Los periodistas dejan una mala impresión en el público cuando se autodenominan "narradores" o "storytellers", de acuerdo con un nuevo estudio.
Investigadores de la Universidad de Cincinnati descubrieron que aproximadamente el 80% de las biografías de Twitter de origen estadounidense que incluían la palabra "narrador" pertenecían a periodistas o experiodistas, incluyendo reporteros del New York Times, BBC, CBS News, Al Jazeera, CBC News, Associated Press, Fox News, NBC News, Washington Post y varias filiales de noticias de la televisión local. (En general, la mayoría de los periodistas que utilizan el identificador de "narrador" en su biografía tienen una afiliación, pasada o presente, con los informativos de televisión). Los autores del estudio —Brian Calfano, Jeffrey Layne Blevins, y Alexis Straka— también llamaron la atención sobre ejemplos de "narración" o "storytelling" en clases y programas de periodismo de las universidades de Estados Unidos.
"El término pretende reflejar el proceso real y creativo por el que pasan los periodistas a la hora de llevarle información al público", dijo Calfano. Su uso generalizado parece "suponer que el público considera la etiqueta de 'narrador' como un título o atributo que merece confianza y respeto", como señala el estudio. Pero, ¿es así? Resulta que la respuesta es un rotundo no.
Para el experimento, se le presentó a una muestra de 2.133 adultos de EE.UU. un artículo sobre ordenanzas locales de zonificación, un tema seleccionado por ser "político, pero generalmente no partidista". A la mitad del grupo se le informó que el periodista "se describe a sí mismo como narrador en su página de LinkedIn". (Los autores del estudio eligieron LinkedIn porque temían que invocar Twitter o Facebook pudiera "desencadenar respuestas negativas de la audiencia"). El grupo de control leyó el mismo reportaje sobre la zona sin la nota sobre el periodista y todos los participantes realizaron después una encuesta.
Los resultados fueron consistentes y estadísticamente significativos. Los participantes a los que se les dijo que el periodista se identificaba a sí mismo como "narrador" tenían más probabilidades de estar de acuerdo con que la noticia era tendenciosa; que el sitio web daba un carácter sensacionalista a la historia, trivializaba aspectos de la misma, no retrataba a todos de forma justa, y que el propio reportero era tendencioso.
La confianza en los medios de comunicación en Estados Unidos está muy dividida, y cada vez es mayor, ya que solo el 35% de los republicanos declara tener al menos algo de confianza en las organizaciones informativas nacionales. Calfano y Blevins, dos de los coautores, dijeron que la parte más sorprendente de su investigación fue encontrar que el término suscitaba reacciones negativas entre republicanos y demócratas en porcentajes similares.
"Yo había asumido que la visión negativa de 'narrador' era un resultado impulsado por los republicanos, dado lo estrechamente vinculado que está 'fake news' a la retórica de Trump", dijo Calfano. "Pero, como mostramos en el documento, los demócratas son igual de propensos a tener una visión negativa del término".
Algunos de los resultados más sorprendentes, para mí, vinieron de la sección de respuestas abiertas. Se preguntó a los participantes: "Cuando ve el término 'narrador' para describir a un periodista, ¿qué le viene a la mente?" y no se contuvieron. De las 1.733 respuestas, el 67% fueron negativas o extremadamente negativas, mientras que menos del 13% fueron positivas o extremadamente positivas. Las respuestas arrojaron algunos tópicos recurrentes: variaciones de "inventado" aparecieron en 264 respuestas y "mentiroso" apareció en 239 respuestas.
Algunas respuestas negativas incluían sentimientos como "El narrador o storyteller me parece un mentiroso bien entrenado" y "Me da la sensación de que se van a inventar una historia. Como un cuento".
Otras descripciones estaban más en consonancia con lo que espero que invoquen los periodistas al describirse a sí mismos como narradores: "Cuenta la historia tan bien que te atrae" y alguien "que puede describir bien una historia". Una respuesta inédita hacía referencia a un presentador de la ABC: "Me viene a la mente David Muir cuando pienso en un narrador. Entra en detalles que pocos entran. En mi opinión, me siento informado sobre el tema del que habla".
"Pero por cada una de esas valoraciones positivas, había tres o cuatro como esta: 'Pinocho'", señaló Calfano.
Calfano, politólogo que empezó a trabajar en los informativos de televisión como segunda carrera, dijo que su interés por que los periodistas se autodenominen "narradores" surgió de una reacción visceralmente negativa que tuvo al ver una promoción de la CNN en la que se utilizaba esa frase. Recuerda que asoció el término con el sensacionalismo y pensó: "¿Qué tal si solo nos limitamos a informar?".
Las redes sociales tienen su propia lógica, y hay exigencias profesionales para los periodistas que pueden influir en la forma en que se presentan en plataformas como Twitter. Los autores del estudio tienen la impresión de que los periodistas piensan sobre todo en su marca personal y en otros medios de comunicación, más que en el público, cuando se etiquetan como "narradores".
"Los anuncios de reclutamiento de LinkedIn que piden reporteros de televisión que sean 'narradores' o 'storytelleres' se han vuelto tan comunes que veo al menos uno al día", dijo Calfano. "Es una prueba clara de que 'contar historias' y ser un 'narrador' son etiquetas impulsadas por la industria. Eso está bien. Pero me sorprende que nadie en la industria se haya detenido a reflexionar sobre la dinámica que el término establece para un público condicionado a llamar 'noticias falsas' a cualquier cobertura que no le guste."
"Este podría ser un ejemplo en el que el pensamiento grupal de la industria choca con la realidad de los diccionarios", añadió.
Pregunté a los autores qué consejo darían a los periodistas que preparan sus biografías y su presencia en Internet, teniendo en cuenta los resultados.
"Piensen cuidadosamente en cómo puede percibir el público las autodescripciones profesionales. El sector de los informativos de televisión puede aprobar la palabra 'narrador', pero no hay que dar por sentado que el público está de acuerdo con esa visión interna", dijo Calfano. "Esto es especialmente cierto para cualquiera que se acerque a la cobertura política".
Este artículo fue publicado originalmente por Nieman Lab y se reproduce en IJNet con permiso.
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