Tras un año de conflicto, así es como la BBC y otros medios cubren Gaza

por Colleen Murrell 
Oct 9, 2024 en Cobertura de crisis
Letrero azul y blanco que dice "a Gaza"

El último año de conflicto en Gaza ha sido cubierto por medios de comunicación con extraordinaria valentía, en su mayoría por periodistas locales. Las autoridades israelíes no permiten a la prensa extranjera entrar en el territorio ocupado, salvo a través de breves viajes en compañía del ejército.

De acuerdo con Reporteros sin Fronteras (RSF), las fuerzas israelíes han asesinado a más de 130 periodistas palestinos. RSF afirma también que 32 de ellos fueron deliberadamente atacados y ha presentado cuatro denuncias ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra.

Israel ha puesto trabas a lo que considera disidencia, cerrando las oficinas de Al Jazeera en Ramala, Nazaret y Jerusalén Este. En abril, el canal dejó de emitir dentro de Israel.

Medios y corresponsales británicos han reclamado insistentemente el acceso a Gaza, sin éxito. En julio, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) inició una carta firmada por 70 medios y ONG instando a Israel a dar a los periodistas "acceso independiente a Gaza".

A pesar de esta situación, la BBC, ITN, Channel 4 y Sky, entre otros, han conseguido mantener la cobertura para los telespectadores británicos informando desde el interior de Israel, los territorios ocupados y Egipto. A medida que el conflicto se extiende a Líbano, la BBC ha desplazado a más periodistas de Medio Oriente para cubrir el conflicto en directo desde Líbano y el norte de Israel.

El equipo de reporteros incluye a la corresponsal siria, Lina Sinjab, y a la corresponsal bilingüe de la BBC, Sally Nabil, junto con la corresponsal internacional principal, Orla Guerin, y el editor Jeremy Bowen.

En los últimos años, el público de la BBC se han familiarizado con las imágenes de grandes equipos retransmitiendo en directo desde zonas de conflicto. Lyse Doucet y Clive Myrie, por ejemplo, emitieron durante extensos periodos desde la azotea de un hotel en Kiev tras la invasión rusa de Ucrania. Este enfoque es efectivo, pero también costoso y peligroso.

Con el tiempo, el equipo de cobertura en Kiev fue reducido, quedando solo unos pocos periodistas en Ucrania y zonas cercanas, con la posibilidad de movilizar a más profesionales cuando los eventos lo ameritaran. Es posible que en las próximas semanas ocurra algo parecido en Beirut.

Acusaciones de parcialidad

A pesar de sus notables esfuerzos por cubrir el actual conflicto en Medio Oriente con la mayor precisión posible, la BBC ha sido objeto de acusaciones de parcialidad desde todos los bandos. Las declaraciones de sus corresponsales y sus técnicas de entrevista han sido sometidas a un intenso escrutinio.

Apenas una semana después del ataque de Hamás en octubre de 2023, la BBC ya había recibido 1.500 quejas sobre su cobertura. Según se informó, "se dividían casi a partes iguales entre quienes afirmaban que era tendenciosa contra Israel y quienes afirmaban que era tendenciosa contra los palestinos".

En marzo, el director general de la BBC, Tim Davie, y el director de política editorial, David Jordan, fueron llamados a responder preguntas ante un comité selecto de la Cámara de los Comunes sobre su cobertura. En esa fecha, Jordan dijo que el número de quejas sobre la cobertura había crecido hasta 8.000, y de nuevo eran 50-50 en términos de parcialidad a favor o en contra de Israel.

 

La BBC ha contratado a periodistas sobre el terreno en Gaza, así como a sus corresponsales internacionales, para cubrir la guerra.

 

En la audiencia, Davie respondió a una pregunta sobre el hecho de que el staff de la BBC árabe retuiteara comentarios considerados "esencialmente proHamás", según el diputado conservador Damian Green. Davie explicó que algunos de esos mensajes eran inaceptables, que habían tomado medidas y seguirían tomándolas.

También hay varias quejas sobre la negativa de la BBC a calificar de "terroristas" a los autores de actos violentos, a menos que se trate de la cita de una fuente. La BBC ha explicado repetidamente su razonamiento, que se remonta a sus principios fundacionales, de no emitir lenguaje cargado.

En la que quizá sea la queja más absurda, la presentadora de los Juegos Olímpicos Hazel Irvine fue acusada de falta de imparcialidad y de actitud propalestina por mencionar la "oscura sombra del conflicto en Gaza" mientras el equipo palestino navegaba por el Sena durante la ceremonia de apertura.

La unidad de quejas de la BBC desestimó la protesta, afirmando que "no es un requisito de la imparcialidad que los comentarios del presentador sobre los distintos equipos sean exactamente equivalentes".

Esa misma semana, la Junta de Diputados de los Judíos Británicos, el Jewish Leadership Council y el Community Security Trust acusaron a la BBC de ser "institucionalmente hostil a Israel".

Una portavoz de la BBC prometió examinar el informe: "El conflicto entre Israel y Gaza es una historia polarizante y difícil de cubrir, y entendemos que existen diferentes perspectivas. La BBC se ha centrado en informar sobre el conflicto con imparcialidad, ofreciendo al público noticias de última hora, información y análisis, y reflejando todos los puntos de vista".

Como ya he escrito en otras ocasiones, la logística de cubrir la primera línea de un conflicto (además de las especiales dificultades de acceso a Gaza) hace imposible que la BBC gane esta guerra de palabras.

En momentos como este, la BBC tiende a recurrir a un lenguaje neutro, a la verificación de los hechos y a informar cuidadosamente desde ambos lados de la línea divisoria. Bajo la dirección de Deborah Turness, actual directora general de BBC News, la cadena intenta ser más transparente con la audiencia acerca su propia cobertura.

Esta semana Turness acusó a los críticos de estar atrapados en cámaras de eco en las redes sociales. "BBC News no refleja ni puede reflejar una única visión del mundo", dijo. "En esta guerra, no podemos ser el lugar en el que un bando sienta que su perspectiva prevalece".

Un conflicto en expansión

Medios más pequeños también han realizado una cobertura destacable del conflicto, a pesar de las difíciles circunstancias. Sin embargo, ha habido una fuerte dependencia de las grandes agencias de noticias internacionales —Reuters, AP y AFP— que han continuado empleando periodistas locales dentro de Gaza.

A medida que la atención mediática se desplaza de una visión distante de Gaza hacia una guerra regional en expansión, con la implicación de Irán, la cobertura informativa enfrentará grandes desafíos. Incluso en tiempos más tranquilos, el acceso de periodistas que desean informar desde Teherán es extremadamente limitado, lo que dificultará aún más la labor periodística en la región.

Irán ocupa el puesto 176 de 180 países en el Índice de Libertad de RSF. Sus medios de comunicación están controlados por el gobierno y hay muchos periodistas disidentes en prisión.

Mientras Israel e Irán luchan por controlar la narrativa, la tarea de los periodistas de informar con precisión y exhaustividad seguirá siendo crucial, pero no será más fácil.


Colleen Murrell is profesora titular de periodismo en la Dublin City University.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation bajo licencia Creative Commons.

Foto de Emad El Byed en Unsplash.