Un atacante con el rostro oculto apunta con un arma a un grupo de periodistas con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda, como parte del entrenamiento en entornos hostiles (HEFAT) de la International Women’s Media Foundation (IWMF). La capacitación está diseñada para preparar a las participantes para situaciones peligrosas que podrían enfrentar en su trabajo.
"Fue aterrador", dijo la periodista Amaris Castillo, una de las becarias de la IWMF, en un video sobre la capacitación. Para aliviar a las participantes de la experiencia HEFAT, físicamente exigente y estresante, Claudia González, coordinadora senior del programa y una instructora de yoga que enseña a sobrevivientes de trauma, dirigió una clase la mañana después del simulacro de secuestro.
"Las baja a tierra", dijo.
Según las estadísticas reunidas por el Dart Center for Journalism and Trauma de la Universidad de Columbia, entre el 80% y el 100% de los periodistas han estado expuestos a incidentes traumáticos durante el transcurso de su trabajo, como accidentes automovilísticos, homicidios o desastres naturales. Los periodistas pueden experimentar traumas al estar presentes en la escena, o por la exposición de segunda mano al ver imágenes duras o entrevistar a víctimas.
Eventos recientes como el COVID-19 y las protestas generalizadas contra la brutalidad policial y el racismo en Estados Unidos y otros países, exacerban los desafíos a los que se enfrentan los periodistas, especialmente porque ha habido un aumento de los ataques contra la prensa en todo el mundo.
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Estas experiencias no están exentas de consecuencias. Un estudio de 2019 a periodistas que cubrieron el huracán Harvey en el sur de los Estados Unidos reveló que el 90% lidió con un grado de trastorno de estrés postraumático (TEPT) relacionado con su trabajo.
Otros periodistas pueden experimentar ansiedad, depresión y agotamiento como resultado de la exposición a eventos traumáticos y al estrés laboral. Es importante que los periodistas creen mecanismos y busquen ayuda, y el yoga es una herramienta que puede ser útil.
El profesor asistente de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, Sat Bir Singh Khalsa, quien dirige investigaciones en importantes centros de yoga como Yoga Alliance y Kundalini Research Institute, menciona tipos diferentes de pranayama, o respiración, que pueden ayudar a los periodistas a aliviar el estrés. Estos incluyen respiración abdominal, respiración nasal alternativa o respiración Ujjayi (durante la cual la garganta está parcialmente constreñida).
"Hay numerosas variaciones", dice, "la práctica predominante, en general, es la respiración lenta".
La investigación muestra que algunas áreas del cerebro están directamente sincronizadas con la respiración, dice Khalsa, y la respiración lenta conduce a un estado mental más tranquilo y reduce emociones como la ansiedad, la ira y el miedo. Con el tiempo, puede mejorar la capacidad para hacer frente al estrés.
"¿Pero por qué restringirse a usar solo la respiración?", dijo. "¿Por qué no usar todas las prácticas de yoga?"
Muchos periodistas pueden desalentarse por el tiempo que hay que invertir en la práctica, sobre todo cuando trabajan bajo presión. Pero para Khalsa el beneficio lo vale.
"Aunque estés quitándole una hora al trabajo, a largo plazo estarás aumentando tu eficiencia y productividad de modo que es probable que haya un retorno de la inversión". La alternativa, que es trabajar estresado para cumplir con fechas límite, bloquea el rendimiento cognitivo y la creatividad, que son esenciales para producir un buen periodismo.
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Incluso si no tienes una hora disponible, no tienes por qué desestimar la práctica por completo. Comienza con un minuto, aconseja Maya Breuer, vicepresidenta de avance intercultural en Yoga Alliance. Ella recomienda a sus alumnos que empiecen sentados en silencio durante un minuto con un temporizador. Cuando estés listo, avanza a dos minutos. Durante ese tiempo, respira con intención repitiendo para tus adentros "estoy inhalando", "estoy exhalando".
Breuer sugiere implementar estas prácticas a los periodistas que deben cubrir circunstancias difíciles como el estallido del nuevo coronavirus o protestas. "No cambia la situación, pero supone una pausa", dice. "Si puedes detenerte y respirar cambiará tu reacción ante lo que está sucediendo".
Breuer señala que tomarse un momento para estar quieto y respirar también puede permitir a los periodistas separarse de lo que informan.
Las clases digitales gratuitas o de bajo costo como las ofrecidas por Yoga Alliance y la IWMF hacen posible que muchas personas en todo el mundo exploren las diferentes facetas del yoga, como pranayama (respiración), meditación, asanas (poses) y filosofía del yoga.
González señala que los cursos de yoga online podrían tener el beneficio adicional de crear conexiones significativas. "Creo que otra estrategia para manejar el estrés es construir comunidad", dice.
La Dra. Elizabeth Welty, de Flow Studios Belfast, diseñó una práctica de yoga matutina y vespertina específicamente para periodistas de conflicto que participan en el retiro Sobreviviendo en Cuerpo y Mente, que fue desarrollado por Angelina Fusco, becaria de IWMF.
Retarte a ti mismo a través de secuencias de yoga como estas puede ayudar a aumentar tu "rango dinámico", dice Khalsa. "Eso significa mejorar tu rendimiento y tu capacidad de tolerar la adversidad".
Es poco probable que los desafíos que enfrentan los periodistas desaparezcan pronto. Un área difícil de cubrir será seguida por otra, y los periodistas deben desarrollar formas significativas de hacerles frente.
"Los periodistas siguen siendo trabajadores esenciales y continúan en la primera línea", señala González.
No existe una solución fácil para soportar los problemas que trae el trabajo, pero el yoga es una herramienta para superarlos.
Imagen cortesía de la International Women's Media Foundation.