Cualquiera pensaría que una pandemia sería fatal para cualquier nuevo medio de comunicación. Pero en los últimos 18 meses, el emprendimiento londinense de slow journalism (periodismo lento) Tortoise ha creado una comunidad de más de 110.000 miembros y un alcance social mensual de 12 millones. Este crecimiento está impulsado en gran medida por el boca a boca: la mitad de sus nuevos miembros se suscriben por referencias y recomendaciones de otros miembros.
Tortoise se puso en marcha en 2019, con la intención de ofrecer una cura para la fatiga informativa, dando a los lectores un lugar al que acudir cuando se sienten abrumados por el ciclo incesante de las noticias.
Dada la sensación de incertidumbre y aislamiento desencadenada por la pandemia, la directora de comunicaciones de Tortoise, Tessa Murray, dijo que no era de extrañar que los lectores recurrieran al periodismo lento.
"La gente quiere formar parte de la conversación; quiere entender mejor las cosas", añadió.
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El Informe 2021 del Instituto Reuters sobre noticias digitales reveló que la difusión de información falsa por parte de funcionarios y redes sociales crea inseguridad en la ciudadanía acerca de los medios en los que confiar.
El periodismo lento evita sumarse a la masa de información que ya existe. En cambio, se enfoca en las fuerzas que están impulsando la agenda noticiosa.
"El boletín Tortoise Daily Sensemaker se ha vuelto muy popular porque ha cortado ese ruido para dar una opinión directa sobre algunas de los temas importantes del día", dice Murray.
La pandemia también desencadenó una sensación colectiva de impotencia, con millones de personas confinadas y de licencia. Es en este contexto que el modelo del periodismo lento de Tortoise se propuso invitar a todos sus miembros a "sentarse a la mesa".
Un elemento central de su modelo de negocio son sus sesiones "Think In". Se trata de una "redacción abierta" donde los miembros pueden compartir ideas y opiniones con el equipo editorial. Los Think Ins, que cubren tanto temas locales como globales, permiten a los lectores influir en la forma en que Tortoise informa, así como en el futuro rumbo de la empresa. Por ejemplo, en un reciente Think In se invitó a los miembros a opinar sobre la idea de crear un Tortoise local en el noreste de Inglaterra.
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El año pasado, más de 120.000 personas asistieron a los Think Ins digitales, lo que da cuenta del valor que los lectores dan a la posibilidad de aportar su punto de vista a la agenda informativa. Pero para Murray, esos debates son mutuamente beneficiosos.
"Es un proceso realmente interactivo", dice. "Los Think Ins son la forma de reunir la información importante que da forma a lo que hacemos".
Al invitar a sus miembros a participar en la conversación, los Think Ins permiten a Tortoise aprender de una multitud de puntos de vista, garantizando un periodismo realmente inclusivo.
Además, durante la pandemia, Tortoise ofreció acceso a una comunidad en momentos en que muchas personas no tenían una.
"Tortoise ofrece un lugar donde los miembros pueden plantear ideas y preocupaciones, pueden ser escuchados y formar parte de una conversación activa".
Este artículo fue publicado originalmente en Journalism.co.uk y es reproducido en IJNet con permiso.
Foto de Grant Durr en Unsplash.