Glenda Umaña era una de las caras más conocidas de CNN en español, hasta que en 2014 fue cesada tras 18 años de formar parte de su equipo de noticias, por una reestructuración interna.
Sin embargo, Umaña entendió que sus casi dos décadas en la pantalla de una de las cadenas más conocidas en Latinoamérica no podían ser en vano.
“Yo no era tan consciente, a pesar de ser una de las presentadoras principales por 18 años, de que mi nombre era una marca. Una excompañera de mercadeo de CNN me lo hizo saber”, dice la periodista costarricense.
Tras su salida, la expresentadora de CNN creó la empresa Glenda Umaña Communications, bajo la cual imparte talleres, modera eventos y participa como conferencista en eventos especializados.
Al considerar que existen oportunidades para canalizar gracias a la plataforma que levantó en CNN, Umaña creó el sitio de noticias GlendaAhora.com, del cual invirtió capital propio, contrató a una periodista a medio tiempo y pagó a una agencia de noticias internacionales.
Sin embargo, la primera fase del proyecto no logró recolectar el patrocinio suficiente para hacer del proyecto rentable.
“En este campo del periodismo digital es sumamente retador generar ingresos. Esto requiere tiempo, gente y capital. Invertí capital propio para lanzar este proyecto, pero no fue rentable en esta primera etapa. Vi que ese no era el camino”, admitió.
Umaña considera que para financiar el periodismo que defiende, necesita crear ingresos a través de otras actividades ligadas a su imagen: conferencias, talleres, moderación de eventos, adaptación de contenidos, etc.
¿Medios vs periodistas?
“Ya no es necesario estar vinculado a una empresa de noticias de medios tradicionales para ser periodista”, afirma Nic Newman, co-autor del último reporte de noticias digitales elaborado por el Instituto Reuters de estudio para el Periodismo.
Newman tuvo a cargo un capítulo del informe donde se cuestiona a quién le prestan mayor atención las audiencias, si a los medios de comunicación o a periodistas individuales.
El estudio encontró que la gente no presta tanta atención a las noticias como así lo quisiera la industria, pero cuando esto sucede, los nombres que están en el imaginario colectivo casi siempre son de periodistas de televisión.
“La prominencia de los presentadores y comentaristas de noticias de televisión en comparación con los periodistas de medios digitales o impresos también nos recuerda la importancia de este medio para forjar una conexión más profunda con las audiencias”, dice el estudio del Instituto Reuters, que analizó respuestas de las audiencias en Reino Unido, Finlandia, Brasil, Estados Unidos, Alemania y Francia.
La excepción
El caso de Diego Delfino se podría considerar una excepción. Tras años de liderar una revista cultural de arquitectura en el grupo de medios más grande de Costa Rica (La Nación), Delfino comenzó a realizar un reporte diario con las noticias más importantes del día.
Sin ser un exiliado del periodismo televisivo, Delfino comenzó a ganar seguidores en redes sociales con una pluma ágil y asertiva que enganchó a cientos de usuarios que hoy son sus suscriptores.
Empezó en Snapchat con un muñeco narrando las noticias de manera jocosa y sarcástica, pero afirma que la audiencia era muy pequeña, por lo que transformó el informe en un producto escrito para Facebook, donde tuvo una acogida muy buena.
Esta sección luego pasó a convertirse en una lista de correos electrónicos que sentó las bases para crear un proyecto periodístico propio que hoy lleva su nombre, emplea a cuatro periodistas y está a punto de cumplir cinco años.
“Desde antes de trabajar en un medio formal yo ya estaba trabajando para crear un futuro en el que pudiera intentar no hacerlo. Constante y neciamente. Con la llegada de Facebook intenté aprovechar la herramienta como un espacio de comunicación alternativo que se diferenciara de la idea generalizada de "periodista en redes" y funcionó”.
Delfino coincide en que la plataforma de la televisión es una ventaja con la que nunca contó, pero que la clave está en encontrar su nicho.
“La masa, el grueso de la población, se informa por tele. Quien pretende comunicar desde otras plataformas debe entender que va a apostar por una audiencia mucho más limitada. Y ahí, dentro de esa audiencia debe encontrar su espacio, su nicho, su grupo de gente que confíe en su trabajo y que apoye y respalde su propuesta. Esto es muy difícil en Costa Rica porque no hay cultura de medios ni de periodismo. A la persona promedio le da lo mismo informarse con memes que con un trabajo de periodismo, eso es así y hay que hacer las paces con ello”, comentó el director de Delfino.cr.
Tanto Umaña como Delfino coinciden en que la especialización y la dedicación a un nicho específico de la población son claves para la supervivencia.
Imagen cortesía de Glenda Umaña.