El periodismo debe poner en evidencia a los gobiernos que usan al COVID-19 para reprimir

31 juil 2020 dans Cobertura del coronavirus
barbijo

En alianza con nuestra organización matriz, el Centro Internacional de Periodistas (ICFJ), IJNet conecta a periodistas con expertos en salud y redacciones internacionales a través de una serie de seminarios web sobre COVID-19 como parte del Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud.

El presente artículo corresponde a nuestra serie sobre el coronavirus. Entra aquí para leer más.

“Algunos gobiernos, principalmente en países de América Latina y el Caribe, están utilizando el Covid-19 como un pretexto para justificar tácticas de represión y censura contra la población. Es una situación que los periodistas deben tener en cuenta y poner en evidencia”, dijo la antiguana Louise Tillotson, investigadora para las Américas de la organización Amnistía Internacional.

Tillotson, quien dirige investigaciones sobre discriminación de género, tortura, asesinatos ilegales de la policía, libertad de expresión y  migración en el Caribe y países América Latina, participó junto a otros tres panelistas del seminario web “Censura y represión durante la pandemia: los desafíos del periodismo”, organizado por el Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de Salud, del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) y la Red Internacional de Periodistas (IJNet). El seminario fue moderado por Desirée Esquivel, gerente de comunidad del Foro, y apoyado por Amnistía Internacional.

Desde el inicio de la pandemia, Amnistía Internacional ha podido registrar y documentar alrededor de 60 casos de represión contra ciudadanos en países de la región, detectando cuatro patrones preocupantes de violación de derechos humanos en el contexto del Covid-19, que se enumeran a continuación:

  1. Detenciones arbitrarias de personas que supuestamente no cumplían con las cuarentenas o toques de queda. Un ejemplo extremo citado por la organización es el de República Dominicana, en donde, hasta finales de junio, se registraron 84.000 detenciones de personas de esta clase.

  2. Tratos humillantes y degradantes cometidos por la policía en varios países. Principalmente en Venezuela, Paraguay y República Dominicana, se han visto casos en que la policía obligaba a las personas detenidas a hacer ejercicios forzados. También se comprobó un caso en que un agente de policía utilizaba una pistola de descarga eléctrica contra un ciudadano acusado de no respetar la cuarentena.

  3. Uso excesivo de la fuerza por parte de la policía contra personas que protestan por derechos como el acceso a alimentos, a agua y a otras necesidades básicas. Un ejemplo citado por Tillotson ocurrió en Venezuela, en donde grupos de indígenas fueron reprimidos por la policía durante una manifestación.

  4. Reclusión de personas en locales estatales bajo condiciones inhumanas para obligarlas a cumplir la cuarentena ante la pandemia del Covid-19.

Carlos Mendoza Rivera, periodista hondureño, defensor de derechos LGBTQI+ y cofundador de The New Gay Times, coincidió con su colega en que el trabajo de los periodistas resulta clave para revelar las muchas violaciones de derechos humanos que ocurren en los países de la región durante la pandemia.

“La pandemia está afectando muy profundamente a las personas de la comunidad LGBTQI+ en una región que mantiene diversas formas de exclusión, de desigualdad y violencia, derivadas por una omisión sistemática de los Estados para garantizar sus derechos y responder a las necesidades”, indicó Mendoza.

Describió casos en que miembros de la comunidad LGBTQI+, ante sistemas de salud colapsado por casos de COVID-19, no pueden acceder a sus tratamientos de reemplazo hormonal, o de personas con un diagnóstico de VIH Sida que no pueden obtener medicamentos retrovirales. “El contexto de la pandemia pone a muchas personas LGBTQI en confinamiento con sus propios agresores, que muchas veces suelen ser miembros de su propia familia. Estas son situaciones que otra mirada desde la prensa puede ayudar a revelar, contando estas historias”, destacó.

[Lee más: Protestas y coronavirus: dos riesgos para los fotoperiodistas]

La periodista hondureña Catherine Calderón Mercado, cofundadora de medio de investigación Contracorriente, planteó que la crisis del coronavirus ha permitido visibilizar de manera cruda cómo algunos Estados, como el hondureño, atentan contra el derecho a la información.

“Cuando empezó la pandemia, a los periodistas se nos puso numerosos obstáculos para trabajar. Se nos permitió circular, pero con muchos impedimentos en los retenes policiales y militares. Durante las coberturas del COVID-19 nos enfrentamos a casos de represión y amenazas. No nos dejaban tomar fotografías ni siquiera de lugares públicos como los parques centrales. El Instituto de Acceso a la Información, donde realizábamos pedidos de acceso a información pública, dejó de operar con el pretexto de la cuarentena”, indicó.

Nelson Rauda Zablah, periodista salvadoreño del medio digital El Faro, sostuvo que en su país también existen casos de represión gubernamental y graves limitaciones para el trabajo de la prensa.

“La presidencia ha impedido a periodistas de algunos medios ingresar a las conferencias. Policías han detenido a periodistas y les han obligado a borrar materiales grabados. El mismo presidente ha incitado acoso y ataques en redes sociales. Han usado la pauta publicitaria como premio o castigo a los medios”, dijo.

[Lee más: Periodistas salvadoreños denuncian ataques del gobierno y bloqueo de información pública]

Tillotson aseguró que las medidas represivas de los gobiernos no sirven para proteger a la gente durante la pandemia. “Cuando la policía detiene en masa, como hicieron en República Dominicana y otros países, o meten a prisioneros de conciencia en cárceles superpobladas, o mantienen a migrantes en centros de detención sin medidas de distanciamiento físico o higiene adecuada, solo exponen aún más a las personas ante el virus”, dijo.

La investigadora indicó que, ante esta situación, es muy importante proveer buena información basada en evidencia y recursos adecuados, buscando que las personas más vulnerables puedan adoptar medidas de manera voluntaria y responsable, y no ser obligadas. “Las evidencias históricas enseñan que es más eficiente apelar a la conciencia como forma de prevención, antes que a medidas punitivas. Es importante que los periodistas ayuden a poner en evidencia a los gobiernos que usan el COVID-19 para reprimir”, concluyó.

Puedes mirar el seminario web entero aquí: 


Imagen con licencia Creative Commons en Unsplash, vía Matthias Heyde.