Mientras el mundo espera una vacuna eficaz contra el coronavirus, los periodistas que cubren el tema se enfrentan a una tarea abrumadora: separar los hechos de la ficción. O, como lo describe el experimentado periodista especializado en salud Gary Schwitzer, navegar por la "tormenta perfecta de desinformación pandémica".
"Los medios de comunicación tienen que informar que en este punto, sin duda, hay muchas más preguntas que respuestas sobre cualquiera de las vacunas candidatas", dice Schwitzer, editor de HeathNewsReview.org, un sitio que evalúa el periodismo sobre salud. Y añade: "Por favor, no informes con certezas donde las certezas simplemente no existen".
Schwitzer dice que se le eriza la piel cuando ve noticias que citan a compañías farmacéuticas diciendo: "No vimos ningún efecto secundario grave".
"Esa debería ser una señal de alarma por dos razones", señala. “(A) En realidad, no hemos visto los datos de esos ensayos, y (B) ¿graves a los ojos de quién? Los efectos secundarios que pueden no ser inocuos para una persona pueden ser devastadores para alguien con diferentes problemas de salud".
Por ejemplo, el 9 de diciembre, el Wall Street Journal informó que dos de las primeras personas vacunadas en el Reino Unido con la vacuna Pfizer tuvieron una reacción alérgica, lo que generó nuevas pautas y advertencias.
Los periodistas deben ir más allá de los comunicados de prensa interesados y de las exageraciones de compañías farmacéuticas y de funcionarios políticos, y acercarse a la vacuna con una dosis de escepticismo. Al mismo tiempo, también deben evitar despertar el pánico, en momentos en que circulan conspiraciones que afirman que las vacunas para prevenir el coronavirus son un complot para insertar microchips en humanos.
“Nos enfrentamos a cuestiones abrumadoras sobre la confianza y las vacunas”, observa Schwitzer. “La distinción entre lo que sabemos y lo que aún no entendemos debe explicarse con más frecuencia y claridad en nuestra cobertura”. Por eso recomienda que los periodistas cultiven relaciones con expertos, incluidos bioestadísticos, epidemiólogos, médicos generalistas y virólogos independientes.
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“Si tienes estos cuatro especialistas en tu lista de contactos, serás mucho más preciso, al igual que tus historias y tu audiencia, casi de la noche a la mañana. Estos expertos harán todo lo posible para ayudar si eso significa un mejor periodismo y una mejor educación pública”, dice.
A Schwitzer le gustaría ver una mayor atención de los medios en torno a las siguientes preguntas:
- ¿Qué significa que un informe diga que una vacuna tiene una eficacia del 95%?
- ¿Cuál es la diferencia entre eficacia y efectividad?
- ¿Cuánto tiempo dura la inmunidad de cualquiera de las vacunas que se están probando? ¿Cuándo se requieren dosis de seguimiento?
- Los estudios sobre diferentes ensayos de vacunas tienen diferentes formas de medir el éxito. ¿Cómo juzgamos cuáles son los más creíbles?
- ¿Cómo se compararán los resultados de las vacunas en el mundo real con los resultados de los ensayos? ¿Podrían diferir notablemente y por qué?
Para aclarar la información en tus coberturas, Schwitzer sugiere usar una barra lateral o un cuadro de información, junto con etiquetas como "Esto es lo que no sabemos" o "Aquí hay menos claridad". Como ejemplo señala el artículo de ProPublica "Cómo comprender los números del COVID-19", que muestra de qué manera los gráficos pueden sumar contexto y ayudar a los lectores a navegar por las cifras de la pandemia.
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En numerosas ocasiones los periodistas han tomado la iniciativa para desacreditar mitos sobre el virus. A mediados de noviembre, Carl Zimmer del New York Times exploró las complejidades de la eficacia de las vacunas, contando a los lectores lo que necesitaban saber sobre su efectividad e informando sobre lo que se desconoce sobre el virus y la inmunización.
“Una eficacia del 95% es sin duda una prueba convincente de que una vacuna funciona bien. Pero ese número no te dice cuáles son tus probabilidades de enfermar si te vacunas. Y por sí solo, tampoco dice qué tan capaz será de reducir el COVID-19 en los Estados Unidos", escribió Zimmer.
El artículo aclara que eficacia y efectividad están relacionadas entre sí, pero no son lo mismo. La eficacia es una medición realizada durante un ensayo clínico. La efectividad es qué tan bien funciona la vacuna en el mundo real, explicó Zimmer, quien también es autor científico.
Lo que está ausente de un comunicado de prensa también puede ser digno de mención. Por ejemplo, cuando Eli Lilly afirmó en septiembre que una sola dosis de un fármaco experimental reducía los niveles del coronavirus en pacientes recién infectados, Gina Kolata del NYT informó sobre lo que la compañía omitió.
“El anuncio no estuvo acompañado de datos detallados; científicos independientes aún no habían revisado los resultados y estos no se habían publicado en una revista científica revisada por pares. Los hallazgos corresponden a resultados provisionales de un ensayo en curso”, escribió Kolata, que cubre ciencia y medicina para el Times.
El artículo del 2 de diciembre de la periodista Helen Branswell para STAT acerca del mayor esfuerzo de vacunación de la historia se basó en entrevistas con más de dos docenas de expertos en salud pública, epidemiólogos, funcionarios estatales y bioeticistas.
"La situación que está a punto de desarrollarse no tiene precedentes", escribió. “Nunca ha habido un momento en el que varias vacunas nuevas, elaboradas con diferentes técnicas, algunas nunca antes utilizadas, hayan llegado a los mercados de todo el mundo en un período de tiempo relativamente corto”. Sus palabras señalan una realidad: los desafíos para los periodistas que cubren el COVID-19 nunca han sido más grandes.
Recursos de ayuda:
- La Asociación de Periodistas de la Salud organiza seminarios web y publica artículos sobre la cobertura de la pandemia, incluida la forma en que los periodistas pueden responder a los negacionistas del COVID-19.
- La Universidad Johns Hopkins ofrece un curso en línea gratuito titulado "Comprensión de la pandemia de COVID-19", con videos cortos que incluyen temas como el desarrollo de vacunas.
- Journalist’s Resource ofrece una hoja de ruta sobre cómo evaluar el valor periodístico de la investigación médica y aborda preguntas sobre seguridad, aprobación, distribución y adopción de las vacunas para el COVID-19.
- La Red Internacional de Fact Checking publicó un artículo en el que aconseja a los medios que colaboren con los fact-checkers para identificar los mayores déficits de información sobre la pandemia y coordinar formas de abordarlos.
Sherry Ricchiardi Ph.D. es coautora de la guía de cobertura de desastres y crisis de ICFJ y capacitadora en medios. Ha trabajado con periodistas de todo el mundo en cobertura de conflictos, traumas y cuestiones de seguridad.
Imagen con licencia Creative Commons en Unplash, vía Markus Spiske.