Hay muchas historias importantes en Asia que se beneficiarían del trabajo transfronterizo y, sin embargo, la colaboración entre redacciones en el continente ha sido, durante años, muy escasa.
Los principales medios de comunicación se han unido al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación para llevar adelante trabajos sobresalientes, pero las iniciativas de colaboración entre redacciones locales es prácticamente inexistente. Y en tiempos en que las redacciones reducen las corresponsalías, periodistas de medios grandes y pequeños muchas veces terminan cubriendo las mismas historias.
En 2018, durante la última Conferencia de Periodistas de Investigación Asiáticos en Seúl, me uní a un grupo de periodistas de todo el continente para intercambiar ideas sobre cómo mejorar la colaboración entre nosotros.
El consenso fue que los periodistas asiáticos debían tomar la iniciativa y reportear sus propias historias. Así que pusimos manos a la obra.
Primero necesitábamos encontrar un terreno común, y pronto acordamos que ese terreno sería el medio ambiente. Ese campo necesita desesperadamente colaboraciones transfronterizas ya que las historias ambientales suelen perderse entre las noticias políticas y de última hora. También es un campo en el que íbamos a poder colaborar fácilmente, dadas sus dimensiones regionales e internacionales, y el nivel de experiencia local que requería.
Como segundo paso acotamos nuestro tema de interés. Y elegimos al pangolín.
Este mamífero adorable y en peligro de extinción se encuentra entre los más traficados del mundo. Demandado principalmente por China, su valor comercial ilegal rivaliza con el marfil o los cuernos de rinoceronte. Las autoridades portuarias asiáticas han confiscado toneladas de sus escamas en los últimos meses.
"Aproximadamente 50 toneladas de escamas ilegales de pangolín africano se han incautado en todo el mundo en los últimos cuatro meses", estima Peter Knights, CEO del grupo de defensa WildAid. "En los envíos que contienen pangolines y marfil, las escamas de pangolín ahora han superado el volumen de marfil".
Las incautaciones han generado noticias basadas en comunicados de prensa aduaneros de medios locales e internacionales. La triste verdad, sin embargo, es que pocos medios tienen los recursos y la mano de obra para investigar estas incautaciones.
Y la segunda triste verdad es que no es una prioridad para nadie. De modo que la hicimos nuestra.
"Lo primero de lo que estuvimos seguros fue de lo poco que sabíamos acerca de estos gentiles animales", dice Kunda Dixit, editor en jefe del Nepali Times. "Si como periodista ambiental yo sabía tan poco, es natural que el público en general sepa aun menos sobre los pangolines".
Poco después de Seúl, conseguimos el apoyo de ADM Capital Foundation, un donante con sede en Hong Kong que brindó la financiación inicial a través de un subsidio para gastos de capacitación y reporteo. No hay muchas fundaciones en Asia dispuestas a patrocinar un periodismo complejo y poco convocante, pero tuvimos la suerte de que corrieran el riesgo.
Con ese apoyo, formamos el Global Environmental Reporting Collective en enero de 2019: una agrupación flexible de periodistas y editores en siete redacciones interesados en colaborar en temas ambientales. Nos consideramos una startup impulsada por el deseo de producir piezas como una prueba de concepto y de metodología.
Desde entonces, nos hemos expandido a 14 redacciones de África, Asia y Europa. Hoy, nuestro equipo de 34 personas incluye especialistas en redes sociales, periodistas de datos y revisores. Las adiciones más recientes a la sala de redacción incluyen la Agencia de Noticias Shan Herald en Myanmar, ThaiPublica en Tailandia y Rappler en Filipinas.
El comité editorial, además, está formado por algunos de los editores más experimentados de Asia: Dixit, Ying Chan en Hong Kong, Wahyu Dhyatmika de Tempo en Indonesia y Sherry Hsueh-Li Lee de The Reporter en Taiwán.
Si bien los editores, incluido yo mismo, trabajamos pro bono, hemos pagado algunos estipendios modestos a jóvenes freelancers y cubrimos algunos gastos de todos los periodistas, incluidos los que trabajan en las redacciones.
Pagamos tarifas por proyecto a los revisores y correctores, que son veteranos de primer nivel del New York Times y TIME, y brindan apoyo editorial adicional. También creamos activos compartidos, como mapas y conjuntos de datos sobre decomisos y juicios por contrabando para ayudar a todos los socios interesadas en cubrir esta actividad ilegal.
Este modelo de gastos nos ha permitido aprovechar nuestros subsidios para producir un proyecto global.
Cuando nos lanzamos en enero, comenzamos las discusiones online. Primero le pedimos a todos los periodistas que escribieran un artículo explicativo sobre el comercio ilegal en su país. Creamos un grupo de Slack y trabajamos colectivamente en documentos y hojas de cálculo de Google. Realizamos dos chats mensuales vía Zoom.
En abril nos preparamos para reunirnos en Colombo, Sri Lanka, para cubrir la CoP de CITES, la reunión mundial de funcionarios y expertos en conservación respaldada por Naciones Unidas. Queríamos lanzar nuestro sitio web, The Pangolin Reports, y contarles nuestro trabajo a esos expertos. Nuestros planes fueron interrumpidos por los terribles ataques terroristas que llevaron a los organizadores a posponer la reunión.
Reprogramamos para reunirnos en Hong Kong a fines de mayo, donde los periodistas intercambiaron ideas, recibieron capacitación en periodismo de datos y se reunieron con expertos en conservación. Sin embargo, al comparar nuestras notas, nos dimos cuenta de que informar sobre los aspectos globales del comercio ilegal no sería fácil.
"Al igual que en todas las historias de investigación, no todas las pistas se desarrollan", observa Kunda Dixit del Nepali Times. "Es muy frustrante toparse con tantos callejones sin salida".
Finalmente, avanzamos.
En Indonesia, logramos vincular el comercio de pangolines al narcotráfico. Nuestro periodista chino se asoció con un periodista vietnamita para investigar el comercio fronterizo ilegal entre sus dos países. Reporteros en Hong Kong, India, Myanmar, Malasia, Tailandia y China están trabajando actualmente en otros casos de contrabando. En Camerún y Nigeria hablamos con cazadores furtivos y comerciantes. Mostramos los esfuerzos exitosos que se llevan a cabo en Taiwán para criar y preservar pangolines rescatados, lo que podría ser un modelo para otros países. También mostramos las fallas en las iniciativas de preservación.
A fines de agosto, una docena de nosotros estábamos reporteando en el territorio. Algunos todavía nos encontramos allí hoy, hablando con cazadores furtivos, comerciantes y consumidores.
Los patrones de información surgieron de las conversaciones que mantuvimos en los mercados de Camerún, estaciones de policía en Malasia y en las puertas de proveedores farmacéuticos del sur de China.
Nuestros medios asociados publican nuestro trabajo para que nuestros hallazgos puedan llegar a sus comunidades locales. Cuando finalicemos el proyecto, sabemos que habremos capacitado a unas dos docenas de periodistas sobre crímenes contra la vida silvestre y les ayudaremos a arrojar algo de luz sobre esa actividad.
Y, tal vez, habremos fundado el primer proyecto de investigación colaborativa global surgida de Asia. Nos reuniremos en las próximas semanas para hablar sobre nuestros próximos proyectos.
Estamos seguros de que nuestros reporteros seguirán informando sobre el tema. "Aprendí sobre los pangolines y a averiguar lo más posible sobre ellos", dice Tommy Apriando, nuestro periodista en Indonesia. "Aprendí a reunir información relacionada con la caza, el comercio y el uso de pangolines en el extranjero".
"Pero lo más importante, aprendí mucho sobre la colaboración periodística, la búsqueda de información dentro y fuera de Indonesia, y por qué es importante estar conectado con colegas de otros países".
Quienes deseen unirse a los esfuerzos de Pangolin Reports pueden escribirnos a contact@pangolinreports.com.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Ajit Huilgol.