La periodista canadiense Urooba Jamal no se queda en un lugar por mucho tiempo. Aspirante a corresponsal extranjera, Jamal pasó dos años informando desde Ecuador después de graduarse de la universidad, y en unos meses comenzará a cursar una maestría en Dinamarca.
"El beneficio de mudarme es que el trabajo nunca deja de ser interesante”, dice.
La primera vez que incursionó en el periodismo fue en la Universidad de British Columbia, donde cofundó The Talon, una publicación del campus dedicada a contar historias de comunidades marginadas, un tema que Jamal suele cubrir.
"Antes de convertirme en periodista estaba involucrada en muchos movimientos sociales diferentes. Creo que es interesante observar que los viejos valores del periodismo [objetividad, neutralidad] hoy están siendo debatidos", dice Jamal. "Están siendo cuestionados, especialmente a medida que el entorno de los medios se vuelve más diverso”.
Después de graduarse, Jamal se mudó a Ecuador para trabajar en el servicio en inglés de teleSUR. Desde allí escribió sobre las elecciones de 2016 en Estados Unidos, sobre la situación política de ese país y otros temas regionales.
Ahora, de vuelta en Vancouver por unos meses, Jamal ha estado trabajando como freelancer para una serie de publicaciones importantes, incluyendo Vice, CNN y The Washington Post.
“Estoy trabajando en un artículo en colaboración con un viejo colega que ahora es periodista freelance en México. Estamos estudiando el caso particular de un activista que fue asesinado hace 10 años por protestar contra la actividad minera canadiense en la región de Chiapas, México", cuenta. "Este artículo se engloba en una investigación sobre la acción de las empresas mineras canadienses en América Latina".
En unos meses Jamal se mudará a Dinamarca para comenzar a cursar una maestría de dos años en periodismo, medios y globalización a través del programa de periodismo Erasmus Mundus. Accedió a la maestría gracias a una beca que encontró a través de IJNet.
Hablamos con Jamal sobre su experiencia y sus expectativas en la profesión.
¿Cuáles son los beneficios y desafíos específicos de explorar distintas regiones y temas cuando se trabaja en periodismo?
Antes de mudarme a América Latina no estaba muy bien informada sobre la política latinoamericana o sobre los movimientos sociales de la región. Una vez que llegué allí y estuve en el suelo, aprendí mucho, de modo que la brecha de conocimiento se superó completamente al vivir en un lugar nuevo.
Creo que el solo hecho de poder mudarme me expone a nuevos desafíos. Por eso estoy muy emocionada de tener la oportunidad de vivir en Europa. Como me pasó con América Latina, en este momento no estoy bien informada acerca de los problemas relacionados con los refugiados en Dinamarca, por ejemplo, y sé que aprenderé una vez que llegue al terreno.
Cuando estaba en Latinoamérica formé parte de una redacción, así que me conecté con muchos periodistas locales y, desde allí conocí a otros colegas de la región. De manera similar, desde que regresé a Canadá, formé parte de una red llamada Canadian Journalists of Color (Periodistas de color canadienses), que se fundó hace unos pocos meses para alentar una mayor diversidad en las redacciones de mi país. Y ha sido genial conectar con otros periodistas de color aquí.
¿El idioma ha sido una barrera para ti?
Antes de mudarme a Ecuador no sabía nada de español, y pronto me di cuenta de que no iba a poder informar acerca de los temas que me apasionan sin aprender el idioma. Así que una vez allí me puse a estudiar y lo hice durante dos años. De esa manera pude cubrir temas que realmente me interesaban.
Aconsejaría a todos los periodistas, especialmente a aquellos interesados en el periodismo internacional, a que aprendan idiomas. Son clave para el trabajo.
Si tuviera que hacer una cobertura en una región donde no hablo el idioma, confiaría en fixers y traductores, que son un gran recurso para los periodistas. Existen muchas redes diferentes para conectar con ellos. Una en particular que me gusta mucho es la red Hostwriter, con sede en Europa.
¿Cómo ves al periodismo de nuestros días?
El periodismo comenzó como una línea de trabajo para que los gobernantes rindieran cuentas, para informar sobre los hechos y hacerlo con la verdad. Lo que veo que falta es más periodistas que hagan esas preguntas críticas. Veo actualmente un montón de coberturas de los hechos sin un involucramiento profundo en los temas de los que se habla.
Me gustaría ver a los periodistas haciendo más preguntas importantes no solo en Canadá, sino en todo el mundo. Por dar un ejemplo: estuve en la conferencia Women Deliver 2019, y varios ministros dieron conferencias de prensa, incluyendo el Primer Ministro de Canadá, y no vi que los periodistas les hicieran preguntas que cuestionaran mínimamente al gobierno o sus posiciones.
Lo que sí me emociona de ser periodista en esta era y a futuro es que hay muchos profesionales de distintas partes que trabajan sin pedir “aprobación” externa. Creo que a medida que el panorama de los medios cambie en términos de diversidad, los temas que cubriremos también reflejarán esa diversidad que está presente en todo el mundo. Por eso me emociona ver a más personas de color, y más mujeres en particular, en corresponsalías extranjeras o cubriendo temas internacionales.
¿Qué consejo darías a quienes están dando sus primeros pasos en el periodismo?
En mi caso particular, desde que regresé a Canadá he estado buscando oportunidades profesionales y decidí comenzar a trabajar de manera freelance y a ofrecer contenidos sobre temas que nunca pensé que cubriría. Creo que es importante que confíes en tu capacidad y tus habilidades.
Imagen principal: Jamal en Quito, Ecuador. Todas las imágenes cortesía de Urooba Jamal.
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