Si hay un momento en el que hay demasiadas cosas pasando a la vez, y que deben ser abordadas por el periodismo, es en un periodo electoral. La polarización se incrementa y con eso los hechos y la veracidad pasan a un segundo plano en la opinión pública, para dar paso a las emociones y opiniones. Por eso vale la pena tener en mente —y apuntar si es posible— una especie de guía sobre qué hacer y qué es mejor evitar antes de que comiencen las contiendas.
En 2020, ya vimos cómo tomó fuerza la teoría conspirativa de un supuesto gran “fraude electoral” que no se demostró, pero levantó suspicacias con las que vamos a lidiar en las próximas elecciones. Vale entonces recordar, por ejemplo, que de las 64 demandas que introdujo el expresidente Donald Trump perdió 63 y la única que ganó no demuestra que hubo un fraude. Asimismo, es recomendable citar a organizaciones no partidistas como el Brennan Center for Justice, que explican con datos la seguridad del sistema electoral estadounidense.
Las grietas políticas han dividido a quienes ejercen su derecho al voto sin acudir físicamente a las urnas y quienes votan de forma presencial. Casi el 60% de los demócratas votaron por correo comparado con sólo el 32% de los republicanos, según datos analizados por Charles Stewart, un politólogo y director del MIT Election Data and Science Lab. Este es el tipo de datos necesarios para explicar por qué los votos tardíos inclinan la tendencia hacia el lado demócrata.
El retraso en la tabulación de los resultados de algunos estados imprime nerviosismo y dudas, porque muchos esperan conocerlos el mismo día de las elecciones. Entonces, hay información clave que hay que incluir en la cobertura antes, durante y después del día de la contienda, como que en Michigan, Pensilvania y Wisconsin se prohíbe abrir los sobres de votos por correo antes del día de las elecciones, por ejemplo. Expertos políticos recomendaron alertar a nuestros lectores sobre estos patrones antes de tiempo para prevenir que gane la duda en el sistema electoral y sus resultados.
En noviembre de 2022, Trump insistió a través de su red social Truth Social que no se podían tener elecciones libres y justas a través del voto por correo y algunos de sus aliados siguen difundiendo mensajes similares. Por eso, la cobertura electoral debe incluir explicaciones con datos sobre por qué el voto por correo es seguro y el voto manual no es más seguro que el automático.
Será tarea del periodista en estas elecciones recordarle al público todas las lecciones que aprendimos sobre los comicios para restaurar la confianza en el proceso. Explicar cosas básicas como dónde se vota y qué esperar el día de las elecciones debe incluir recordatorios de que si existen algunas irregularidades en algunas mesas y centros eso no significa que haya un fraude. Esa es una de las desinformaciones que más se repiten en Estados Unidos y en latinoamérica, como demostró un estudio de la Unesco con LatamChequea.
Según ese mismo informe, otros patrones desinformantes son las denuncias de voto de personas que murieron o de las que están inhabilitadas para hacerlo, que en Estados Unidos se enfoca en los inmigrantes indocumentados.
Las personas fallecidas están incluidas en el padrón de votación, que nunca se actualiza el mismo día de los comicios y es por eso que puede ocurrir que sus nombres y registros aparezcan activados para votar. Pero como puede pasar que efectivamente algunas personas utilicen la identidad de las personas fallecidas para votar, es recomendable publicar la denuncia no solamente con el testimonio o declaración de algún político, sino con la estadística y aportar el porcentaje que representa ese error o irregularidad en la cantidad de votos del estado; y, por supuesto, si realmente esa cifra cambia la tendencia y hace ganador al que fue declarado perdedor.
Una forma efectiva es brindar ejemplos de casos anteriores, como Georgia en 2020, que después de las denuncias sin pruebas sobre miles de votantes ilegales, el dato oficial arrojó que sólo 2 personas votaron ilegalmente en ese estado.
Caso similar aplica para las denuncias de voto de personas indocumentadas o no elegibles: acompaña las denuncias con estadísticas, datos oficiales, ejemplos de años anteriores y el contexto de si los errores cambiarían el resultado.
Aporta información que vaya más allá de la cobertura al estilo “Horse race” o carreras de caballos: no se trata sólo de quién va ganando o perdiendo, sino de cuáles son las propuestas de los candidatos, los problemas básicos a resolver. Pero si se trata de sondeos, asegúrate con antelación de cuáles son las instituciones más confiables y brinda los datos de esas encuestas, incluyendo margen de error, tamaño de la muestra y fecha de la consulta.
No le temas a los números e identifica expertos en análisis de datos que puedan explicarlos: primero para ti y luego para tu audiencia. Como asegura el American Press Institute, los vacíos de datos (data voids) son espacios vacíos donde la desinformación prospera porque no hay información buena o actualizada en su lugar.
Establece relaciones temprano, pero no sólo con las fuentes tradicionales sino con tu audiencia. ¿Ya sabes cuál es la mejor manera que tiene tu público de contactarte? Estás a tiempo.
Este recurso forma parte de un kit de herramientas para cubrir periodos electorales y detectar desinformación relacionada, producido por IJNet en alianza con Chequeado y Factchequeado, y con el apoyo de WhatsApp.
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