Crear y conservar una red de periodistas en el exilio

porIvan KolpakovApr 11, 2024 en Periodismo colaborativo
Mujer saludando a cuatro personas en una webcam

Este recurso forma parte del kit de herramientas para medios de comunicación en el exilio de IJNet, elaborado en colaboración con la Red de Medios de Comunicación en el Exilio (NEMO), y con el generoso apoyo del Fondo de Emergencia para Periodistas Joyce Barnathan.


Uno de los principales desafíos para casi cualquier medio de comunicación que opere en el exilio es crear y conservar una red de periodistas dentro de su país de origen. Contar con reporteros de confianza sobre el terreno que trabajen con eficacia pero con cuidado es necesario para conseguir una imagen fiel de lo que está ocurriendo en el país.

Si bien esto es cierto para las redacciones híbridas (que operan de forma semilegal o legal en sus países y sin riesgos cotidianos extremos), es especialmente cierto para las publicaciones que se encuentran completamente en el extranjero. Por desgracia, el número de países en los que el periodismo independiente está proscrito va en aumento, entre ellos Irán, Afganistán, Bielorrusia y Rusia.

En Meduza, el mayor medio independiente en lengua rusa, tenemos una década de experiencia estableciendo una red de periodistas dentro de Rusia desde el extranjero. Y esto es lo que hemos aprendido.

El contexto de Meduza

Lanzamos Meduza en 2014 en Riga, capital de Letonia, con la anexión rusa de Crimea como telón de fondo, una creciente presión sobre los medios independientes y el comienzo de la guerra en la región ucraniana de Donbás. Fuimos el primer gran medio ruso creado en el extranjero, una década antes de que todo el sector del periodismo independiente abandonara el país.

Además de nuestra base en Letonia, de 2014 a 2022 tuvimos una redacción en Moscú. Algunos de nuestros reporteros estaban incluso acreditados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, que básicamente los trataba como corresponsales extranjeros en su propio país, aunque nos permitía trabajar en condiciones relativamente seguras.

En 2022, con el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania y la introducción de una censura total a los medios rusos, nos vimos obligados a evacuar a todos nuestros empleados al extranjero.

Al año siguiente, Meduza fue declarada "organización indeseable". Hoy, cualquier interacción con la publicación se considera delito. Donar a Meduza o conceder entrevistas a nuestros periodistas son delitos, y este último puede llevar a alguien a prisión por cuatro años o más.

Desde que nuestra redacción se vio obligada a huir de Rusia hemos construido una red de freelancers dentro del país que dan a nuestros editores información vital sobre lo que está pasando allí. Cada día corren verdadero peligro y, en más de una ocasión, hemos tenido que ayudarlos a abandonar con urgencia el territorio.

Trabajar en estas condiciones es lo que en Meduza llamamos "reporteo imposible". ¿Y los propios periodistas que siguen colaborando con una organización oficialmente prohibida? A ellos los llamamos "reporteros guerrilleros".

Dada la amenaza a la que se enfrentan estos periodistas, resulta complicado hablar abiertamente sobre los detalles específicos de su trabajo y los protocolos que tanto ellos como sus editores siguen. Sin embargo, las siguientes recomendaciones pueden ser útiles para quienes se vean obligados a crear una red similar, ahora o en el futuro.

Establece normas de funcionamiento

Las redacciones en el exilio deben contar con personas de confianza sobre el terreno; el periodismo de calidad no puede llevarse a cabo únicamente a través de la observación externa.

Aunque la tecnología ha mejorado mucho en los últimos años, tanto en términos de recopilación de información (como a través de la inteligencia de fuentes abiertas, OSINT), como de entrega de contenidos y acceso (a través de VPN y otros métodos para eludir los bloqueos de sitios web), estos avances no reemplazan a la información sobre el terreno.

Informar sobre el terreno exige establecer unas normas de funcionamiento estrictas que establezcan cómo interactúan los periodistas con las fuentes, los editores y entre sí. Es imprescindible que estas normas tengan en cuenta la legislación local: las normas de funcionamiento deben ser revisadas por abogados especializados en medios de comunicación que conozcan la legislación local.

Tus periodistas deben confirmar formalmente su voluntad de trabajar de acuerdo con tus políticas, y deben ser conscientes de que cualquier infracción puede dar lugar a que tu publicación decida dejar de trabajar con ellos.

Es importante que las normas de funcionamiento reduzcan al mínimo o, en el mejor de los casos, eliminen por completo las situaciones en las que pueda revelarse la conexión del periodista freelance con la organización exiliada. Por lo tanto, es esencial implantar procedimientos y tecnologías que ayuden a mantener el anonimato de los reporteros.

Aquí no se pueden tomar atajos: es preciso establecer normas claras para el uso de tarjetas SIM, redes sociales, aplicaciones de mensajería y cuentas de correo electrónico. Consulta a expertos técnicos para que te ayuden a desarrollar procedimientos de seguridad. Si tu publicación no cuenta con un departamento informático, intenta encontrar especialistas a través de organizaciones internacionales y otros medios de comunicación.

Pagar y enviar equipos a los periodistas que se encuentran en tu país de origen supone otra serie de desafíos. Desafortunadamente, estas tareas pueden ser especialmente complicadas, y la negligencia puede comprometer la seguridad de los freelancers.

Depende de tu organización desarrollar procedimientos minuciosos que le permitan apoyar financiera y organizativamente a su red de periodistas. Supervisa periódicamente estos procedimientos para asegurarte de que siguen siendo pertinentes en el contexto del país.

Mantén un alto nivel de calidad

El periodismo de guerrilla requiere profesionales sobrios y serenos que respeten los estándares más estrictos de la profesión. Y las redacciones que trabajan con periodistas de guerrilla deben esforzarse por mantener altos estándares también.

Las redacciones deben implementar checklists y adoptar herramientas que les permitan verificar de manera independiente el trabajo de sus periodistas. Por ejemplo, los editores deben tener acceso a los materiales de respaldo de los reporteros (transmitidos a través de canales seguros). Cualquier operación en el terreno debe ser discutida cuidadosamente con un editor, y también debe analizarse la identidad de cada personaje, su experiencia, relación con las autoridades y relevancia para la historia.

Los editores deben elegir cuidadosamente con quién trabajan y tener un plan para investigar a los posibles freelancers. Por ejemplo, las redacciones pueden verificar la independencia de los periodistas en relación a las autoridades hablando con colegas en común y revisando su actividad en las redes sociales.

Aquí hay muchos matices. Un error de contratación puede destruir toda una red de reporteros freelance y socavar la credibilidad de la publicación. Una mala contratación que coopere con las autoridades o actúe de manera imprudente puede poner en peligro a toda la red.

Consideraciones editoriales

Trabajar con periodistas en el terreno exige una atención sostenida por parte de toda la redacción. Cuando los periodistas trabajan en entornos peligrosos por largos periodos, pueden subestimar los peligros reales. Las personas pueden acostumbrarse a casi cualquier situación, y a menudo es cuando más cómodas se sienten que corren mayores riesgos.

Las redacciones deben revisar y actualizar regularmente las normas que aplican a los freelancers para adaptarse a nuevos cambios en la legislación y a las tácticas de las fuerzas de seguridad. También es esencial exigir formación continua a los editores que gestionan a estos periodistas.

Además, los editores que colaboran con periodistas en el terreno deben estar preparados para enfrentar problemas de una complejidad inédita. Informar desde países como Rusia, donde puede que solo sea posible incluir fuentes anónimas en las coberturas, presenta problemas que no suelen abordarse en la formación periodística tradicional.

Para elaborar las normas de una red de periodistas en el país de origen, puede ser útil recurrir a la experiencia de activistas sociales y políticos, ONG de derechos humanos y movimientos opositores que operan en la región, los que, a menudo, recurren a los mismos freelancers. La coordinación entre organizaciones es importante: si los protocolos desarrollados en las distintas redacciones varían de manera drástica, el peligro para los periodistas se multiplica.

Por último, cualquier redacción que decida crear una red de este tipo debe estar preparada logística y económicamente para evacuar a un periodista en peligro y apoyarlo en el exilio. También puede ser necesario ofrecer ayuda psicológica. La recomendación fundamental a este respecto es sencilla: si surge cualquier problema grave de seguridad, interrumpe inmediatamente el trabajo informativo de tu periodista y evacúalo.

Si tu medio de comunicación en el exilio está planeando crear una red de freelancers y necesita consejo, o si tienes ideas importantes que quieres compartir, puedes ponerte en contacto conmigo o con mis colegas escribiendo a info@exiled.media.


Ivan Kolpakov es cofundador y redactor jefe de Meduza, la mayor publicación independiente rusa. Opera en el exilio desde Riga, Letonia.