Una nueva publicación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) brinda herramientas poderosas para que los medios de comunicación enfrenten la crisis global de desinformación.
"Este nuevo manual se nutrió de información y asesoramiento de expertos mundiales que exploran la actual contaminación de la información y explican de qué modo el periodismo puede contraatacar", dijo Guy Berger, director de libertad de expresión y desarrollo de medios de la UNESCO, cuando el manual fue publicado en septiembre pasado.
Journalism, `Fake News’ & Disinformation (aun no traducido al español) fue diseñado como una guía práctica para directores de medios, periodistas y docentes.
Directores de medios y talleristas pueden seleccionar material para utilizar en seminarios, publicaciones y talleres. Profesores de periodismo pueden usar los siete módulos como un plan de estudios modelo para la enseñanza en el aula, con resúmenes, ejercicios, tareas y lecturas sugeridas.
La publicación ofrece un listado de mejores prácticas sobre una amplia variedad de temas, desde la verificación básica de hechos y redes sociales hasta la alfabetización mediática y la lucha contra el acoso online.
"La actual crisis de desinformación requiere aptitudes avanzadas de combate", dice la coeditora del manual, Julie Posetti, investigadora principal del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo de la Universidad de Oxford. "Esto incluye la necesidad de mayores destrezas para verificar fuentes en redes sociales, textos, videos e imágenes, junto con estrategias para abordar el acoso online, que está cada vez más presente en las campañas de desinformación dirigidas a periodistas".
A principios de este año, Posetti fue coautora de A Short Guide to the History of 'Fake News’ and Disinformation, del Centro Internacional de Periodistas (ICFJ). La guía cuenta que la historia registrada de las "guerras de desinformación" data de la antigua Roma.
Lo que es una novedad hoy "es la velocidad con la que se propulsa la desinformación a través de las redes sociales", dice Posetti. "La capacidad de cualquier propagandista para publicar material que tergiversa el periodismo, distorsiona la verdad o fabrica palabras y acciones ahora es ilimitada".
La guía también dice que "en el siglo XXI la información se ha convertido en un arma en una escala sin precedentes".
El manual de la UNESCO va más allá de esta guía precursora, destacando el lado teórico de la guerra de la desinformación, su alcance y evolución, y brindando una guía para hacer frente a esta amenaza creciente.
En el módulo uno se presenta The Trust Project, un consorcio que trabaja en 70 países para desarrollar métodos e indicadores que ayuden a ciudadanos y medios de comunicación a identificar noticias que cumplan con estándares de calidad en cuanto a precisión, responsabilidad y ética.
El proyecto promueve estándares al hacer preguntas acerca de los medios tales como cómo se financian, cuál es su misión y si ponen el foco en la diversidad, la precisión y la ética.
El módulo tres ofrece ejemplos de medios que cubren "noticias falsas" de una manera que contrarresta su efecto nocivo. Por ejemplo, The Guardian adopta un enfoque creativo con un cuestionario interactivo de "noticias falsas" que desafía a los lectores a encontrar la diferencia entre "noticias falsas" famosas e historias inventadas por el staff del Guardian.
Otros ejemplos incluyen al New York Times, que opta por un enfoque más tradicional mediante el uso de informes explicativos sobre la desinformación a través de estudios de caso, y ProPublica, cuyo proyecto Electionland muestra el impacto de la información colaborativa y el fact-checking por parte de educadores y estudiantes de periodismo.
El módulo cinco trata sobre la metodología y la ética del fact-checking. Hay enlaces a ejemplos de Japón, Corea del Sur, América Latina, Europa y los Estados Unidos. Según el texto, los periodistas que trabajan en el capítulo tendrán "una comprensión de la verificación de hechos como una forma distinta de periodismo".
"Esta realidad exige que el periodismo duplique la calidad de las coberturas independientes, sustentadas por información verificable y elaboradas en favor del interés público", dice Posetti. “Exige un periodismo que haga rendir cuentas a los poderosos y ayude a promover sociedades abiertas. También requiere un compromiso para contar historias sobre desinformación que ayuden a las comunidades a reconocer y defenderse de ella, así como a reforzar los compromisos con la verificación”.
El Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo está organizando una mesa redonda mañana para lanzar el manual de la UNESCO. Posetti es una de las oradoras invitadas.
Imagen con licencia CC en Unsplash, vía Anthony Bevilacqua.