Shakoor Rather, periodista científico de Cachemira, siempre tuvo aptitudes para la escritura, pero decidió volcarse a las ciencias en la universidad. Más tarde, a la hora de elegir un posgrado, se arriesgó e ingresó en el selectivo programa de Comunicación de masas y periodismo de la Universidad de Cachemira.
Allí Rather se dio cuenta de que su lugar en el mundo estaba en una redacción. Asistió a un taller organizado por el Servicio Mundial de la BBC, donde aprendió los fundamentos del periodismo, y más tarde se incorporó al periódico Indian Express en su oficina de Srinagar, la capital de verano de Jammu y Cachemira.
Por su formación científica, Rather también fue voluntario de la iniciativa Indian Youth Climate, que reúne a jóvenes indios que buscan soluciones a problemas medioambientales.
Rather también cofundó la Asociación de Periodistas Científicos de la India, que se registró oficialmente como sociedad en septiembre de 2021. También es autor de la novela Life in the Clock Tower Valley, sobre Jammu y Cachemira.
Tras graduarse, Rather trabajó en Press Trust of India, la mayor agencia de noticias del país. Hoy combina sus dos pasiones, echando luz sobre los problemas medioambientales de su comunidad a través del periodismo.
Hablé con Rather sobre su trabajo como periodista científico, lo que supone informar sobre el cambio climático y la importancia de involucrar a los jóvenes en el tema.
¿Cómo es ser periodista científico en Cachemira?
Cuando me convertí en periodista científico hace 10 años muchos se preguntaban si lo que hacía era periodismo, dada la naturaleza de mi trabajo y el concepto de periodismo que todos tenemos, especialmente en esta parte del mundo. Pero con los años eso ha cambiado y ahora hay varios profesionales en Cachemira dedicándose al periodismo científico y medioambiental, lo que es muy alentador. Me alegra decir que empecé a trabajar en la sección de información científica de PTI India en 2013 y que sigo aquí.
¿Cuáles son los principales desafíos que has afrontado en tu carrera?
Uno de los mayores retos fue que la gente no se tomara muy en serio el periodismo científico. A su vez, los científicos no son muy comunicativos; muchas veces no sienten la necesidad de compartir lo que hacen.
Ahora, sin embargo, podemos escribir sobre su trabajo y hacer preguntas periodísticas y críticas acerca de sus investigaciones. Es difícil, porque los científicos no están acostumbrados a que se cuestione su propia investigación. Otro desafío es hablar con los editores sobre la importancia de una historia científica en particular, ya que a menudo el editor o la publicación tienen una inclinación política determinada.
¿Qué te inspiró a cofundar la Asociación de Periodistas Científicos de la India?
India es un país enorme, pero no teníamos una asociación de periodistas que velara por nuestros intereses. Y era muy necesaria porque gran parte de nuestro trabajo implica informar sobre políticos, burócratas y grandes empresas. De modo que quisimos fundar una comunidad en la que se nos escuchara, se resolvieran nuestros problemas y se pudieran canalizar nuestras preocupaciones.
Trabajaste como voluntario responsable de relaciones con los medios de Indian Youth Climate. ¿Por qué crees que es importante informar a los jóvenes de lo que ocurre en la comunidad?
El futuro pertenece a la juventud, y si no tenemos en cuenta a los jóvenes a la hora de tomar decisiones, va a haber un gran vacío. Los jóvenes quieren participar en su comunidad; quieren que sus problemas se aborden y quieren ser incluidos en la elaboración de políticas.
Has cubierto varias conferencias climáticas. ¿Cómo han influido estas experiencias en tus percepciones acerca de la importancia de crear conciencia sobre el tema?
Cuando informas desde conferencias internacionales adquieres una perspectiva muy holística de lo que está ocurriendo con el cambio climático, a diferencia de cuando trabajas desde un área determinada, donde no sabes cómo se percibe el tema en el resto del mundo. En encuentros grandes te reúnes con responsables políticos, activistas y otros, y ves la universalidad de los problemas climáticos.
Esos eventos te llevan a reflexionar sobre cómo llegar a una plataforma y encontrar una solución que incluya a todos, y eso es lo que escribes.
¿En qué te inspiraste para escribir tu novela Life in the Clock Tower Valley?
Mientras cursaba el máster hubo en Cachemira grande agitaciones políticas. A veces estábamos encerrados y no podíamos salir. Encontré que la mejor manera de contar esa historia que se agolpó en mi cabeza fue a través de la ficción.
La novela trata del pasado prístino de Cachemira, de su futuro siempre incierto y de su presente. E intenté incluir también temas medioambientales y domésticos.
¿De qué modo IJNet te ha ayudado en tu carrera?
Muchas de las becas a las que postulé y gané las encontré en IJNet. Es un sitio web muy completo, donde los periodistas pueden encontrar diferentes herramientas y experiencias que pueden ayudarles a crecer.
¿Qué debería saber un periodista que quiera informar sobre Cachemira?
Cachemira tiene mucho que ofrecer a la profesión, no solo desde el punto de vista político, sino también medioambiental. Hay espacio para el periodismo de soluciones, estudios sobre conflictos, y coberturas sobre la construcción de la paz. Vayas donde vayas, encontrarás muchas historias. En ese sentido, es el paraíso de los narradores.
Foto de Shakoor Rather.