo de X favorece hoy las publicaciones de estas cuentas. Entretanto, la función Community Notes, que se creó para chequear las publicaciones falsas o engañosas, ha tenido poco impacto (en enero, el propietario de Meta, Mark Zuckerberg, anunció que sus plataformas adoptarían una medida similar para combatir los contenidos falsos, sustituyendo a los fact-checkers tradicionales).

Dan Gillmor, excolumnista del San Jose Mercury News y profesor jubilado de la Universidad Estatal de Arizona, dijo en 2023 que Twitter se volvió inutilizable para los periodistas poco después de que Musk lo comprara. Para él, la situación no ha hecho más que empeorar.

"Musk la ha convertido en la red social en la que los extremistas de derecha pueden operar con mayor eficacia", escribió en un correo electrónico. "Los periodistas tienen que enfrentarse al hecho de que al participar activamente allí, están ayudando activamente a Musk a hacer esas cosas".

Historias de éxito

Por mucho que X haya cambiado, con más de 600 millones de usuarios diarios sigue siendo un epicentro del consumo de noticias por móvil, y una herramienta que algunos periodistas siguen utilizando con eficiencia.

Por ejemplo, Jake Sherman, fundador de Punchbowl News, utiliza X para informar en directo desde el Capitolio de Estados Unidos a sus más de 400.000 seguidores. El estilo contundente de los mensajes de X —por lo general, solo un par de frases, con un máximo de 280 caracteres para los no suscriptores premium— permite a Sherman y a sus colaboradores difundir rápidamente información sobre la evolución de las noticias en el Congreso.

Los periodistas independientes también han utilizado el alcance de la plataforma en su beneficio. Ken Klippenstein, cuenta con sus fieles seguidores en X para promocionar su publicación Substack y aumentar el tráfico de su trabajo.

Sin embargo, la utilidad continua para los periodistas y las redacciones no es universal. NPR, por ejemplo, comprobó que abandonar X no afectó negativamente al tráfico de su sitio.

Las alternativas

Con la esperanza de hacerse con los millones de usuarios que abandonaron X, otras plataformas se han ofrecido como alternativa.

Entre las más destacadas está Bluesky, un proyecto iniciado por Jack Dorsey, cofundador de Twitter, que tiene un concepto similar al de X en cuanto a funcionalidad y diseño, pero ofrece a los usuarios más capacidad para controlar el contenido que ven, mediante listas de seguidores, feeds por temas específicos y funciones antitoxicidad. Mahadevan elogia la plataforma: "Estoy experimentando el Twitter clásico en BlueSky", dice.

El número de usuarios creció rápidamente tras las elecciones estadounidenses de 2024, pero desde entonces se ha ralentizado. La plataforma sigue teniendo solo una fracción del total de usuarios de X, con 24,5 millones en diciembre, y los que ocupan Bluesky, dijo Mahadevan, tienden a ser liberales con educación universitaria.

A medida que el público más afín a la izquierda abandone X, el resultado podría significar una fragmentación partidista de las redes sociales, dice: X o Truth Social, la plataforma propiedad de Trump, para la derecha, y Bluesky o plataformas como Mastodon y Threads más para la izquierda. Esto podría poner a los periodistas, cuyo papel es servir al público, no a los partidos políticos, en una posición incómoda.

La decisión de abandonar o permanecer en X sigue siendo personal. Para quienes la abandonan, existen otras vías para llegar a audiencias conservadoras, como la televisión abierta, el streaming o medios digitales.

“Todavía hay gente en X que merece buena información”, dijce Mahadevan. “Es una audiencia a la que hay que seguir alcanzando, pero no es que solo consuman noticias en X”.


Foto de Alexander Shatov en Unsplash.