Lanzar un emprendimiento mediático puede ser complicado. Después de preguntar a distintos periodistas sobre sus emprendimientos periodísticos, IJNet se enteró de los errores que cometieron, las lecciones aprendidas y los consejos que tienen para quienes buscan seguir un camino similar.
Mariana Santos es fundadora de Chicas Poderosas, una organización sin fines de lucro con capítulos en América Latina. Chicas Poderosas busca empoderar y capacitar a mujeres periodistas, diseñadoras y desarrolladoras para trabajar colaborativamente en tecnología y noticias. Santos se desempeñó como diseñadora de movimiento e interacción en The Guardian y directora interactiva y de animación en Fusion. Fundó Chicas Poderosas en 2013 a través de una beca ICFJ Knight.
Santos estaba trabajando en The Guardian, Londres, cuando se dio cuenta de que era particularmente difícil reclutar a mujeres para trabajar en el lado tecnológico de las noticias.
Cuando se mudó a América Latina, lanzó Chicas Poderosas como becaria internacional Knight y comenzó a compartir lo aprendido en The Guardian con mujeres que trabajaban en medios latinos. Esperaba así empoderarlas para que se convirtieran en líderes en medios digitales.
Como parte del programa, su equipo trabaja con embajadoras en diferentes países, enseñando habilidades digitales y de liderazgo.
"Terminé teniendo problemas con una comunidad donde una de los embajadoras quería tomar la iniciativa y no compartir tanto con las otras embajadoras", dijo Santos. "A pesar de las muchas conversaciones que tuve con esta chica, invitándola a ser más abierta y a aceptar las ideas y contribuciones de otras mujeres, no quería cambiar su forma de trabajar. Terminé pidiéndole que se fuera. Necesitamos trabajar en colaboración y no tener a una persona dictando lo que haremos en todo el país".
De acuerdo con Santos, esa persona comenzó su propia organización con un nombre y función similar al de Chicas Poderosas, confundiendo a los donantes.
Nuevas embajadoras reiniciaron el capítulo de Chicas Poderosas en ese país, pero también fue confuso para la comunidad.
"Después de eso, Chicas Poderosas se convirtió en una organización sin fines de lucro registrada, con una junta directiva que nos guía y nos lleva hacia donde queremos ir".
Inoussa Maïga es fundador de Agribusiness TV, un medio de comunicación móvil que cubre temas de agricultura en varios países africanos, incluyendo Burkina Faso y Mali. Maïga trabajó como periodista independiente y jefe de la oficina de Farm Radio International en Ouagadougou, la capital de Burkina Faso. IJNet publicó un artículo acerca de su medio hace un año.
Maïga cuenta que el rápido éxito y la publicidad que recibió Agribusiness TV se convirtieron en un problema.
“Todos hablaban sobre eso y recibimos solicitudes de países que no cubríamos”, dice. “Y nos sentimos un poco obligados a responder a esas solicitudes de nuestra audiencia”.
“Sientes una presión enorme cuando las demandas provienen de tu público; sentimos una responsabilidad aun mayor que si hubiesen venido de otra parte”.
Decidió conseguir historias de profesionales independientes en países fuera de la zona de cobertura de Agribusiness TV. Sin embargo, muchos freelancers entregaron trabajos por debajo del nivel esperado por la organización.
“Queremos cubrir un número cada vez mayor de países, pero debemos tener en cuenta la calidad de los temas que estamos cubriendo”, explica.
Con un presupuesto limitado, hacer más historias en otros países también significó reducir la cantidad de horas para sus otros periodistas principales.
Después de varios meses, Agribusiness TV terminó volviendo atrás y haciendo hincapié en los países de los que se había ocupado en un principio.
Maïga recomienda centrarse en lo que es financiera y estratégicamente factible a pesar de la presión externa, por aduladora y alentadora que pueda ser.
Natalia Antelava es cofundadora y editora en jefe de Coda Story, un emprendimiento sin fines de lucro que cubre una sola crisis por un período prolongado de tiempo. Esta premiada periodista trabajó para la BBC cubriendo Asia Central, además de escribir para The Guardian y The New Yorker. IJNet publicó un artículo sobre su organización en 2016.
Antelava cree que todo lo que ella y su equipo hicieron –errores y éxitos– los llevó a donde están ahora.
“De alguna manera, no hubiera hecho nada diferente”, dice “Los errores son parte del proceso de construir una empresa”
Hay un error que podría haberse cometido si no hubiera estado montando Coda Story con un socio. El cofundador Ilan Greenberg pensó que era crucial primero registrarse como una organización sin fines de lucro, crear una junta directiva y una representación legal segura.
“Solo ahora veo cuánta razón tenía y cómo esa estructura creada tempranamente estableció el tono para el crecimiento”, reflexiona. “Nos hizo pensar en Coda no como un proyecto favorito, sino como una institución real en la que trabajamos”.
Antelava dice que uno de los errores que cometió fue no ser lo suficientemente selectiva con las personas que trabajaban para su organización.
“Muchas personas pasaron por Coda, especialmente en las primeras etapas, de manera voluntaria. Como no teníamos dinero propio para invertir, realmente confiamos en la ayuda de estos entusiastas”, explica. “¿Cómo rechazas la ayuda cuando la necesitas desesperadamente? Pero creo que si la recibes de personas que no son las adecuadas, terminas perdiendo el tiempo”.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Esther Vargas.