Advertencia: en este artículo discutimos algunos aspectos específicos de los trastornos alimentarios que algunas personas pueden funcionar como desencadenantes.
En el último año, con la pandemia de COVID-19 y todas las restricciones, cambios de vida y riesgos que trajo, la salud mental de la ciudadanía se deterioró progresivamente.
En medio del aislamiento y el aumento de los problemas económicos, las personas con trastornos alimenticios se volvieron particularmente vulnerables. Según el Washington Post, solo en noviembre pasado la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación de Estados Unidos registró un aumento del 72% en los chats en línea y un aumento del 10% en las llamadas en comparación con el año 2019.
El Reino Unido ha sido testigo de una tendencia similar. Beat, la organización benéfica líder en trastornos alimentarios del país, informó un aumento del 140% en el contacto con sus servicios de línea de ayuda de febrero a noviembre de 2020.
A pesar de que aumenta el número de personas que padecen trastornos alimenticios, el estigma y la vergüenza persisten. En este contexto, los periodistas pueden desempeñar un papel fundamental.
Les pedimos a algunos expertos que compartieran sus consejos con quienes informan sobre el tema.
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Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, un trastorno alimenticio es "una actitud poco saludable hacia la comida, que puede apoderarse de tu vida y enfermarte". Una alimentación desordenada significa cambiar tus hábitos alimenticios, ya sea reduciendo o aumentando las porciones, lo que generalmente va acompañado de una obsesión por el peso o la forma del cuerpo.
Los tipos más comunes de trastornos alimenticios son:
- Anorexia nerviosa, que suele consistir en una restricción dietética extrema, incluso al punto de morir de hambre. Las personas que sufren de anorexia sienten un miedo intenso al aumento de peso y están obsesionadas con controlar su ingesta de alimentos.
- Bulimia nerviosa. Una persona con bulimia suele consumir grandes cantidades de comida de una sola vez (atracones), y luego intenta deshacerse de esa comida induciendo el vómito, abusando de laxantes (purgando) o haciendo ejercicio en exceso.
- Trastorno por atracón. De manera similar a las personas con bulimia, las personas con trastorno por atracón comen grandes cantidades durante un período corto de tiempo. Aunque no es probable que intenten deshacerse de la comida consumida, es posible que ayunen entre atracones.
- Trastornos alimenticios no especificados. Si los síntomas de una persona no coinciden con los de la anorexia, la bulimia o los trastornos por atracón, es posible que se le diagnostique un trastorno no especificado. Esto no significa que su condición sea menos grave. En realidad, estos trastornos representan el porcentaje más alto de trastornos alimenticios
A pesar de los mitos y el estigma que los rodea, estos problemas no solo son afecciones peligrosas de salud mental, sino que también tienen la tasa de mortalidad más alta de todas las enfermedades psiquiátricas. La anorexia sola tiene una tasa de mortalidad estimada de alrededor del 10%.
La mayoría de las coberturas periodísticas se centran en la anorexia, pero hay otros trastornos que deberían cubrirse. “En Beat realmente nos gustaría que se amplíen los tipos de trastornos alimentarios de los que se habla”, dijo a IJNet Rebecca Wilgress, directora de comunicaciones de la organización. “El trastorno por atracón es uno de los trastornos alimenticios más comunes. Sin embargo, creo que ocupó alrededor del 5-6% de nuestra cobertura en los últimos 12 meses".
Dada la naturaleza delicada del problema, es importante leer e investigar extensamente antes de informar al respecto.
La terminología precisa
Parte de tu preparación debe incluir familiarizarte con un lenguaje preciso y respetuoso.
Por ejemplo, términos como "bulímico" y "anoréxico" son etiquetas que definen a la persona por el diagnóstico o los síntomas que experimenta. Como tales, deben evitarse y reemplazarse por expresiones como “personas con bulimia” que desvían la atención del trastorno al individuo.
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No des demasiados detalles
Cualquier mención de pesos específicos, cantidades ingeridas o hábitos de ejercicio puede tener graves consecuencias en las personas con trastornos alimenticios. Como se explica en las pautas para medios de Beat, "La naturaleza competitiva del cuadro alimenticio supone que tales números son un objetivo al que apuntar".
La especificación de pesos también pone demasiado énfasis en un solo aspecto de los trastornos alimenticios y puede hacer que las personas piensen que no están "lo suficientemente enfermas" para buscar ayuda porque no han alcanzado un número específico en la báscula o balanza.
“Sabemos que las personas con bulimia a menudo tienen un peso normal o incluso un peso mayor. Alguien con trastorno por atracón también podría tener un peso mayor”, dice Wilgress. "Estas enfermedades deben tomarse tan en serio como cualquier otro trastorno alimentario".
Sé empático
“Tiene que haber una mayor narrativa de la experiencia real vivida”, dice Gemma Oaten, directora de la organización SEED.
Si bien los números y las estadísticas son increíblemente importantes para comprender el fenómeno, Oaten sugiere dar prioridad a un enfoque más personal. "Muchos todavía no entienden por qué uno desarrolla un trastorno alimenticio", dice. “Necesitamos hablar sobre el impacto diario de los trastornos en las personas afectadas y sus familias”.
La empatía es fundamental al entrevistar. Haz preguntas sobre la persona y no solo sobre la afección. Y aunque generalmente no se recomienda, deja que el entrevistado vea tu borrador final. Las características de perfeccionismo y control asociadas con un trastorno alimenticio pueden hacer que alguien se sienta ansioso por que su testimonio sea fiel.
Trabaja con editores de fotografía
"En cada entrevista que he dado, querían fotos de cuando llegué a mi peso más bajo", dice Oaten. “Querían el número en la balanza, pero no tiene sentido revelarlo. Lo hice una vez antes de ser conocida como actriz, y hasta el día de hoy los periodistas hacen que ese peso sea lo más importante del artículo".
Pedir fotografías de personas con su peso más bajo no solo es intrusivo, sino que también es perjudicial para quienes todavía están luchando contra la afección.
Wilgress agrega: “La anorexia, en particular, es tremendamente competitiva. La gente hará comparaciones con las imágenes que ve".
Tanto los editores como los periodistas deben trabajar con el área de fotografía para asegurarse de que se eviten imágenes sensacionalistas o que potencialmente puedan desencadenar conductas.
Siempre incluye información sobre líneas de ayuda
Cuando cubras desórdenes alimenticios, incluye las líneas de ayuda a las que podrían recurrir tus lectores. Busca en tu país y ciudad qué organizaciones o entidades las ofrecen.
“Una acción simple, como brindar información sobre dónde obtener ayuda, puede literalmente salvar vidas y ayudar a pequeñas organizaciones benéficas como la mía”, dice Oaten.
Iris Pase es una periodista freelance de Glasgow.
Imagen con licencia Creative Commons en Unsplash, vía Damian Zaleski.