Si tienes más de 25 años, TikTok puede ser como una inmersión brusca en un mundo en el que ya no eres "guay" y los más jóvenes hablan un idioma que no entiendes. Aunque es tentador descartar estas nuevas peculiaridades lingüísticas como una moda pasajera, hay algo más en juego.
Más allá de los bailes virales y la jerga adolescente, TikTok se ha convertido en un campo de pruebas para una forma de comunicación emergente conocida como "algospeak". Este lenguaje codificado, surgido de la necesidad de esquivar la imprevisible moderación algorítmica de la plataforma, está redefiniendo cómo se intercambia y se comprende la información en el entorno digital.
Para los periodistas, estar al tanto de este lenguaje en evolución no es simplemente una cuestión de mantenerse al día: es esencial para informar con precisión en la era digital.
¿Qué es el algospeak?
Algospeak hace referencia al creciente vocabulario conformado por grafías, símbolos y eufemismos alternativos que los usuarios emplean para evadir la censura algorítmica en plataformas como TikTok e Instagram. El término combina las palabras "algoritmo" y "speak" ("hablar", en inglés), lo que subraya su origen de lenguaje codificado diseñado para burlar los sistemas de moderación automatizados. A medida que las redes sociales implementan herramientas de moderación más avanzadas, los usuarios, especialmente aquellos que abordan temas delicados o controvertidos, se ven obligados a desarrollar soluciones creativas para evitar que sus contenidos sean marcados, restringidos o eliminados.
La educadora sexual Evie Plumb, fundadora de Cliterally The Best, conoce muy bien estas herramientas. En julio pasado perdió su cuenta de TikTok tras ser marcada repetidamente por el sistema de moderación de contenidos de la plataforma. Su trabajo se enfoca en la educación sexual y la salud sexual, que, aunque no está explícitamente prohibida, a menudo desencadena los procesos de moderación de TikTok.
"Me han marcado o retirado innumerables videos", explica Plumb. "Hablaba de temas totalmente inocentes —cosas que son esenciales para la salud y el bienestar de la gente— y me los marcaban". Como respuesta, se adaptó utilizando la jerga de los algoritmos: "Empecé a decir cosas como 'seggs' en lugar de 'sexo' o a censurar partes del cuerpo como vulva o vagina".
La experiencia de Plumb no es única. El auge del algospeak ha convertido plataformas como TikTok e Instagram en escenarios donde los creadores se esfuerzan por burlar a algoritmos que no entienden contextos y carecen de matices para distinguir entre contenido dañino y educativo o periodístico.
La evolución del algospeak
La aparición del algospeak refleja una tensión creciente entre los creadores de contenidos y los algoritmos de las plataformas. Daniel Klug, coautor de uno de los primeros estudios académicos sobre el fenómeno, explica que este idioma codificado está en constante evolución.
"La plataforma aprende", explica Klug. "Si escribes 'tetas' como 'B00BS', TikTok no tardará en darse cuenta, así que la gente pasa a nuevos códigos, imágenes o incluso gestos para comunicar lo mismo".
Para muchas comunidades, sobre todo las marginalizadas, el lenguaje de los algoritmos se ha convertido en una herramienta vital para sobrevivir en un espacio digital donde a menudo se suprime su voz. "Los algoritmos no son muy diferentes de la sociedad en general", afirma Klug.
Al igual que los creadores encuentran formas de sortear el algoritmo, la plataforma se adapta. Como señaló Plumb: "Empiezo a preguntarme: ¿en qué momento no podré utilizar ni siquiera palabras censuradas? Cada vez es más difícil. Pronto tendré que comunicarme de forma que a cualquiera que me lea le parezca un acertijo".
Para Plumb, censurar el lenguaje puede hacer que los contenidos sean menos accesibles, sobre todo para personas con dificultades de aprendizaje o neurodivergentes, lo que crea barreras a la comprensión y el engagement.
Por qué prestar atención
El algospeak no es solo un fenómeno peculiar de las redes: es una pista fundamental para entender cómo se comunica información sensible en línea. A medida que se endurecen las políticas de moderación, los periodistas deben convertirse en expertos en descifrar el cambiante léxico o correrán el riesgo de pasar por alto historias importantes.
Erika Marzano, directora de desarrollo de audiencias de Deutsche Welle (DW), subraya este punto. "Aprendimos que si queremos que nuestro contenido sobreviva en TikTok, tenemos que adaptarnos", dice.
Como medio que opera en 32 idiomas, DW aborda frecuentemente temas delicados —terrorismo, drogas, cuestiones LGBTQ+— que no siempre salen bien parados en los filtros de moderación de TikTok. "A veces publicamos un vídeo sobre políticas antidroga o extremismo, y es marcado casi inmediatamente", explica Marzano.
Para eludir la censura algorítmica sin perder claridad, su equipo ha adoptado el lenguaje de los algoritmos, utilizando principalmente símbolos, números y asteriscos. Marzano explica: "Evitamos los eufemismos o las palabras alternativas porque pueden ser muy específicas de una lengua, cultura o grupo. Por ejemplo, los grupos de TikTok pueden decir 'maíz' en vez de 'porno' o 'contable' en vez de 'trabajadora sexual'". Este planteamiento ayuda a evitar los malentendidos que podrían surgir de eufemismos ambiguos.
El desafío para las redacciones no es solo evitar que sus contenidos sean retirados, sino garantizar que la audiencia pueda seguir accediendo a las historias importantes. "No nos autocensuramos", aclara Marzano, “buscamos formas de comunicar dentro de las limitaciones de la plataforma”.
Para los periodistas que cubren la cultura digital, esto es lo que está en juego. Informar sobre temas como educación sexual, política de drogas o activismo sin entender cómo las normas de la plataforma moldean estas conversaciones no solo puede hacer que se pierda la historia, sino también tergiversarla. Si una comunidad ha cambiado su lenguaje para eludir la moderación, los periodistas tienen que seguir ese cambio para captar con precisión la narrativa.
Los límites de la moderación algorítmica
La rápida evolución del algospeak evidencia la principal debilidad de la moderación algorítmica: su incapacidad para entender el contexto. "El problema es que los algoritmos no saben si estoy siendo sarcástico o no", señala Klug. "Ven una palabra, la etiquetan como 'mala' y suprimen el contenido, aunque se esté utilizando de forma educativa o no amenazadora".
Esta limitación resulta especialmente problemática para los contenidos que tocan temas delicados o controvertidos. DW, por ejemplo, ha descubierto que su cobertura de acontecimientos históricos como la Alemania de la época nazi o el terrorismo suele activar advertencias automáticas. "No promovemos estas ideologías, pero el algoritmo no hace diferencias", explica Marzano. "Ve una imagen o una palabra concreta y la retira".
Algospeak y el futuro del periodismo
A medida que las redes sociales evolucionan, el periodismo también debe adaptarse. El algospeak, con sus códigos en constante cambio y eufemismos, subraya una realidad apremiante: para navegar eficazmente en el entorno de la comunicación digital no basta con dominar el lenguaje actual. Es necesario ser flexible tanto en la creación y distribución de contenidos como en los modelos de negocio que los sustentan.
Marzano subraya la importancia de no depender de una plataforma. "La razón por la que podemos decir que no nos autocensuramos es porque los temas que no cubrimos en TikTok los cubrimos en otros sitios. Tenemos nuestra web, nuestra plataforma de streaming, nuestro podcast y nuestro boletín".
La necesidad de adaptabilidad también puede afectar las estrategias de monetización. A medida que las plataformas implementan nuevos algoritmos y políticas, los flujos de ingresos vinculados a ellas pueden ser impredecibles. Al adoptar una estrategia multicanal que incluya podcasts, boletines informativos y servicios de streaming, los medios pueden gestionar mejor los riesgos financieros y aprovechar distintas oportunidades de ingresos.
En este contexto, los periodistas deben mantenerse ágiles, adaptando sus estrategias para garantizar que sus contenidos lleguen a las audiencias previstas. Entender y navegar por la jerga algorítmica no es solo una cuestión de mantenerse al día con las tendencias digitales; es esencial para cuidar la integridad periodística y garantizar que las historias importantes se informen con precisión y sean ampliamente accesibles.
Al adoptar un enfoque diverso y estar atentos a las sutilezas de la comunicación digital, los medios pueden mejorar su resiliencia y estabilidad financiera en un panorama digital cada vez más complejo.
Foto de Igor Omilaev en Unsplash.