El presente artículo corresponde a nuestra serie sobre el coronavirus. Entra aquí para leer más.
Debido a la presencia de la COVID-19, ese bicho microscópico que aún está presente en nuestras vidas, las decisiones que tomamos día a día están condicionadas, en la mayoría del mundo, por el color de las alertas de las autoridades de salud, el número de vacunados, contagios y muertes como consecuencia de esta enfermedad.
Después de un año y medio, en muchos países los gobiernos aún decretan medidas de restricción de movilidad, horarios limitados, prohibiciones para moverse de un estado o municipio a otro o restricciones en la capacidad de los lugares que frecuentamos (como restaurantes o centros comerciales). Es como si después de tanto tiempo, aún estamos atrapados en una burbuja que no termina de explotar, para que podamos retornar a algo similar a lo que una vez tuvimos.
La “nueva normalidad” genera elevados niveles de estrés que afectan nuestra estabilidad emocional. No estar al tanto del impacto negativo que el estrés puede tener en nuestros cuerpos y nuestras rutinas cotidianas puede ser peligroso, porque no solo se ve afectada la parte de nuestra salud física, emocional y mental, sino también la parte laboral de cada uno de nosotros. “Todo ser humano necesita desconectarse para poder ser más efectivo y eficiente. Por eso, es importante que aprendamos a reconocer el momento de esa desconexión”, dijo Irene Ricci, psicóloga clínica.
Si no estamos conscientes de nuestros niveles de estrés, lo más seguro es que nuestra salud y nuestra creatividad se vea afectada, por lo que nuestra capacidad de producir contenido que sea de utilidad para nuestras audiencias se reduzca.
También suma, aunque no nos demos cuenta, el hecho de que las consecuencias del impacto de la pandemia las vemos inmediatamente. “Pérdidas de negocios, oportunidades laborales y, evidentemente, pérdida de seres queridos y conocidos, nos predisponen a procesos de duelo que hay que respetar y aprender a superar”, añadió Ricci.
Claramente todo esto, que ya de por sí lo sabemos, tiene un impacto real en nuestra vida laboral. La sobrecarga de reuniones virtuales, el teléfono vibrando a toda hora y las presiones por entregar resultados con mil deadlines pendiendo sobre nuestra cabeza son ahora parte del día a día. El encierro, en diferentes escalas, es ahora parte de nuestra realidad, queramos o no, por lo que es necesario tomar medidas para evitar consecuencias desagradables para nuestra vida.
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Basado en hechos reales
Este relato lo conocemos ya de memoria, y lo único que queda preguntarnos es: ¿cómo todo esto se traslada a nuestro día a día? Cubrir una misma fuente diariamente, abordar la misma temática constantemente y hablar con las mismas personas todo el tiempo afecta, si nos ponemos filosóficos, nuestra visión del mundo, sus problemáticas y sus posibles soluciones, lo que en definitiva se refleja en los contenidos que producimos.
El encierro obligado por la pandemia se puede comparar con el ‘encierro’ creativo en la que la cotidianidad nos limita, ya sea por necesidad o bien por costumbre. En ese sentido, hay que detectar que no todo lo que la pandemia ha generado es negativo, sino que también existen oportunidades de crecimiento e innovación, que pueden ser aplicadas por los periodistas en todo el mundo. “Lo más importante que nos ha dejado la pandemia ha sido el trabajo colaborativo y en red. Los periodistas hemos empezado a trabajar historias con una visión regional”, dijo Ketzalli Rosas, co-directora de Distintas Latitudes.
Para ella, una manera de combatir el tedio y los bloqueos mentales es aprender a apoyarse en redes de periodistas, algo que nos puede beneficiar tanto en lo laboral como en lo personal. “Nosotros, antes de un proceso creativo (al inicio de la pandemia), hablábamos de todo menos de periodismo, sino de cómo nos estábamos sintiendo en nuestras casas. Para nosotros se volvió muy importante escuchar al otro”, añadió Rosas, quien además también es co-directora de Factual MX.
Tener una red de apoyo al entorno, como se conoce clínicamente, tiene un impacto positivo en las personas, ya que “el individuo vive en sociedad”, y necesita siempre sentirse parte de un entorno. “Al tener un apoyo que te ayuda a salir adelante, porque te permite recibir consejos, experiencias y vivencias de parte de otras personas, se vuelve determinante para salir de situaciones complicadas”, expresó Ricci.
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¿Cómo dar un giro innovador a nuestro proceso creativo?
Como ya hemos publicado, las redes de contacto son muy útiles para encontrar nuevos enfoques y temáticas que nos permitirá diversificar nuestro trabajo. Estas redes, incluso, no solo nos dan la oportunidad de todo eso sino que también nos pueden ayudar a ampliar nuestro campo laboral, así como en la magnitud de nuestros contenidos.
El periodismo colaborativo, a diferencia del tradicional, nos brinda la oportunidad de apoyarnos en las habilidades de diferentes personas para construir contenidos más completos e integrales. “Algunos son muy buenos en el manejo de datos, otros en el fact-checking y otros en diferentes temáticas”, comentó Rosas. Esto, sostuvo, permite que se puedan abordar una serie de temáticas que, de lo contrario, serían muy difíciles de abordar. “Se trata de dejar atrás la imagen de lobo solitario que tenía el periodista, y fomentar el trabajo en equipo”, dijo.
Otro de los beneficios es que el alcance de estos contenidos puede ampliarse a una escala más regional e internacional, ya que permite la colaboración con periodistas de otros países.
Aunque, como todas las soluciones, esto no es funcional para todos. Para quienes trabajan en redacciones más tradicionales, el día a día es mucho más restringido y poco dado al cambio. Aunque difícil, no es imposible. La creación de una red de periodistas en tu localidad puede tener el mismo impacto que una regional o continental. Sin embargo, siempre según Rosas, es un reto que los medios tradicionales deben de abordar, si lo que desean es elevar el nivel de sus contenidos, pero también la estabilidad emocional de sus trabajadores.
Ricci añade que una posible solución eficaz, tanto a nivel laboral como emocional, podría ser que las redacciones consideren contar con una persona que pueda servir de apoyo psicológico para sus trabajadores. “Como seres humanos, es muy importante que tengamos flexibilidad para poder actuar en respuesta a lo que yo necesito”, dijo.
En definitiva, hay que estar atentos a las señales que nuestro cuerpo nos envía, lo que nos ayudará a no dejarnos guiar por nuestros temores. Las redes de apoyo, tanto laborales como personales, son de gran ayuda para nuestra estabilidad emocional, y si se tiene el tiempo y capacidad, es positivo acudir con profesionales para poder aprender a manejar nuestras emociones, y que estas sean de beneficio propio, y no se conviertan en un obstáculo en nuestras metas cotidianas y a largo plazo.
Foto en Unsplash de Nicolas Thomas.