La semana pasada viajé a la histórica ciudad de Perugia, en Umbría, Italia. Con un despejado cielo azul, glicinas colgando de antiguos muros romanos, mucho helado y hermosas vistas desde lo alto de la colina, el entorno era bastante especial. Pero lo más inspirador fueron las personas con las que hablé durante mi estancia. En Perugia se celebra cada año el Festival Internacional de Periodismo, un encuentro de profesionales de los medios de comunicación de todo el mundo. Estas son mis cinco principales conclusiones.
(1) Los contactos personales son irreemplazables
Sí, veo la ironía de volar en avión para hablar de periodismo climático, pero las conexiones cara a cara, las charlas improvisadas y las discusiones de sobremesa suelen ser imposibles de reproducir en una videollamada. Me puse al día con los periodistas de mi cohorte de la Red de Periodismo Climático de Oxford. Dirigido por el Instituto Reuters, este programa de seis meses es sumamente valioso, no solo por los seminarios que imparten los ponentes invitados, sino también por las colaboraciones que se están desarrollando dentro de la red. Aprender de mis compañeros que trabajan en Austria, Brasil, Canadá y otros países me ha abierto los ojos a la diversidad de los desafíos a los que nos enfrentamos y a las posibilidades creativas para solucionarlos.

Durante mis conversaciones con los colegas de mi beca European Media Leaders Climate Solution, que viajaron desde Francia, Italia y la República Checa, escuché sobre los momentos de revelación que otros han tenido y reflexioné sobre mi propio progreso: internamente, en términos de lo que el liderazgo significa para mí y cómo puedo lograr un cambio significativo, y externamente, en términos de apoyo a mi propio equipo y fomento de una mayor colaboración dentro de esta organización.
Al compartir alegrías y preocupaciones con una pizza margarita o una bola de nocciola (mi helado favorito), comprendí que la autenticidad es el valor más importante. Todo lo demás viene después. Cada uno de esos encuentros reales, honestos y abiertos, cara a cara, me hace apreciarla aún más.
(2) El periodismo medioambiental florece
Se me acercaron varios periodistas que recién comienzan su carrera, deseosos de conversar y de saber más sobre cómo sumergirse en la especialidad. Cuando empecé a trabajar tras recibirme de bióloga, me dedicaba a la producción de programas de televisión y magazines sobre vida salvaje. En ese entonces, la cobertura del medio ambiente tendía a ser excepcional; una ocurrencia tardía en el mejor de los casos. Había pocos periodistas especializados en clima y era difícil encontrar mentores.

Las cosas ha cambiado mucho en los últimos 20 años y me alegra que esta parte de nuestra industria esté creciendo y enriqueciéndose. Ahora los periodistas quieren cubrir historias sobre clima en distintos formatos creativos y eso es estimulante.
(3) La ciencia no debe aislarse
Con el aumento de la desinformación (tanto por malentendidos involuntarios como por actos deliberados), combinado con la desconexión generalizada de las principales fuentes de noticias, las redes sociales tienen un papel importante que desempeñar en la forma en que nos relacionamos con el clima, o no.
Entrevisté a Adam Levy sobre cómo hacer que la ciencia del clima brille en las redes sociales. Levy, doctor en física atmosférica por la Universidad de Oxford, trabaja ahora como periodista científico al tiempo que produce videos sin jerga especializada que hacen comprensibles y concisas las complejas cuestiones climáticas.

La comunicación sobre el clima no consiste solo en transmitir hechos. Hay espacio para los matices, incluso para el humor. Hablamos de cómo tender puentes entre la ciencia y el storytelling, de cómo aplicar un enfoque periodístico riguroso a todas las formas de contenido y de cómo la integridad debe ser la máxima prioridad. Todo ello genera confianza y conexiones.
(4) El tiempo corre
Se acerca la próxima cumbre del clima de la ONU (COP30) y nos estamos preparando. Una de mis sesiones favoritas fue la charla de Daniel Nardin, otro periodista especializado en soluciones y también miembro de la Red de Periodismo Climático de Oxford. Vive en Belén, la ciudad brasileña que acogerá el evento en noviembre, donde los negociadores seguirán debatiendo la mejor manera de afrontar el cambio climático y adaptarse a él. Pero esas estrategias, marcos y compromisos pueden parecer áridos, densos y difíciles de digerir.
La publicación de Nardin, Amazonia Vox, recoge las voces de los habitantes de la región, en zonas selváticas, deforestadas y urbanas. Explicó que los problemas medioambientales, sociales y políticos de la Amazonia son complejos y únicos, por lo que las voces locales deben ocupar el lugar central.
Nada de esto es ciencia espacial. Pero Nardin ha puesto manos a la obra, porque no hay tiempo que perder.

(5) La cultura de las redacciones está transformándose
El medio The Conversación ya es muy respetado. Muchos expertos en comunicación, académicos y lectores me han dicho lo mucho que les gusta lo que hacemos y lo que defendemos. Abordar la desinformación de forma atractiva es lo que mejor sabemos hacer. Nuestro propósito es conectarlos a ustedes, nuestro público y nuestra comunidad, con los conocimientos más precisos y basados en la evidencia. Ya estamos tendiendo puentes entre la investigación y el mundo real. Por eso ahora es un buen momento para evolucionar y afrontar este nuevo desafío.
De cara al futuro, The Conversation puede ayudar a cambiar la forma de contar historias sobre clima. La crisis climática ya ha ido mucho más allá de ser un problema medioambiental. Está vinculada a todos los aspectos de nuestras vidas, desde la salud y la educación hasta los negocios y la democracia, pasando por los conflictos y la cultura. Las redacciones ya no tienen por qué funcionar como lo han hecho durante décadas. Utilizando nuestra curiosidad periodística, podemos experimentar y reinventar la norma.
En el New York Times, el equipo climático está ubicado físicamente en el centro de la oficina. En la agencia de noticias francesa Agence France-Presse, puestos como "futuro del planeta, editor global" reflejan grandes ambiciones de integrar el clima en todo. En la CBC, la radiotelevisión pública canadiense, la unidad de ciencia y clima ha hecho de la formación sobre el clima una prioridad absoluta para todo el staff, no porque sea loable, sino porque prepararse para el futuro tiene sentido desde el punto de vista empresarial.
Como dijo Mark Hertsgard, director de Covering Climate Now, "Todo periodista del siglo XXI tendrá que ser un periodista climático".
Ahora, mi trabajo consiste en convertir la inspiración de Perugia en acción.
Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation y es reproducido y traducido en IJNet con permiso.
Daniel Nardin, citado en el artículo, es un becario ICFJ Knight.
Foto de Mauro Grazzi en Unsplash.