El mundo está atravesando la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Un récord de 60 millones de personas ha huido de regiones plagadas por la violencia en Asia, África y Medio Oriente y, según Naciones Unidas, nada indica que vaya a disminuir.
¿Los periodistas están preparados para dialogar con los sobrevivientes de los peores actos de violencia del siglo 21? Los desafíos son enormes.
¿Cómo se le pide a una persona que está lidiando con el horror y el trauma que cuente su experiencia? ¿Hay alguna manera “ideal” para acercarse a aquellos que han sobrevivido a violencias traumáticas? ¿Hasta qué punto es lícito entrometerse en el dolor privado?
En junio de 1999, mientras compartía una carpa con kosovares que habían arriesgado sus vidas en difíciles pasos de montaña para escapar de soldados serbios, me hice esas preguntas. Encontraron resguardo al atravesar la frontera de Blace, en Macedonia, donde miles fueron registrados, alimentados y protegidos
Dudaba mucho acerca de cómo llevar a cabo una entrevista sin hacerlos revivir sus traumas. ¿Cuántos detalles debía pedir sobre la brutalidad de la que fueron testigos? Si lloraban, ¿debía terminar la entrevista? ¿Qué consuelo podía ofrecer? Me guié por la máxima: "sobre todo, no hagas daño”.
Durante dos días, escuché relatos de pueblos consumidos por el fuego, de mujeres violadas y de ejecuciones a mansalva. A veces lloraba con ellos y libraba mi conciencia ofreciendo bolsas de nueces, té e higos secos.
En Blace, vi con incredulidad cómo un reportero se acercaba a un grupo de jóvenes mujeres refugiadas y preguntaba: "¿alguna de ustedes fue violada?" Rompieron a llorar y huyeron. Las malas prácticas pueden hacer un gran daño.
A continuación presento las mejores prácticas para entrevistar a víctimas y sobrevivientes de la violencia, tal como aconsejan el Centro Dart para el Periodismo y el Trauma, la Federación Europea de Periodistas (FEP) y otros expertos.
En febrero pasado, el Dart Center publicó consejos para cubrir la crisis de refugiados, que incluyen técnicas para realizar entrevistas elaboradas por la psicóloga británica Katy Robjant, quien trabaja con sobrevivientes de violaciones a los derechos humanos.
Robjant remarca la importancia de reconocer los signos del trauma.
“Si comienzan a llorar y su respiración se acelera, o si notas que están mirando a la puerta o alrededor de la habitación, puede ser una señal de que no se sienten seguros o de que la conversación está recordándoles su trauma de una manera negativa”, dice. “Ahí debes parar y preguntarles si están bien para continuar, o si hay algo que puedas hacer para que se sientan más seguros”.
Ella insta a los periodistas a "hacer todo lo posible" para darles el control a los entrevistados, de manera que les quede claro que no tienen que responder preguntas a las que no quieran responder, y que pueden terminar la entrevista en cualquier momento.
En el artículo del Dart Center, Raniah Salloum, editora de política de Spiegel Online, aconseja a los periodistas ver “personas, no ‘refugiados’. Trabaja con empatía y respeto, no con pena y condescendencia”.
En ese mismo sentido, en un post de diciembre de 2015, EFC destacó la importancia de compartir sentimientos durante la entrevista. Eso, dicen, redundará en un mejor diálogo: "la calidad de la información depende de tu capacidad para desarrollar confianza."
La guía Covering Trauma (Cubrir el trauma), producida por Radio for Peacebuilding Africa, ofrece una mirada integral para comprender los efectos del trauma y brinda consejos para hacer entrevistas. Por ejemplo:
- El trauma ocurre sin el permiso de las personas. Un periodismo responsable debe asegurarse, en todas las etapas del reporteo y la escritura, de que los sobrevivientes estén dando su permiso libremente. Nadie debería sentirse intimidado en una entrevista.
- No empieces con preguntas difíciles. Hazte una idea sobre la vida del entrevistado antes de preguntarle por sus momentos de mayor vulnerabilidad. Si estás entrevistando al sobreviviente de una masacre, puedes comenzar diciendo: “Cuéntame sobre tu pueblo antes de que llegara la violencia”. Eso lo ayudará a sentirse más cómodo.
Una reflexión final: he dirigido talleres acerca de cómo entrevistar a las víctimas de la violencia y escrito sobre el tema en el manual Disaster and Crisis coverage del Centro Internacional para Periodistas. Uno de los mejores consejos que puedo dar es que nunca preguntes “¿Cómo te sientes?” y nunca digas “Sé cómo te debes estar sintiendo”.
Simplemente preséntate y hazle saber que lamentas su pérdida o por lo que está pasando. Revivir un trauma tiene un precio. Diles a las víctimas lo mucho que aprecias su disposición para contarte sus historias.
La bondad y los actos simples de generosidad, como ofrecer una botella de agua o ayudar a llevar un paquete pesado, abonará parte del camino para construir confianza con esta comunidad tan vulnerable.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr vía United Nations Photo.