Durante una reunión de profesionales mujeres que trabajan en medios de comunicación en la capital etíope de Addis Abeba, una presentadora televisiva de menos de 30 años pidió hablar conmigo en privado. Mientras sorbía el espeso café local, explicó su dilema.
Era atractiva, y eso estaba a su favor. Pero ¿qué pasaría con el correr de los años? Las mujeres que trabajan ante cámaras tienden a ser desechadas a la primera señal de arrugas, me dijo.
"¿Cómo puedo prepararme para cuando ya no me quieran? ¿Hay otros trabajos en los medios que pueda hacer?”, preguntó.
A lo largo de los años, he conocido a mujeres periodistas de más de 35 países. He celebrado sus éxitos y me he sentido complacida por ellos debido a las inequidades de género, a las diversas formas de intimidación que padecen, y las barreras culturales que amenazan con frustrar sus progresos.
Los desafíos para las profesionales que trabajan en los medios de comunicación tienden a ser similares en todo el mundo.
En mayo pasado, puse esto a prueba con 24 mujeres etíopes, tanto de carrera como novatas, reunidas para una discusión sobre el papel de la mujer en los medios. Después de las observaciones introductorias, se separaron en cuatro grupos para reflexionar sobre cuáles son los mayores retos u obstáculos que enfrentan como periodistas en su país.
Las listas que elaboraron fueron largas y contenían muchos hilos comunes. Entre ellos:
"Es un mundo de hombres, sin apoyo familiar o de pareja". Las mujeres mencionaron la falta de ayuda con el cuidado de los niños, las compras, la cocina, la lavandería y otras tareas domésticas. Una reportera señaló: "Yo soy la primera en llegar a la redacción, a veces a las cinco de la mañana, y la última en irme a dormir, a veces pasada la medianoche”.
Acoso sexual por parte de superiores, colegas y fuentes. Las periodistas describieron cómo las fuentes masculinas coquetean descaradamente: un signo de falta de respeto ante sus ojos. Una periodista especializada en relaciones internacionales contó que no había tenido un aumento de sueldo en tres años después de rechazar las propuestas sexuales de su jefe. ¿Y por qué no se fue? "Hay tan pocos trabajos”, contestó. "¿A dónde iría?"
Los editores subestiman las capacidades de las mujeres y les asignan "temas suaves" en lugar de temas de mayor relevancia pública, como seguridad nacional y política.
Complejo de inferioridad al encontrarse alrededor de jefes masculinos y colegas masculinos. Baja autoestima y confianza en sí mismas. No hay modelos para el personal femenino.
La desigualdad en la remuneración y la falta de ascensos se encontraban también entre las quejas.
Lamentablemente, ya había oído esto antes. Durante una discusión en Islamabad, una periodista pakistaní describió una situación en su redacción:
"Durante meses un tipo hacía comentarios cada vez que yo pasaba. A veces sobre mis pechos, mis caderas o mi ropa. Lo decía lo suficientemente fuerte como para que otros lo oyeran. Finalmente, lo enfrenté y le pregunté: '¿Hablaría con su madre o con su hermana de la manera en que me habla? ¿La trataría de la misma manera en la que me trata?' Su respuesta fue: 'No, no lo haría. Son mujeres apropiadas. Usted es periodista'.
"Después de eso me mantuve tan lejos de él como me fue posible”, contó.
En Sudán del Sur, las mujeres hablaron sobre casos de intimidación –incluso se relató un caso de maltrato– por parte de colegas masculinos que las trataban como objetos sexuales. Lo atribuyeron a las costumbres culturales que promueven la desigualdad de género.
En Addis Abeba esa mañana, el grupo adoptó un enfoque positivo, buscando maneras de promover cambios. Emrakeb Assefa, fundadora de la Asociación de Mujeres de los Medios de Etiopía (EMWA, por su sigla en inglés), dio un apasionado discurso para que se inscribieran y se unieran a los esfuerzos de la organización.
Ella piensa que EMWA podría ser la fuerza impulsora detrás del cambio, pero la organización ha estado inactiva y el sitio web muestra escasa actividad. Existe la fuerza necesaria para hablar con una sola voz, dijo Assefa. Cuando terminó la reunión, varias hicieron fila para agregar sus nombres a su lista.
Las mujeres debatieron sobre la generación de espacios de formación, la búsqueda de oportunidades para desarrollarse profesionalmente y la creación de redes para mantener vivo el diálogo. Resta por ver si esos objetivos se convierten en una realidad.
A continuación brindo algunos consejos sobre cómo manejar el comportamiento sexual abusivo, que pueden servir tanto a periodistas de Etiopía como de otros países. No hay respuestas mágicas. En el mejor de los casos, se trata de ideas para comenzar a actuar:
Recuérdale al acosador que eres una profesional y que exiges el mismo respeto que reciben los hombres en la sala de redacción. Hazlo de una manera tranquila y resolutiva que dé cuenta que estás en control de tus emociones.
Deja claro que los comentarios sugerentes no son aceptables. Prueba la técnica que usó la periodista de Islamabad: "¿Así le hablarías a tu hermana? ¿Tu madre se sentiría orgullosa de ti si escuchara tus comentarios?"
Si las propuestas sexuales de tus jefes o compañeros de trabajo se vuelven problemáticas, mantén un diario. Anota lo que se te dijo o hizo, incluyendo la fecha, hora y lugar. Si hubo testigos del hecho, escribe sus nombres. Esa documentación te ayudará si enfrentas al acosador o emprendes acciones legales.
Aprende pautas acerca de cómo obrar en caso de acoso sexual. ¿Tu empresa tiene una política al respecto por escrito? Si es así, hazla circular entre el personal femenino. Algunos países y estados tienen leyes sobre acoso sexual. Merece la pena echarles un vistazo. ¿Quién apoya los derechos de las mujeres en tu país? Busca defensores, expertos y asesores legales.
Si tu empresa no cuenta con un sistema para denunciar la discriminación o el acoso sexual, pide a los directivos a crear uno. Ofrécete a dirigir un comité de redacción para estudiar los códigos de conducta para empleadores. El Departamento de Estado de los Estados Unidos define el acoso sexual y enumera los derechos de los empleados bajo su política. La Comisión Australiana de Derechos Humanos también ofrece un modelo de código de conducta para estos casos.
No te olvides de que se trata de un tema serio. El estudio “Violence and harassment against women in the news media: A global picture” (“Violencia y acoso contra las mujeres en los medios: un panorama global"), documenta el impacto emocional de la desigualdad de género, la discriminación laboral y otras formas de intimidación que padecen las mujeres. El estudio fue elaborado por el International News Safety Institute y la International Women’s Media Foundation.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Thomas Hawk.