Cuando Estados Unidos completó su plan de retirada de Afganistán en agosto pasado, poniendo fin a 20 años de guerra, el mundo recibió un enorme flujo de información sobre el país. Y gran parte de esa cobertura ha procedido de medios de comunicación occidentales, especialmente estadounidenses.
Sin embargo, numerosos periodistas afganos y de la región circundante, que están más familiarizados con la historia, la cultura y el contexto locales de la crisis, han denunciado sesgos, así como discursos y un lenguaje problemático en la cobertura internacional.
"El sensacionalismo y la narrativa dominante que los medios se formaron sin mirar cuál sería el resultado de la retirada fueron muy perturbadores para mí", dijo Shereena Qazi, periodista pakistaní-afgana y productora senior en TRT World. Qazi cubrió Afganistán para Al Jazeera. "Personalmente creo que los medios van a desempeñar un enorme papel en la determinación del futuro de Afganistán, y ya lo han hecho".
Los periodistas occidentales que no informan sobre el terreno suelen estar demasiado distanciados y poco informados sobre Afganistán, observó el periodista y fixer afgano Sami Sahak. Tanto él como Qazi hicieron énfasis en que sigue habiendo un problema, por ejemplo, en la forma en que se ha justificado la guerra de Estados Unidos en Afganistán, algo que se extiende a cómo se representa a las mujeres afganas en los medios. La cobertura tampoco ha abordado de forma crítica cómo se ha desarrollado el conflicto en las zonas urbanas y rurales del país, ni ha examinado adecuadamente el impacto de la presencia a largo plazo de Estados Unidos en el país.
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"Por lo que he visto, los medios estadounidenses se volvieron más críticos de la invasión solo recientemente, porque han empezado a ser testigos de las consecuencias que se produjeron tras la decisión de retirar las tropas del país sin un plan de paz adecuado y estratégico", dijo Asmahan Qarjouli, periodista palestino-jordano de Doha News, quien cubre el proceso de paz afgano en Qatar. El país del Golfo ha estado en el centro de las negociaciones, y también acoge a los refugiados en tránsito.
Para muchos periodistas afganos que tienen un interés personal en el país puede ser difícil hacer su trabajo de manera imparcial. Las imágenes y los vídeos de personas intentando huir han sido angustiosos, dijo Qazi, al igual que las noticias sobre la violencia contra los reporteros. En septiembre, por ejemplo, los talibanes detuvieron y torturaron a dos periodistas por cubrir una protesta de mujeres.
"Es doloroso; así es este momento difícil por el que todos estamos pasando", dijo Sahak. "Pero tienes que hacer tu trabajo, no importa quién seas ni a qué raza o etnia pertenezcas", añadió Sahak.
Pregunté a Qazi, Sahak y Qarjouli cómo cubrir de forma responsable estando fuera de Afganistán, dando información precisa y eficaz sobre la evolución del país en la actualidad. Estos son sus consejos:
Sé crítico
El papel de Estados Unidos en la guerra se discute ampliamente en los medios de comunicación, pero a menudo de forma acrítica. Qarjouli no apoyó la invasión de Afganistán, pero reconoce que la presencia estadounidense en el país ayudó a influir en algunos cambios positivos. Aun así, es crucial cuestionar la noción de que ha sido totalmente positiva para los derechos de las mujeres, y arrojar luz sobre los crímenes y los retrocesos sobre el terreno, como los casos de violencia sexual y la viudez como consecuencia de la invasión. "Estados Unidos no es el héroe", dijo Qarjuli. "Es preciso encontrar mejores ángulos".
El costo humano de la guerra es real e importante, y es preciso cubrirlo para que las personas no se conviertan en meros números, añadió Qazi. Por desgracia, los titulares parecen centrarse solo en las vidas estadounidenses. "Las vidas afganas y el sufrimiento de años de guerra que han tenido que afrontar es muy trágico incluso ahora", dijo.
El lenguaje y los discursos
El rol de la religión y el mayor peligro al que se enfrentan las mujeres ahora que los talibanes volvieron a tener el control se ha convertido en un tema importante en la cobertura informativa de Estados Unidos. Sin embargo, esto se suele contar con imágenes de mujeres que se cubren el cuerpo con una burka: un recurso utilizado ampliamente por el gobierno estadounidense para justificar la guerra hace 20 años.
Aunque es cierto que las mujeres corren peligro bajo el régimen talibán, cubrirse el cuerpo es una práctica común en muchas regiones de Afganistán, dijo Qazi. "Lo que está realmente en juego son los derechos de las mujeres en el país, y eso es lo que tenemos que destacar".
Lo más importante es que los periodistas desarrollen una comprensión contextual más profunda. "Es muy importante conocer la cultura, la tradición, la religión y los valores básicos en los que viven los afganos", dijo Sahak.
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No saques conclusiones apresuradas
Gran parte de la información sobre Afganistán se publica fuera del país, lo que deja espacio para el error y la tergiversación. Ha habido muchos periodistas "paracaidistas" que llegan al país, informan durante unas semanas y luego se van, señaló Qazi. Algunos han confiado en fuentes únicas y poco verificadas que pueden tener agendas personales, lo que puede poner en juego vidas locales, añadió Sahak.
"Comprueba siempre dos veces tus fuentes antes de publicar algo. No te fíes de la información de segunda mano", dijo Sahak. "Los medios de comunicación occidentales, por ejemplo, se olvidan completamente del mundo exterior porque creen que lo que ocurre en Kabul es el reflejo de todo el país, pero eso no es cierto".
Y lo más importante: "hay que centrarse en las voces de quienes han sufrido la guerra; de quienes están sobre el terreno y han sufrido directamente", dijo Qarjouli.
Foto de Joel Heard en Unsplash.