Naseh Shaker se graduó de la Universidad de Amran en Yemen en 2015, el mismo año en que una coalición de estados del Golfo, liderada por Arabia Saudita, lanzó una campaña bélica contra los rebeldes hutíes que intentaron derrocar al gobierno yemení.
La guerra civil, con las fuerzas rebeldes hutíes por un lado y la coalición liderada por Arabia Saudita por el otro, continúa al día de hoy y ha definido la joven carrera de Shaker como periodista.
Él esperaba conseguir trabajo en un medio de comunicación después de estudiar inglés en la universidad, pero no pudo. A partir de 2015 la situación de la prensa en Yemen se deterioró.
"El periodismo en papel ha desaparecido en mi país", cuenta Shaker, y agrega que una gran cantidad de medios noticiosos sufrieron la pérdida de fondos publicitarios.
Shaker consiguió trabajo como repartidor, cosa que le avergonzaba, cuenta, ya que en la universidad estuvo entre los mejores promedios. Continuó buscando oportunidades y pronto encontró en la plataforma Coursera un curso de inglés para periodistas.
A lo largo del curso, Shaker descubrió IJNet y otros sitios que lo ayudaron a perfeccionar su capacidad para escribir, informar y, sobre todo, trabajar de manera independiente.
Así asistió a un chat de #IJNetLive sobre freelancing. "IJNet invitó a grandes freelancers a esa sesión", recuerda Shaker. "Esa charla fue la piedra angular para que me animara a trabajar por cuenta propia y me pusiera en contacto con varios medios internacionales".
Shaker comenzó a enviar propuestas a medios de alcance internacional en inglés, y en los últimos dos años ha publicado varios artículos en Al Jazeera English, Middle East Eye, Al-Monitor, Voice of America y otros.
En un país devastado por la guerra, sus historias giran alrededor de un tema principal: el costo humano del conflicto. Desde un ataque mortal en un autobús escolar lleno de niños y la manera en que los yemeníes se preparan para el Eid, hasta la epidemia de cólera en el país y los problemas que atraviesa la prensa yemení, el trabajo de Shaker examina todos los ángulos de la guerra civil en curso.
Su trabajo deja en claro que ser periodista en Yemen no es fácil. Shaker debe lidiar a diario con la violencia y el trauma, así como con desinformación sobre su profesión. Dado que muchos medios de comunicación en Yemen son parciales, dice, los lectores son escépticos con los freelancers que no parecen tomar lado en el conflicto.
"La gente suele preguntarme para qué empresa trabajo. Y contesto que trabajo de manera independiente y, como tal, mantengo mi trabajo objetivo y transparente", cuenta.
Si bien es un periodista entrenado, a menudo Shaker no se siente preparado para el trabajo que está haciendo, especialmente porque no cuenta un equipo editorial que lo apoye.
"Hoy la peor crisis humanitaria del mundo se encuentra en Yemen, y los periodistas merecen algún tipo de ayuda", dice. "Es difícil para nosotros viajar al extranjero y es difícil para los periodistas extranjeros visitar Yemen".
Hablamos con Shaker sobre su trabajo, los desafíos que enfrenta y su consejo para los periodistas jóvenes, especialmente aquellos que trabajan en zonas de conflicto.
No has tenido completo acceso a recursos -tanto físicos como mentales- para prepararte para el trabajo que haces como periodista. ¿Qué recursos te gustaría que te brindaran los medios internacionales para los que escribes?
Desearía que estos medios fuesen más conscientes de la seguridad de sus freelancers -algo que solo encontré en IJNet. Cuando viajé a zonas fronterizas con Arabia Saudita, ni Middle East Eye (MEE) ni Al Jazeera English (AJE) ni Al-Monitor me dieron instrucciones sobre cómo protegerme.
MEE y AJE pudieron correr con mis gastos de viaje de Sana’a a Saada -a unos 250 km-, pero Al Monitor no lo hizo. Ninguna de esas organizaciones me dio un chaleco antibalas a pesar de que mis fotos mostraban que estaba totalmente desprotegido. Ni siquiera pude encontrar a un periodista que me prestara uno, ya que docenas de colegas trabajan sin ellos.
¿Cómo lidias con tu propio trauma?
El trauma es un verdadero obstáculo para mí y para todos los periodistas aquí en Sana'a. Porque no hay una organización a la cual recurrir cuando somos atacados o acosados. No tengo identificación de prensa ni licencia como periodista.
He estado viviendo en Sana'a durante casi cuatro años y he sido testigo de muchas atrocidades. No ha habido un solo mes en el que no haya tenido que lidiar con el hostigamiento y el trauma haciendo mi trabajo, sea para medios locales pero principalmente cuando hago coberturas para medios internacionales. Vivo situaciones traumáticas al encontrarme con víctimas y familiares, y sufro situaciones de acoso de parte de la policía y las autoridades, e incluso a veces también de los ciudadanos.
¿No contar con identificación de prensa hace más difícil tu trabajo? ¿Se relaciona con las situaciones de acoso?
Algunos tipos de acoso ocurren debido a la línea editorial del medio para el que trabajas. Si ese medio ataca a las autoridades de la zona en la que estás reporteando, ese acoso puede venir de los ciudadanos y, a veces, de altos funcionarios. Otro tipo de ataque proviene de las autoridades a cargo de darte el permiso para visitar un área en particular. Si eres crítico, el funcionario obstruirá tu trabajo y no facilitará tus futuras visitas de campo.
Fui muy atacado mientras trabajaba en un encargo de Al Jazeera English en mayo pasado, al final del Ramadán. Mientras tomaba una foto de mi fuente y su familia en el mercado Shoob, en el centro de Sana’a, un soldado se me acercó y me dijo que debía ir a la estación de policía. Allí me confiscaron la cámara por no tener credenciales de prensa. Les dije que llevarse mi cámara era ilegal y traté de llamar a los funcionarios que me habían dado permiso para estar en la zona, pero ninguno respondió, salvo uno que dijo que no me podía ayudar. Me preguntaron si estaba trabajando para "medios de comunicación pro-agresión", y expliqué que estaba trabajando en un artículo sobre cómo los yemeníes se preparan para Eid Al-Fitre. Di todos mis datos de contacto y finalmente me dejaron ir.
No contar con credencial de prensa me hace sentir inseguro. En junio solicité una al Ministerio de Información, pero todavía no la han emitido. Sin embargo me las arreglo para trabajar en circunstancias difíciles, y quiero seguir haciéndolo con determinación y sin rendirme a las amenazas.
¿Qué consejo darías a los jóvenes periodistas, especialmente a aquellos que se desempeñarán en zonas de conflicto?
Mi consejo es que tengan paciencia. Cuando Al Jazeera rechazó mis primeras propuestas no me rendí. Empecé a trabajar para otra publicación. Solo mantén los ojos abiertos y sigue subiendo peldaños; no te detengas. Cuando una puerta se cierra, encontrarás otras abiertas. Eso es lo que me ha pasado. Ahora mi trabajo se publica en seis medios y sigo buscando lugares donde publicar, como Reuters y AFP. Hasta ahora estas agencias no han aceptado mis propuestas porque dependen de fixers árabes y freelancers árabes en Sana'a. También estoy buscando publicar mi trabajo en CNN, el New York Times y el Washington Post.
Lindsey Breneman también contribuyó a este artículo.
Imágenes cortesía de Naseh Shaker.