Este mes presentamos a Alvin Ntibinyane, un periodista de investigación de Botsuana.
Ntibinyane jugó un rol central en “Fatal Extraction”, un proyecto del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés) que reveló los abusos e injusticias que cometen las compañías mineras australianas en el continente africano.
Las compañías mineras australianas son de las más rentables de África. Con más de 150 empresas en el continente, cuentan con una capitalización de mercado de US$133 mil millones. Sin embargo, estas empresas mineras han guardado secretos de muertes, explotación salarial, conflictos con las comunidades y otros abusos, que probablemente habrían seguido ocultos si no hubiera sido por el proyecto Fatal Extraction y las personas que trabajaron en él.
El proyecto involucró a un equipo de 30 reporteros, editores, investigadores y diseñadores. Combinando la investigación de datos con cientos de entrevistas a ejecutivos mineros, políticos, mineros, miembros de la sociedad civil, reyes, reinas, líderes tribales y abogados, los periodistas de ICIJ pudieron descubrir los efectos dañinos de las mineras australianas a lo largo de todo África. ¿El resultado? Una experiencia multimedia inmersiva que trae estos temas a la superficie.
Hablamos con Ntibinyane, editor del periódico Mmegi de Botsuana y cofundador del Centro Ink para el Periodismo de Investigación, sobre cómo el equipo de ICIJ trabajó para desnudar esta injusticia internacional.
¿Cómo te relacionaste con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y cómo llegaste a involucrarte en el proyecto Fatal Extraction?
Mi participación fue por accidente. Fui a Washington, D.C. y allí conocí a los muchachos de ICIJ, que me invitaron al proyecto. Creo que empecé con ellos en abril, y luego escribimos nuestras primeras historias. A partir de ahí me involucré en más proyectos de la organización.
¿Cuál fue tu rol en el grupo?
Lideré un equipo de tres personas en Botsuana con el que investigamos el trabajo de las empresas mineras australianas allí. Como líder del proyecto en mi país, mi trabajo implicaba planificación, recolección de datos, pasar tiempo en las comunidades mineras en Botsuana, un poco de edición y también el compilado de las historias. También fui responsable de enlace con ICIJ, con otros reporteros de Sudáfrica y con otras regiones. El trabajo fue en equipo. En Botsuana éramos tres, pero también trabajamos con periodistas de Sudáfrica. Nos ayudamos mutuamente, revisamos los reportajes de cada uno e intercambiamos ideas y maneras de contar nuestras historias.
Antes de trabajar en el proyecto, ¿te había atraído personalmente el tema de la minería australiana en África? ¿Tenía algún significado para ti?
Botsuana es un país minero. Mi padre era minero; aún lo es. Estamos rodeados de empresas mineras en Bostuana. Creo que la minería es un tema de actualidad. Cuando recibí la invitación de ICIJ, supe muy bien que algo así produciría noticias en Botsuana y en África, especialmente en los países mineros. Por eso decidí participar. Directamente yo no estaba afectado, pero sí indirectamente por la gente que me rodeaba.
¿A qué desafíos se enfrentó el grupo?
A muchos. El primero fue acceder a la información; era muy difícil conseguir algo del gobierno. Desafortunadamente, mi país no cuenta con leyes de acceso a la información, por lo que no es nada fácil conseguir comentarios del gobierno; solo te pueden ayudar si quieren. Así que hicimos historias que no incluían la voz del gobierno, solo de la comunidad y de las compañías. Ese fue el mayor desafío, y creo que todos los que participaron en el proyecto piensan lo mismo. A pesar de esto, no diría que el entorno es peligroso. Nuestro país es relativamente pacífico.
¿De qué manera te ha ayudado IJNet?
He usado IJNet varias veces. El año pasado encontré en el sitio una oportunidad para asistir a una conferencia de periodismo de investigación en Winnipeg, Canadá. Me postulé –creo que unos 400 periodistas africanos lo hicimos– y fui elegido para ir. Me he postulado a otras oportunidades también, pero esta conferencia fue una experiencia muy importante que cambió mi carrera.
También fundamos un centro de periodismo de investigación sin fines de lucro en Botsuana. Creo que es el primero de su tipo. Cuando estuvimos pensando esto, IJNet fue una de las plataformas que utilizamos como fuente de información para investigar acerca del desarrollo de esta idea. Conocimos a muchas personas a través de su sitio web, por lo que fue muy útil.
¿Qué consejos les darías a los futuros periodistas de investigación?
Creo que lo más importante es ser paciente y también permanecer enfocado y saber qué es lo que quieres. Lleva tiempo. Estarás trabajando en un reportaje por tres meses o incluso más, de manera que si no tienes paciencia y no te enfocas, terminarás abandonándolo. Creo que desde ICIJ me han ayudado mucho con esto. Comencé una de los reportajes de Fatal Extraction en abril, pero no se publicó sino hasta julio. También debes estar pendiente de los detalles y evitar dar razones para que te hagan litigios.
Desde que el proyecto está online, ¿has notado algún cambio o progreso en el problema de la minería?
Seguimos recibiendo comentarios del público. También nos dimos cuenta de que hay algunas cosas que no cubrimos, por lo que planeamos trabajar en más reportajes que complementen la cobertura inicial, así que en los próximos meses seguramente añadiremos más contenidos. Creo que el impacto en la comunidad ha sido tan masivo que el gobierno está empezando a subirse a bordo. Después de evitar hacer comentarios, finalmente han comenzado a hacerlo porque quieren contar su versión de la historia. Y esto ha impactado mucho en Botsuana.
A continuación te presentamos al equipo completo de Fatal Extraction en África: Alvin Ntibinyane, David Dembele, Shinovene Immanuel y Sandrine Sawadogo.
Imagen cortesía de ICIJ.