Los periodistas buscan, encuentran y cubren historias y, a veces, se convierten en una. Desde confesiones a provocaciones y memorias, el ensayo personal ha sido durante mucho tiempo un elemento esencial de los medios, y ha disfrutado de olas de popularidad, especialmente en línea.
En 2015, un artículo de Slate destacó que el "complejo industrial de la primera persona" se había labrado un mercado para perspectivas subrepresentadas, al tiempo que advirtió que su economía podría ser una "fuerza peligrosa para quienes participan en ella". El sistema ofrece una plataforma para contar lo no contado, pero monetizar la transmisión pública de la vida de las personas, al menos sus partes más escandalosas o terribles, podría alentar una explotación malsana de la vulnerabilidad al tiempo que afecta emocionalmente a los autores, dejándolos a cargo de las consecuencias.
Dos años más tarde, el New Yorker declaró que el boom de los ensayos personales había terminado, pero en 2020 el género experimentó un resurgimiento. "El ensayo personal nunca ha sido más candente", escribió Nicki Porter, editor senior de The Writer Magazine, en julio.
"La tendencia de encargar ensayos personales a mujeres periodistas y autoras, que muchos dieron por desaparecida hace unos años, ha regresado y aumentado durante la pandemia", dice la periodista y editora freelance Christobel Hastings. Debido a los recortes presupuestarios, las funciones que normalmente se asignarían a los freelancers se encargan al staff, explica. Los pocos encargos están diseñados para atraer mucho tráfico y maximizar las visitas, incluidos los ensayos personales provocativos y con titulares que llamen la atención.
Generalmente visto como una forma para que los periodistas con poco o ningún contacto y experiencia entren en la industria, estos despachos increíblemente íntimos pueden sentirse liberadores y generar una gran respuesta de los lectores, pero representan desafíos para editores y autores. Es especialmente difícil cuando muchos están escritos por mujeres y personas de grupos marginados que hablan sobre sus luchas y experiencias individuales y angustiosas.
"Con frecuencia se espera que los periodistas de color escriban sobre su identidad en lugar de sobre otros intereses. Es problemático", dice Hastings.
Los periodistas están familiarizados con el rol protagónico que tienen en sus redes sociales, blogs o boletines. Pero transmitir a una audiencia potencialmente más amplia conformada por extraños a través de una plataforma sobre la que no tienen control plantea un dilema sobre dónde trazar la línea entre el empoderamiento y la explotación.
"En esta industria, se espera que las mujeres revelen mucho de sí mismas, con frecuencia excavando historias profundamente personales o traumáticas por una compensación monetaria escasa", señala Hastings, quien escribió algunos ensayos personales y artículos entretejidos con anécdotas en primera persona en sus inicios. "La autora Roxane Gay suele hablar sobre la forma en que se espera que las mujeres se 'canibalicen' a sí mismas por el contenido, y es muy cierto. Hay un enorme doble estándar en juego. ¿Se esperan las mismas historias de parte de los hombres? Rara vez".
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Ansiosos por agregar una firma a su portafolio, asegurar un contacto con la industria y ganar algo de dinero, muchos periodistas emergentes consideran publicar historias sobre eventos personales, relaciones u opiniones. Pedimos a periodistas con trayectoria que compartieran sus consejos con quienes planean escribir ensayos personales.
Ten en cuenta las consecuencias
"Los ensayos personales pueden ser un buen camino cuando estás empezando, pero es fácil escribir esos artículos sin preguntarte si realmente es por lo que quieres que se defina tu nombre y tu trabajo", dice Hastings. Piensa bien cuánto de ti mismo regalar y cuánto reprimir, sugiere.
"Escribir un ensayo personal puede parecer catártico en determinado momento", agrega. "¿Pero quieres que viva en Internet a perpetuidad?"
A medida que pasa el tiempo, los periodistas pueden terminar sintiendo algo distinto sobre una historia personal en el dominio público, pero puede ser difícil o incluso imposible eliminarla del ámbito digital.
Busca apoyo
No hay vergüenza en necesitar y pedir apoyo, especialmente si estás trabajando en una historia personal y delicada. La redacción debe entenderlo. "Los editores deben ser solidarios y comprensivos cuando los autores escriben sobre temas delicados", dice Diyora Shadijanova, editora de opinión y de historias en primera persona de gal-dem, una empresa de medios que comparte perspectivas de mujeres y personas de color no binarias. "Si encuentras algo difícil de escribir, está bien solicitar extensiones de fecha o ayuda adicional. Es importante que los periodistas puedan pedir ayuda, sin importar cuán grande o pequeña sea la solicitud".
Prepárate para preguntas y ediciones
Prepárate para algunas conversaciones potencialmente incómodas. "Prepárate para sorprenderte cuando lleguen las ediciones, ya que es posible que te hagan preguntas muy personales sobre un documento de Google con control de cambios", dice la autora y editora Kate Lucey. Por ejemplo: "¿Puedes ahondar más en este dolor? ¿Cómo fue tu llanto? ¿Dónde ocurrió? ¿Esta fue tu primera crisis nerviosa?"
Es crucial elegir la publicación adecuada para tu artículo y ser transparente sobre los detalles que quizás no desees incluir. Un buen medio es el que respeta tus límites.
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Pide aprobar la edición
"Con los ensayos personales, tienes todo el derecho a solicitar la aprobación de la última edición antes de la publicación", dice Lucey. "Una vez, una amiga vio que en la edición de su ensayo se decían cosas con las que no estaba de acuerdo en absoluto ni hubiera dicho, así que se alegró de haberse dado cuenta".
Periodistas: no sean tímidos y pidan ver la versión final de su artículo. Editores, estén dispuestos a ceder esa aprobación final.
Conoce tus opciones
Para algunos, los ensayos personales son la opción perfecta para la autoexpresión, la conexión y la construcción de portafolios. “Pero los autores, especialmente las mujeres, deben saber que pueden escribir sobre lo que quieran, desde reportajes y artículos de opinión, hasta artículos profundamente reporteados y periodismo de investigación”, dice Hastings. Sin embargo, admite que la industria debe mejorar para alentar a periodistas de todos los orígenes e identidades a presentar historias diversas, y los editores deben ser proactivos para buscarlas.
“También animaría a las personas a que no se presionen a sí mismas para ganar dinero escribiendo sobre experiencias personales”, agrega. “Una vez que hayas asegurado una fuente estable de ingresos, no estás obligado a extraer tus experiencias vividas para alquilarlas. Así, cuando llegue el momento en que realmente quieras escribir un ensayo personal, será por tu propia voluntad".
Cristiana Bedei es una periodista freelance italiana.
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