Primero fueron las cartas de lectores enojados. Luego llegaron los correos electrónicos. A continuación, el acoso se amplificó en las redes sociales, a través de campañas de difamación y el doxeo.
De acuerdo con una encuesta global llevada a cabo en 2020 por el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) para la UNESCO, tres de cada cuatro mujeres periodistas sufrieron violencia en línea, y las comunidades de minorías corren un riesgo mayor. Además, amenazas emergentes, como los deepfakes, están empezando a añadir una nueva capa de peligro a la situación.
"El trolling, que evoca la imagen de una persona solitaria tecleando, es casi una idea anticuada", dice Ela Stapley, asesora de seguridad digital del Comité para la Protección de los Periodistas. "Vemos una sofisticación en la forma en que el abuso en línea ha evolucionado para dirigirse a periodistas y medios de comunicación, sacarlos de las plataformas digitales, cambiar la narrativa sobre un tema, socavar la libertad de prensa y sembrar la desconfianza en las audiencias". Las tácticas incluyen el acoso patrocinado por el Estado y el uso de desinformación para suprimir noticias confiables.
La violencia en línea —un término que capta mejor la magnitud de estos ataques— suele ser un reflejo de las tensiones sociales y políticas. Trata de controlar el discurso público, afectando la salud mental de los periodistas, su sensación de seguridad y su capacidad de trabajo. El hackeo de cuentas, la pérdida de acceso a herramientas y las campañas selectivas pueden silenciar a los periodistas o incluso hacer que abandonen la profesión.
El problema se generaliza cada vez más. "Antes podíamos predecir quién iba a ser objeto de abusos, en general los que cubrían política o corrupción", explica Stapley. Ahora ningún tema está a salvo, sobre todo cuando están involucrados grandes grupos que defienden firmemente sus puntos de vista, desde los teóricos de la conspiración hasta los aficionados al deporte o la música.
Los acosadores suelen buscar los datos personales de los periodistas y compartirlos en comunidades organizadas, lo que conlleva graves riesgos que pueden durar días o incluso semanas. "Suele haber picos y caídas", dice Stapley. "Para las mujeres es mucho peor, porque reciben amenazas sexuales violentas y amenazas contra su familia, algo que no solemos ver tanto en el caso de los periodistas masculinos".
Nicola Kelly, premiada periodista que cubre inmigración y asilo en Reino Unido, y autora del libro de próxima publicación Anywhere But Here (En cualquier lugar menos aquí), detalló su experiencia con el acoso en Internet. Tras publicar imágenes que le envió un contacto de los disturbios de extrema derecha frente a un hotel que albergaba a solicitantes de asilo, los trolls la tildaron de "traidora", filtraron su número de teléfono personal y la persiguieron a ella y a su hijo. Uno de los agresores dijo incluso conocer la ubicación de su guardería.
"Me apuré demasiado a descartar las señales de alarma, creyendo que no iban a ir tras una periodista y que yo estaba bien protegida por mis editores y la policía", contó. "Ahora me doy cuenta de que la seguridad personal es cosa tuya, como individuo". Hoy adopta un enfoque proactivo, reconociendo que hay formas de prepararse para los riesgos y mitigarlos. A partir de las ideas de Kelly y Stapley, aquí tienes estrategias que te ayudarán a protegerte y a responder a un posible ataque.
Antes de un ataque
Actúa antes de que se produzca un ataque para reducir los daños.
Limpia tu presencia digital
Búscate a ti mismo en varios motores utilizando métodos avanzados como los operadores booleanos para ver qué hay. "Busca tu nombre completo —nombre y apellidos— entre comillas, y cualquier otro dato personal, como el número de teléfono o la dirección particular", aconseja Stapley. También recomienda revisar y eliminar cualquier dato innecesario o sensible al menos dos veces al año.
Revisa tus cuentas en las redes sociales para asegurarte de que no exponen datos personales como tu fecha de nacimiento, tus lugares favoritos o las fotos de tu familia. "Desde el punto de vista de la seguridad, es una mala práctica mezclar actividades personales y profesionales en una misma cuenta", advierte Stapley. "Si alguien consigue acceder a ella, podría tener acceso a todas las áreas de tu vida". Mantén las cuentas personales privadas y las relacionadas con el trabajo estrictamente profesionales.
Prepárate para lo peor
Prepárate para un posible doxeo planificando dónde ir, a quién contactar y qué medidas tomar. Informa a contactos de confianza, como familiares, amigos o editores, que puedan apoyarte.
Cuando atacaron a Kelly, ella y su familia instalaron dispositivos de seguridad adicionales en su casa y avisaron de la situación a la persona que cuidaba de su hijo. El Online Violence Response Hub sugiere medidas adicionales.
Respuesta a un ataque
Pon tus cuentas en privado
Después de su incidente, Kelly revisó su configuración de redes sociales, haciendo privadas sus cuentas de Facebook e Instagram y restringiendo su presencia en X a contactos profesionales. Considera también la posibilidad de alejarte temporalmente de las plataformas digitales e informa a familiares, amigos o a tu editor. Deja que alguien de confianza vigile tus cuentas en busca de amenazas.
Herramientas en tiempo real
Desde 2015, TrollBusters ha ofrecido herramientas y formación para periodistas que sufren acoso, incluido su nuevo chatbot impulsado por IA, Navigator, diseñado para brindar orientación práctica y empática para mejorar la seguridad y el acceso a recursos legales y profesionales.
"Desde nuestra infografía sobre distintas amenazas a nuestro chatbot de Facebook, siempre estamos buscando formas de dar información y asesoramiento adecuados a los periodistas cuando lo necesitan", dice la fundadora Michelle Ferrier.
Trabaja con las autoridades, si es posible
Denunciar amenazas a las fuerzas de seguridad puede ayudar a que se establezca un historial, aunque su eficacia puede variar según la región y las circunstancias. "Puede que la policía no tenga que actuar ahora, pero puede crear un historial de tu caso", señala Kelly.
Documentar las amenazas que recibes también puede servir como prueba para editores u organizaciones que trabajan por la libertad de prensa. Para proteger tu salud mental, pide a otra persona que se encargue de este proceso, si es posible.
Cuida tu salud mental
Descansar de Internet puede aliviar los efectos del acoso. "Los periodistas pasan mucho tiempo conectados y están muy apegados a sus dispositivos", dic Stapley. "Pero no es necesario mirar los abusos todo el tiempo".
También animó a trazar límites entre el trabajo y la vida personal, lo que mejora tanto la seguridad digital como el bienestar mental.
Resiste
No es fácil, pero Kelly anima a los periodistas a perseverar.
"Los trolls van detrás de quienes hablan con la verdad", dice. "Cuida tu seguridad, pero confía en que lo que haces es de interés público. Nunca se sabe la repercusión que puede tener tu trabajo".
Recursos útiles
- Recursos para protegerse de la violencia en línea, del Comité para la Protección de los Periodistas
- Centro de respuesta a la violencia en línea, de la Coalición contra la violencia en línea
- Guía para proteger a las redacciones y a las periodistas de la violencia en línea, de la International Women’s Media Foundation
Foto de Sergey Zolkin en Unsplash.