El periodista del mes de IJNet: Edgard Matsuki

Oct 30, 2018 en Periodista del mes

El brasileño Edgard Matsuki quiso ser periodista desde muy joven. Pero debido a que su familia no podía pagar la universidad, Matsuki, descendiente de inmigrantes japoneses, decidió viajar a Japón y conseguir un trabajo en una fábrica.

Después de tres años, Matsuki se había olvidado del periodismo hasta que sufrió un ataque de ansiedad. Regresó a Brasil y consiguió ingresar a una universidad pública. "A partir de ese momento, nunca abandoné el periodismo y nunca más tuve otro ataque de ansiedad", recuerda.

En 2012 se dio cuenta de la circulación creciente de información falsa en internet y tuvo la idea de lanzar un sitio para combatir los rumores: Boatos.org, que significa "rumores" en portugués.

"Estoy pendiente de todo lo que se publica sobre noticias falsas en IJNet para brindar un servicio cada vez mejor en Boatos.org", dice Matsuki, quien ha sido lector de IJNet desde la universidad.

Hoy, además de Boatos.org, Matsuki es reportero y editor de la Compañía Brasileña de Comunicación (EBC, en portugués), y también está estudiando una segunda carrera. Suele quedarse leyendo noticias hasta altas horas de la madrugada.

¿Qué te llevó a crear Boatos.org?

Como mis intereses se centraban en el comportamiento de las personas en las redes sociales, empecé a notar que circulaba una gran cantidad de información falsa. Eso fue en 2012, cuando las noticias falsas no eran tomadas tan en serio como hoy. El lanzamiento de Boatos.org en 2013 fue el resultado de mi deseo de tener mi propio proyecto y la necesidad de combatir esos rumores online. Fue el primer sitio de verificación de Brasil. Sabía que los rumores eran un problema, pero solo con el tiempo comencé a entender la dimensión del daño que pueden infligir.

¿Cómo ha sido la respuesta del público?

Nunca imaginé que Boatos.org tendría el alcance que tiene. En el último año hemos tenido un promedio de 1,5 millones de visitas por mes, 105.000 seguidores en Facebook, 3.000 en Twitter y 13.000 suscriptores de WhatsApp. Más allá de los números, recibimos docenas de mensajes de agradecimiento por desenmascarar historias falsas. Y es que cada rumor, por muy prosaico que sea, siempre golpea a alguien.

¿Cuentan con un área de negocios o marketing?

Nuestra estrategia principal tiene que ver con cómo construimos contenido y las herramientas que usamos para impulsar el compromiso y la participación. Nuestro objetivo inicial es que se nos encuentre fácilmente en Google y destacarnos más que las noticias falsas. También tenemos herramientas visibles para que la gente nos siga sin salir de nuestra página. Con el tiempo hemos logrado depender menos de los motores de búsqueda porque hemos creado una comunidad.

Nuestro staff incluye dos colaboradores: Hellen Bizerra y Carol Lira. También trabajo en la producción de contenido y todo lo demás, incluyendo la publicidad. Actualmente utilizamos AdSense y algunas agencias que incorporan automáticamente publicidad en la página. Esto es bueno y malo a la vez: lo bueno es que no tenemos contacto directo con el anunciante y nuestro contenido no se ve comprometido. Lo malo es que parte del beneficio se lo llevan ellos.

¿Cómo verifican los rumores?

Nuestros lectores nos ayudan mucho. Recibimos aproximadamente 500 mensajes por día a través de WhatsApp y unas 20 historias para verificar.

Lo primero que hago es chequear la circulación del contenido. Comparo los siguientes datos: cuántas personas nos enviaron un mensaje, cuántas están buscando el tema en el sitio web (con Google Analytics) y cómo se discute el tema en las redes sociales. A partir de ahí, elegimos qué analizar.

Después exploramos el contenido en sí. Leo el artículo al menos tres veces y tomo notas. Algunas características son típicas de las noticias falsas: errores ortográficos, falta de fuentes verificables, naturaleza alarmante y solicitudes para compartir. Tratamos de extraer las "cinco W" y buscar las fuentes en Google. También hacemos una búsqueda de imágenes.

Si la historia todavía no es refutada, usamos la técnica de reductio ad absurdum o buscamos información complementaria y tratamos de contactar a las fuentes. Si todavía no estamos seguros de que la historia sea falsa, no publicamos nada. Solo desacreditamos aquello que estamos seguros que es falso.

¿Cuál ha sido el trabajo más difícil que has abordado?

La histeria colectiva en Brasil debido al juego de la “ballena azul” en marzo pasado nos hizo trabajar mucho. Se difundió una gran cantidad de historias falsas sobre ese juego, que justamente se hizo popular gracias a las noticias falsas. Por lo general, producimos de dos a tres artículos al día, pero hubo días en los que tuvimos que desacreditar seis incidentes virales relacionados con la ballena azul. Ante semejante vendaval de noticias falsas, creé una encuesta para preguntar a los lectores sobre sus preguntas con respecto al juego y luego escribí un artículo con 15 preguntas y respuestas.

¿Qué consejo darías a los periodistas respecto de la viralización de información falsa?

Algunos de los rumores más virulentos que circulan en internet resultan de chequeos incompletos y de "copiar y pegar" indiscriminadamente. Compartir un rumor y asignar información a otra fuente ayuda a propagar la desinformación.

Foto de Gustavo Minas, cortesía de Edgard Matsuki.