Que la desinformación es un problema global y que los contenidos falsos y engañosos no conocen fronteras nacionales no es ninguna novedad. Pero para muchos puede serlo saber por qué la colaboración entre chequeadores no es una simple moda pasajera sino un elemento vital para contrarrestar con éxito la desinformación.
Voy a tratar de explicarlo a partir de un caso que ocurrió en los primeros meses de Factchequeado, la iniciativa contra la desinformación que afecta a comunidades latinas en los Estados Unidos que lanzamos en alianza Chequeado -de Argentina- y Maldita -de España (¡Y nos llena de emoción!). Este ejemplo pone en evidencia por qué sirve compartir contenido verificado entre regiones, países y continentes. Y también muestra el valor de construir comunidad y confianza.
El 11 de abril último publicamos en Factchequeado la historia de Ana, una lectora de Maldita, que hizo match en Tinder con Thomas Paul, un supuesto sargento estadounidense de 46 años que decía encontrarse en una misión de paz. "Empezamos a hablar por WhatsApp y él me transmitió un amor fuera de toda lógica por su inmediatez", explicó Ana. Sólo había un problema para que pudieran estar juntos: a Thomas lo iban a enviar a Ucrania y, para poder volver a casa, debía pagar más de EUR6.000 (unos US$6.500 de entonces). Fue entonces cuando Ana se dio cuenta de que se trataba de una estafa. De hecho, la foto de perfil de Thomas Paul en Tinder corresponde, en realidad, al militar estadounidense Tyler Thomas, que tiene más de 40.000 seguidores en Instagram.
No es la primera vez que se reportan perfiles falsos en Tinder que lo único que quieren es estafar gente. A este método se le conoce como catfish, el timador finge una identidad para acercarse a una persona, crear un vínculo emocional con ella y, después, pedirle dinero para solucionar un problema económico urgente.
Factchequeado busca tener el mayor alcance e impacto posible para contrarrestar la desinformación que afecta a comunidades latinas en Estados Unidos. Por eso, desde que se creó, no sólo publica su contenido en su sitio, sus redes sociales y su canal de WhatsApp sino que, gracias a las alianzas que tiene con decenas de organizaciones de fact checking y medios que sirven a comunidades latinas, reproduce sus verificaciones y explicadores en otros canales. Así, la historia de Ana salió publicada el 23 de abril último en Enlace Latino, un medio aliado de Carolina del Norte.
Tras esa publicación, otra lectora, Alejandra, se contactó desde Venezuela con el equipo de Enlace Latino porque la lectura de la estafa que había sufrido Ana le sirvió para evitar una suya. El caso era casi calcado. El hombre le dice que vive lejos, en Siria, donde ha sido enviado en misión militar. Pero la distancia no es un problema: los vínculos que comienzan por internet pueden resistir kilómetros. El problema es otro. Hay algo en el relato del hombre, que también dice llamarse Thomas y ser un sargento estadounidense, que a Alejandra no le termina de cerrar. Aunque en este punto de la historia ella todavía no lo sabe, su instinto es correcto: su match de la aplicación de citas MeetMe no era quien decía ser.
“Como tenía sospechas, empecé a buscar información en internet sobre este supuesto sargento. Así llegué al artículo donde se explicaba que ya habían intentado timar a una muchacha con el mismo perfil del hombre que hablaba en ese momento conmigo”, dijo a Enlace Latino NC desde Venezuela Alejandra, con una mezcla de alivio por haber evitado ser víctima de una estafa y preocupación por lo que pueda pasarle a otras mujeres. La historia también se publicó en junio en El Detector de Univision, otro medio aliado de Factchequeado, y varios más y posiblemente ayudó a muchas otras mujeres a no caer en esta misma estafa.
Investigaciones académicas, como esta y esta por ejemplo, probaron que el fact- checking funciona. Que la gente comparte menos el contenido cuando un chequeador lo señala como falso o engañoso. Estos estudios también advirtieron que el tiempo importa. Y mucho. Cuanto antes se reacciona frente a un contenido falso o engañoso, más chances hay de parar su efecto nocivo. ¿Entonces? Entonces es cuando se entiende que la colaboración no es una alternativa sino una necesidad imperiosa para luchar contra la desinformación. Si queremos llegar antes, necesitamos aprovechar el trabajo de otros para servir y atender con inmediatez a nuestras comunidades.
Si eres reportera/o, editor/a o dueña/o de un medio que sirve a latinxs en EE. UU, contacta a Factchequeado y súmate.
Imagen cortesía de Factchequeado.
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