Lecciones clave para todo innovador de medios

por David Cohn
Dec 8, 2021 en Innovación en los medios
Writing ideas on a white board

Numerosas empresas están adoptando el "pensamiento de las startups" para lanzar sus propios productos y un número cada vez mayor de periodistas emprende solo. Estas son las principales lecciones que he aprendido durante mi carrera en el ámbito de la investigación y el desarrollo —generalmente denominado I+D—, donde se produce la mayor parte de la innovación en torno a nuevos productos y servicios. Las startups deben crear y mantener esta cultura de experimentación.

Durante los últimos seis años, he sido director senior del Grupo Alpha, una incubadora interna de Advance Publications. Si añado esto a mi experiencia con startups, tengo 20 años de experimentación en esa intersección especialmente compleja entre la tecnología y los medios de comunicación.

Las ideas son baratas, la ejecución lo es todo

No se necesitan coordenadas exactas cuando se empieza a cocinar una idea.

Es estupendo tener una idea general de las tendencias y la tecnología que importan. Pero, al final, mucha gente puede llegar a las mismas conclusiones. Lo que importa son los detalles, tanto desde el punto de vista del producto como del funcionamiento. Lo que hay que averiguar es cómo llegar a algún lugar específico y significativo.

He visto cómo startups que implotan porque los fundadores no podían sentarse en la misma habitación, o el producto no contaba con ningún aporte del usuario, o el negocio simplemente no cuadraba. Todas ellas eran "buenas" ideas para startups, y sus mercados han sido validados desde entonces. Lo que fallaba era la ejecución.

La única ventaja de atravesar una mala ejecución es que se crea un sexto sentido para reconocerla a tiempo la próxima vez. La cultura de las startups tiene una trayectoria de "fingir hasta conseguirlo". Pero tal vez esos días estén llegando a su fin con el juicio de Theranos, la empresa de análisis de sangre que mintió acerca de su tecnología de punción digital y su uso militar.

La conclusión es: confía en tu instinto cuando te diga que su ejecución es deficiente y racionaliza a partir de él. Es fácil de ignorar, pero es muy valioso prestarle atención. Al fin y al cabo, las ideas son baratas, pero la ejecución lo es todo.

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Los efectos de la red son reales

El valor de un servicio aumenta a medida que más personas lo utilizan. Llamamos a este fenómeno "efectos de red". Y es muy real.

La cuenta de Instagram Friday Beers tuvo un comienzo difícil gracias a un producto que creó el Grupo Alpha y que permitía a los creadores de contenidos producir fácilmente memes de vídeo. Años después (con 1,4 millones de seguidores), cuando creamos Subtext, que permite a los creadores de contenido enviar mensajes de texto directamente a su audiencia, nos pareció lógico volver a contactar a Friday Beers. Ese producto tiene mucho más sentido para ellos, y ahora utilizan Subtext para enviar mensajes de texto con consejos sobre apuestas deportivas.

Los efectos de la red existen en múltiples niveles. En el ámbito de las startups, las redes sociales son lo primero en lo que piensa la gente cuando se dice "efectos de red", quizá citando la ley de Metcalfe. Pero los efectos de red son reales en las relaciones comerciales, la contratación, la creación de confianza y mucho más.

La clave aquí es que el proceso es cíclico. Si ayudas a tus clientes a crecer, su base de usuarios en expansión significará también más oportunidades para ti. Y cuantas más personas conozcan y utilicen tu producto, más se desarrollará con el tiempo. Cuantas más relaciones comerciales positivas establezcas con tus compañeros de trabajo, mejor serán las relaciones laborales con más personas en el futuro.

Baja la cabeza

Aprendí esto muy pronto. Mi primera empresa, "Spot.Us", era un sitio de crowdfunding para periodistas, cuando el crowdfunding era todavía un concepto nuevo. Mi reclamo a la fama fue que Spot.Us se lanzó antes que Kickstarter, que popularizó el concepto. Pero esta es la lección: no te distraigas con tus competidores.

A medida que la tecnología revoluciona todos los sectores, las probabilidades de que seas el primero o el único disruptor son escasas. Pero el hecho de que haya alguien más en tu nicho no significa que ambos no puedan tener éxito. E incluso si realmente crees que es un juego en el que el ganador se lo lleva todo, centrarte en lo que hace tu competidor no mejorará tu producto, tus redes, tu ejecución o tus ideas.

Sí, es una buena idea estar al tanto de lo que hacen los competidores. Incluso puedes inspirarte en ellos. Solo hay que evitar que se convierta en una pelea de perros, a menos que sea necesario. Nueve de cada 10 veces se puede evitar el enfrentamiento y dejar que gane el mejor producto/experiencia. Incluso mejor, puede ser una marea que impulse todos los barcos. Siempre habrá competencia y proyectos que rocen, se solapen o se sitúen justo encima del tuyo. El desafío es elegir las batallas.

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Lidera con moderación

Los líderes a menudo piensan que tienen que dejarse literalmente la vida (sin dormir, sin amigos y sin amor) para demostrar que son dignos de un papel de liderazgo. Esta es una receta para el agotamiento y no va a ayudar a reunir a las tropas. Hay que estar al 100% todos los días.

Si vas al 120% y te quemas, inevitablemente estarás al 80% durante una semana mientras te recuperas. No eres Superman. Está bien encontrar un 100% sostenible.

Y lo que es más, deberías decírselo a tu(s) equipo(s). "No te hagas el héroe" es lo que le digo a la gente. Da lo mejor de ti, pero no seas un héroe. Te necesitamos para el próximo combate y el siguiente también. Lo más importante es que todo el mundo quiere encontrar la manera de liderar. Lo mejor de trabajar en una startup es la oportunidad de crecer. No quites esa oportunidad a otras personas porque hayas sentido la necesidad de escalar todas las montañas. ¿Hay momentos en los que hay que dar un grito de guerra y cargar? Claro, pero como en la mayoría de mis recomendaciones, la moderación es una virtud.

Deja de debatir, empieza a probar

Todos hemos oído hablar de apostar por el "MVP" —el producto mínimo viable— en el que se desarrolla un nuevo producto o sitio web con suficientes características para que funcione para los primeros usuarios. Los comentarios de ese grupo inicial se utilizan para diseñar el producto final. Pero, ¿por qué? La razón es que es más barato y más fácil probar algo que debatir sobre si se debe o no probar algo.

Esto lo aprendí en mis tiempos de consultor, cuando había reuniones con toda la redacción para debatir si un medio debía o no abrir una cuenta de Twitter. Hoy en día esa es una pregunta tonta, pero pasamos muchos ciclos y reuniones para programar nuevas reuniones para tener la verdadera reunión para hablar acerca de si abrir o no dicha cuenta. Una cuenta, no obstante, gratuita.

Cuando lanzamos Subtext nuestro primer MVP fue en realidad un teléfono desechable. Conseguimos a Joe Eskenazi, un periodista que todavía hoy envía mensajes de texto sobre la política de San Francisco, y le invitamos a nuestro slack. Todas las mañanas me mandaba un mensaje de texto y yo lo enviaba. El teléfono desechable solo podía enviar 10 mensajes de texto a la vez, así que en tandas de 10 envié mensajes a más de 400 suscriptores. Si respondían, se lo enviaba a Joe y él me enviaba un mensaje de respuesta. Es un MVP del que estamos especialmente orgullosos porque el coste era mínimo y la experiencia del usuario seguía siendo muy sólida.


Este artículo fue publicado originalmente en Journalism.co.uk y es reproducido en IJNet con permiso.

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